Tecnología 'canguro': claves para que tus hijos no se enganchen a las pantallas este verano
El 48% de los padres de niños de 5 a 15 años reconoce tener dificultades para limitar el uso de pantallas.
Lo menos recomendable es que el menor juegue o use las pantallas solo | Unsplash
Hace ya más de un mes que empezaron las vacaciones escolares. Con la llegada del verano, muchas familias se enfrentan al desafío de cuidar y educar a sus hijos durante todo el día, en muchas ocasiones, compatibilizándolo con jornadas de teletrabajo. Y esto supone que, en más ocasiones de las deseables, se les deje estar más tiempo conectados a las pantallas: teléfonos móviles, videojuegos, televisión… Es la tecnología ‘canguro’. En THE OBJECTIVE apuntamos una serie de consejos para controlar el tiempo que dedican a estos dispositivos y evitar que se enganchen.
Aunque para los niños las vacaciones sean piscina, diversión y amigos, hay mucho tiempo libre que ocupan con largas tardes en casa conectados a una pantalla. En estos casos, los dispositivos digitales pasan a convertirse en una especie de ‘canguro’, de cuidadores de la conocida como ‘Generación Alpha’.
Se trata de una alternativa que tiene ventajas, porque los dispositivos se pueden utilizar para entretener y para que repasen los contenidos aprendidos durante el curso escolar. Pero los padres y madres saben que hay que encontrar un equilibrio con la vida offline, la vida física, la real.
Los padres tienden a recurrir de estos aparatos tecnológicos y, más en verano, como una forma de mantener a los niños entretenidos y disfrutar de momentos de tranquilidad. De acuerdo con el estudio ‘De Alpha a Z, educando a las generaciones digitales’ realizado por Qustodio, se ha observado que el 48% de los padres con hijos de entre 5 y 15 años reconocen tener dificultades para gestionar su tiempo de uso de pantallas.
Tecnología ‘canguro’ y la interacción
Los expertos afirman que limitar el tiempo de uso es importante, pero no es suficiente. Los niños menores de 36 meses se encuentran en un momento en el que la interacción con adultos de referencia es determinante para su correcto desarrollo. Según la investigadora de la UOC, Lucrezia Crescenzi-Lanna, el problema son las posibilidades de interacción con los demás que está perdiendo el menor mientras mira las pantallas.
No solo es importante el tiempo de exposición, sino qué contenido están viendo y con quién están compartiendo el tiempo. Si una abuela juega con su nieto o nieta de dos años con una aplicación educativa de calidad y le cuenta anécdotas sobre lo que están mirando, será una experiencia compartida enriquecedora para los dos.
Para la investigadora, el problema es que normalmente el tipo de uso que se hace en familia de las pantallas es dejar al menor que juegue o mire la pantalla solo. De ahí que, a la hora de seleccionar los contenidos de las pantallas, hay que seguir un criterio de calidad, que sean adecuados a cada edad y estén en línea con los valores que compartimos como familias o educadores.
Consejos y claves para poner límites
La dificultades para controlar y poner límites sobre el uso de dispositivos crecen si el padre o la madre son más jóvenes, tal como constata el estudio. En general, el 80% de los progenitores de todos los grupos de edad cree que es necesario controlar el tiempo de pantalla de sus hijos. Asimismo, el uso de dispositivos provoca discusiones semanales o diarias en más del 49% de los hogares, en comparación con solo el 11% de las familias que afirman que las pantallas o los dispositivos nunca provocan discusiones en su hogar.
Desde Qustodio, apuntan algunas claves para que los menores puedan utilizar de manera responsable la tecnología y encontrar la armonía entre la vida online y offline durante el verano:
- Establecer unos horarios para usar las pantallas: para tener un control sobre el uso que hacen los niños de la tecnología, es importante establecer una rutina de uso de cada herramienta. De este modo, se evitan excesos. Hay que entender que la tecnología puede ser beneficiosa, pero para ello hay que saber integrarla de una manera razonable y estableciendo un orden.
- Compartir zonas comunes: estar solo en una habitación aislado es el mejor contexto para pasar horas con el móvil. Por eso, se recomienda crear un espacio en el que tengan más compañía que la de la tecnología. De hecho, un informe elaborado por UNICEF España muestra que 4 de cada 10 adolescentes están en redes sociales para no sentirse solos.
- Compartir los intereses de tus hijos: para encontrar alternativas, hay que conocer qué les gusta a nuestros hijos. El tiempo libre también permite tener más momentos en los que profundizar y encontrar gustos en común que permitan disfrutar de momentos en familia sin necesidad de usar la tecnología.
- Fijar actividades al aire libre: hay que aventurarse a encontrar alternativas que nos hagan salir de casa. Según un estudio elaborado por The Cognitive Benefits of Interacting With Nature, estar al aire libre ayuda a eliminar la fatiga mental por estar encerrados en un lugar. Hay que ofrecer planes diferentes y llamativos para que los niños disfruten también de su vida offline y se diviertan.
- Ser un ejemplo para tus hijos: si los adultos están constantemente contactados, los niños acabarán copiando ese comportamiento. Hay que evitar que la solución al aburrimiento sea siempre un dispositivo. Las vacaciones son un buen momento para desconectar y enseñar a los hijos diferentes alternativas, así como para disfrutar de un rato en familia sin pantallas de por medio.
El punto de partido son los padres y madres, que deben aprender cuándo es el momento adecuado para desconectarse y evitar la necesidad de revisar las notificaciones durante las comidas o esos correos electrónicos tan importantes durante el día en familia, por ejemplo.
Es importante evitar la tecnología ‘canguro’. El primer esfuerzo es de los adultos, que deben ser un modelo a seguir y pasar el mayor tiempo posible desconectados de los aparatos digitales cuando estén con sus hijos.
