'The Last of Us': el amor es el último refugio
El tercer capítulo de la serie ha revelado una hermosa historia de amor que ha conmovido a la audiencia
Dos escenas revelan la elegancia y el compromiso en The Last of Us por contarnos la evolución del amor. La primera es notoria y ha formado parte de la discusión en redes sociales porque sucede alrededor de un piano y contiene dos interpretaciones opuestas del clásico de Linda Ronstadt «Long Long Time». La segunda es más sencilla. Ocurre en un pequeño huerto. Frank (Murray Bartlett) sorprende a Bill (Nick Offerman) con el nacimiento de las primeras fresas que ha cultivado. El regocijo y la emoción les invaden de tal manera que a punto están de hacer el amor encima de las frutas.
Love will abide, take things in stride
Sounds like good advice but there’s no one at my side
And time washes clean love’s wounds unseen
That’s what someone told me but I don’t know what it means
El tercer capítulo de la serie, que lleva por título el del sencillo que le permitió a Ronstadt ser nominada a su primer premio Grammy, se siente como algo realmente diferente y fresco en la historia de la televisión; una manera muy inteligente de mostrar las paradojas de nuestra naturaleza. ¿Se puede encontrar el amor cuando la humanidad está por desaparecer? La pandemia reciente nos dio algunas claves: muchas parejas se separaron porque no aguantaron la convivencia, pero otras personas sintieron la necesidad de tener contacto con los seres queridos, incluso de pensar que la vida compartida sería la mejor decisión si algo peor que el coronavirus nos atravesara.
Los cocreadores de la serie, Craig Mazin (ganador del premio Emmy por Chernobyl) y Neil Druckmann (copresidente de Naughty Dog), agregan una historia que, sin estar desarrollada en el videojuego, encaja en la trama. Para amar hay que confiar, pero ¿cómo se puede desarrollar la confianza cuando los seres humanos están peleando por la supervivencia? Lo advierte muy bien el protagonista, Joel Miller (Pedro Pascal), cuando le dice a Bill que otras personas intentarán arrebatarle lo que ha conseguido: un lugar seguro y autosuficiente.
De hecho, en las películas de infecciones, es un tropo la traición para hacerse con recursos como el agua o comida. Lo vimos en The Walking Dead, por ejemplo, o de forma mucho más visceral en The Road, una de mis películas preferidas sobre la deshumanización apocalípitica. Por eso, la historia de Bill y Frank es una verdadera rareza, porque representa la esperanza en una sociedad destinada a la aniquilación. Como se advierte en el segundo episodio: la única solución es tirar bombas para acabar con el virus.
‘Cause I’ve done everything I know to try and make you mine
And I think I’m gonna love you for a long long time
Dice Mazin a IndieWire sobre la relación que vemos crecer entre estos dos hombres maduros: «La intención era mostrar el arco del compromiso. Estoy en mi año 26 de matrimonio, y el amor de mediana edad es una cosa. Y es algo diferente al amor a los 20. Hay algo que se inicia con el compromiso con el tiempo».
En efecto, el episodio está tan bien logrado que sorprende al espectador que espera la traición de Frank, quien llega como un paracaidista al fuerte de Bill. Este último se ha preparado durante años para el Apocalipsis. Minó su territorio, puso cercas eléctricas, vigila todo el perímetro desde un sótano con un circuito de cámaras. En fin, que la paranoia le rindió frutos.
Frank, por el contrario, ha improvisado. Sobrevive de milagro. Sin embargo, es precisamente esa espontaneidad lo que termina por conquistar a Bill. El gran ejemplo es la escena del piano. Después de haber comido, estaba listo para abandonar el refugio que su recién conocido le había brindado por unas pocas horas. Sin embargo, el deseo de tocar una última pieza antes de marcharse es lo que desencadena el romance alrededor de las teclas.
Caught in my fears
Blinking back the tears
I can’t say you hurt me when you never let me near
And I never drew one response from you
All the while you fell all over girls you never knew
‘Cause I’ve done everything I know to try and make you mine
And I think it’s gonna hurt me for a long long time
Lo que resulta más conmovedor es cómo Frank va convenciendo a Bill de hacer otras cosas aunque la humanidad haya perdido la cordura, predomine una dictadura y no haya esperanza en el futuro, como invitar a Joel y Tess (Ana Torv) a un almuerzo, o decorar la calle que nadie habita. ¿Hay una mayor prueba de amor que cosechar una fruta por el solo hecho de querer sorprender a la pareja?
Como es natural, todo esto sucede en medio de iras y contradicciones. De nuevo, dice Mazin: «Era importante para mí mostrar que el romance, por mucho que duró, no duró. Y luego están discutiendo. Y luego está la negociación. Y luego es darte cuenta de lo que la otra persona hace por ti. Y luego está el miedo, y llevar a estos personajes a través de las etapas de la vida como los he estado experimentando y he visto experimentar a los padres de mi esposa y a otros amigos. La idea era destacar los momentos más relevantes de tu vida en los que el amor significa algo diferente».
Wait for the day
You’ll go away
Knowing that you warned me of the price I’d have to pay
And life’s full of flaws
Who knows the cause?
Living in the memory of a love that never was
‘Cause I’ve done everything I know to try and change your mind
And I think I’m gonna miss you for a long long time
‘Cause I’ve done everything I know to try and make you mine
And I think I’m gonna love you for a long long time
Long Long Time es una canción triste porque narra el anhelo por una persona y el amor, un amor que no llegará. Eso creía Bill que le pasaría, pero entonces conoce a Frank. Lo maravilloso de este encuentro es que resume lo que muchos deseamos, incluso en secreto, por lo tanto resulta irrelevante el sexo de los protagonistas. En tiempos de tanto odio, es un mensaje poderoso.
Asegura Mazin sobre el giro que da a la historia de estos dos personajes: «Al final, Neil dijo algo muy inteligente: ‘Incluso si un personaje no aparece en nuestro programa, en este caso, estos tipos tuvieron un final más feliz que en el juego’». Ese final pasa por una dura decisión que toma la pareja, aunque lógica en su dinámica. Hay un cierre físico, pero una trascendencia espiritual. Pese a que no lo vemos, uno los imagina recitar en esos últimos minutos de vida el verso de Ronstadt: «… And I think I’m gonna love you for a long long time».