En Ucrania dan un paso más en la robotización de la guerra: drones que combaten a drones
Sin más personas al su alrededor que sus pilotos, tras la destrucción de ambos dispositivos, siguieron con sus vidas
En Ucrania se ha inventado la sopa de ajo bélica: la guerra sin víctimas. Por desgracia, claro que las hay, pero no en todas sus batallas. En una imagen sin precedentes y propia hasta solo del cine, dos vehículos no tripulados, uno aéreo de Kiev y otro rodante de Moscú, han entrado en contacto en la guerra de Ucrania. Es el avance último en la guerra por control remoto.
La prueba tangible salió de la cámara de vídeo instalada en un dron ucraniano que ejerció de espectador, y ha sido distribuida por canales de Telegram. En un video corto se ve cómo una especie de pequeño tanque rodante no tripulado y armado con un cañón es atacado desde el aire por un dron tipo FPV (Visión en Primera Persona). El robot ruso se acercaba a posiciones ucranianas, que le mandaron uno de estos drones, que estalló y lo dejó fuera de combate.
El índice de éxito en misiones de drones tipo FPV es muy alto, y muy superior al de la artillería tradicional. Un piloto de drones se pone unas gafas de realidad virtual, y ve lo mismo que percibe el dron en vuelo. De esta manera lo conduce hasta su destino de manera manual, y acierta casi siempre. La particularidad en esta ocasión es que el blanco era otra máquina no tripulada rusa.
El ejército de Vladímir Putin está experimentando con drones tipo UGV en el campo de batalla, esto es, pequeños vehículos armados, no tripulados, y que se desplazan de manera autónoma o por control remoto con la ayuda de ruedas o cadenas. El acrónimo en inglés se corresponde con Unmanned Ground Vehicles o Vehículos Terrestres no Tripulados.
Se desconoce si los UGV del Kremlin están hechos de manera artesanal o hay una empresa detrás que los desarrolle. Lo que sí se conoce es que un pequeño pelotón de media docena de estos minitanques equipados con lanzagranadas AGS-17 fue enviado al frente la última semana de marzo.
Los vehículos robotizados se unieron a un asalto contra posiciones ucranianas en los alrededores de Berdychi, al oeste de las ruinas de Avdiivka, en el este ucraniano. Se trata del primer despliegue de un vehículo terrestre armado no tripulado en un ataque mecanizado de cierta envergadura. Ocurre un mes después de que esa ciudad, un antiguo bastión ucraniano, cayera tras una lluvia de drones, bombardeos y un costoso asalto terrestre ruso.
Nueva tecnología, con mimbres conocidos
El lanzagranadas que equipa es un arma antigua con décadas de experiencia. De poco más de un metro de longitud, lanza proyectiles de 30 mm a cientos de metros en fuego directo o indirecto. Los proyectiles utilizan un sistema de cadena en su alimentación, que por defecto tiene un diseño con capacidad para 29 disparos. Dispone de un mecanismo para reducir el retroceso, así que el pequeño tamaño del UGV no debería suponer un problema.
Según diversos animadores en redes sociales, como el reconocido propagandista Boris Rozhin, afirma que su uso fue todo un éxito. «Como parte de la misión de combate, un grupo de drones de asalto tomó parte en el apoyo a las operaciones de asalto, asegurando la supresión de las posiciones enemigas en la aldea utilizando los módulos AGS-17 instalados, disparando varios cientos de granadas». Además, añadió «durante el uso en combate, los drones mostraron buenos resultados. Fueron capaces de seguir operando incluso en condiciones en las que las pérdidas de personal y equipos costosos por el fuego enemigo habrían sido inevitables».
De manera nada sorprendente, Rozhin olvidó mencionar que la 47.ª Brigada Mecanizada del ejército ucraniano atascó o dañó al menos dos de los robots, y se cree que dejaron inservibles al menos otros tres. Cualquier cosa que sea visible hoy en el campo de batalla, puede ser blanco de los drones tipo FPV, en cuya utilización los ucranianos están demostrando una enorme pericia.
Pequeña gran industria de emergencia
Kiev ha habilitado una red de cientos de pequeños talleres para construir al menos 50.000 drones FPV de al menos un kilo de peso al mes. Los pelotones en el campo de batalla equipan cada una de estas aeronaves con granadas o cohetes, y envían el dron a toda velocidad hacia las tropas rusas, incluso a varios kilómetros de distancia.
Las contramedidas electrónicas rusas, al parecer de bastante mala calidad, son en su mayoría incapaces de detener a los drones ucranianos. Por contra, los interferidores de Kiev consiguen inmovilizar a sus contrapartes rusas, lo que proporciona a Ucrania una ventaja estratégica en materia de drones. Esta ventaja permite a las brigadas Zelenski, escasas de artillería, resistir ante los masivos asaltos terrestres rusos.
Los diminutos FPV se están cebando con la infantería de Moscú, y están destruyendo vehículos tripulados y no tripulados con la misma eficiencia. Si los robots artillados como los UGV rusos se conviertan finalmente en equipamiento estándar de los regimientos rusos, necesitarán defensas contra los robots aéreos armados. A medida que más vehículos aéreos no tripulados entren en combate, todas las partes tratarán de desarrollar tácticas para integrarlos en operaciones de asalto.
Nuevo tipo de armamento
Este combate subraya el papel emergente de los vehículos terrestres no tripulados en la guerra. Estos pequeños sistemas se han utilizado para colocar minas terrestres, entregar munición a tropas, realizar evacuaciones de víctimas o retirar explosivos del campo de batalla. Pero muy rara vez, y casi siempre de manera experimental, han pisado el campo de batalla.
Podría decirse que esta es la primera vez que dos androides han protagonizado un enfrentamiento armado. La guerra sin más personas al su alrededor que sus pilotos, que tras la destrucción de ambos dispositivos, siguieron con sus vidas habituales. La guerra ha cambiado, aparentemente para mejor.