El camino del éxito de Steve Jobs se basó en la regla del tres
Esta técnica busca ayudar en la memorización a través de la presentación de ideas o enunciados agrupándolas
Steve Jobs con un 'Macbook' y el logo de Apple | Tim Wagner (Zuma Press)
La mente del ser humano, por muy desarrollada que esté, cuenta con unas capacidades limitadas. Es por ello que debe usar una serie de reglas, dependiendo del caso, para poder recordar ciertas frases, adjetivos o, en definitiva, cualquier tipo de hecho o enunciado.
En este sentido, una de las reglas más famosas es la conocida como ‘la regla del tres’, utilizada sobre todo para memorizar. Este truco para el cerebro lleva en uso desde hace siglos y, quizás, su uso más popular es el de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, en la que los firmantes destacaron «la vida, la libertad y la felicidad». Otro ejemplo muy conocido es el que tuvo lugar al otro lado del charco, cuando los franceses crearon su lema «libertad, igualdad y fraternidad».
Como ya se ha podido deducir, la regla del tres consiste en usar tres palabras para expresar una idea. Esta técnica se usa mucho a día de hoy en prácticamente cualquier rama de la comunicación, incluido el marketing. Sin embargo, para hablar por primera vez de su uso habría que remontarse, incluso, hasta la antigua Grecia.
Tal y como recogen en Forbes, el ser humano solo es capaz de retener una pequeña cantidad de información en la memoria a corto plazo. Es más, varios científicos modernos han sido capaces de descubrir cuántos son los elementos que es posible recordar con facilidad en esta memoria a corto plazo; según los estudios, tan solo son tres o cuatro fragmentos de información.
De esta forma, tanto personalidades importantes como oradores profesionales y grandes empresas han estado usando la regla del tres en sus intervenciones y, sobre todo, en sus campañas de marketing. El objetivo de ello era llegar a más consumidores, por lo que Steve Jobs no iba a ser una excepción a esto.
Así usó Steve Jobs la regla del 3
Que los iPhone son todo un éxito de ventas y cuentan con un gran mercado a nivel mundial es todo un hecho. Pero esto no habría pasado de no ser por la presentación que hizo Steve Jobs del primer modelo de este teléfono en la que, además, sacó especial partido a la regla del tres, incluso si la audiencia no lo notó.
Es más, el fundador de Apple aplicó esta regla del tres en casi todas sus presentaciones y lanzamientos de productos. Esta es una forma de influenciar más al público e, incluso, a la prensa. Por ejemplo, cuando Steve Jobs presentó el primer iPhone, en 2007, anunció también que la compañía iba a revelar tres productos revolucionarios. En concreto, estos fueron un nuevo iPod, el teléfono y un dispositivo de comunicaciones por Internet.
Jobs continuó repitiendo esta regla de los tres productos, hasta que sacó un iPhone. En ese momento, los consumidores se dieron cuenta de que estaba hablando de un dispositivo capaz de abarcar esas tres áreas. Sin embargo, esto no hizo que desapareciera la regla del tres de sus presentaciones: en 2010 presentó el primer iPad en una diapositiva que mostraba esta nueva tableta como «el tercer dispositivo».
En concreto, lo presentó como el resultado de la fusión entre un teléfono inteligente y un ordenador portátil. Además, anunció a los asistentes que el iPad estaría disponible en «tres» modelos diferentes, según su almacenamiento. Más tarde presentó la segunda versión del iPad, anunciándolo como «más delgado, liviano y rápido» que el original. Estos tres adjetivos describían muy bien la evolución con respecto al anterior y, además, suponían aplicar de nuevo la regla del tres.
En base a esto, todas aquellas personas que quieran vender un producto o servicio en algún momento, o directamente quieran hacer llegar una idea, la regla del tres puede ser una buena aliada. Ya sea con tres enunciados, tres adjetivos o tres ideas; es probable que lleguen mucho más a las personas.
