La biografía epistolar de Kurt Vonnegut
Se publica por primera vez en castellano la correspondencia de toda una vida del escritor de ‘Matadero Cinco’, desde que fue liberado en Dresde hasta su muerte
Kurt Vonnegut y su mujer Jill Krementz. 1998. Imagen de archivo | Richard Ellis (Europa Press)
Billy Pilgrim, el protagonista viajero en el tiempo de la novela de culto Matadero Cinco, se convirtió en símbolo de la resistencia juvenil frente a los horrores de la guerra. Ahora Kurt Vonnegut (Indiana, 1922-Nueva York, 2007) es leído como un autor de culto, siendo que el libro vive sucesivas reediciones, que está siendo traducido al catalán por Males Herbes y fue convertido en un cómic por Albert Monteys. Dentro de ese reconocimiento al autor aparece por fin en nuestro idioma la selección de Cartas (Debate, 2023) de Dan Wakefielf que apareció en inglés hace ya más de una década, en 2012, formando un díptico del autor junto a la biografía And so it goes de Charles J. Shields del 2011.
La selección de Cartas funciona como una biografía en nuestro idioma en la que encontramos con transparencia durante sesenta años al autor de las novelas que enamoraron a tantos, como Desayuno de campeones o Las galápagos. El mismo humor y la misma ironía que lo convirtieron en oráculo de la resistencia bélica y de los lectores del baby boom, el autor capaz de hacer chistes de asuntos serios, que a su vez permite entender sin moralinas la barbarie del siglo XX.
La primera carta se dirige a sus padres tras la liberación en Dresde. Allí fue prisionero estadounidense de guerra, en una ciudad alemana que lo cautivó por su belleza, y presenció cómo fue convertida en una gigante pira por culpa de las bombas incendiarias. El evento de especial violencia por parte de los aliados fue interpretado como un castigo sádico, de manera que no se le prestó especial atención hasta que Vonnegut lo inmortalizó en el papel de la boca de Billy Pilgrim.
En la parte inicial del tomo descubrimos su infancia, que empezó en momento de especial riqueza de la familia Vonnegut como arquitectos constructores de Indianápolis para presenciar de primera mano la bancarrota y el hambre de la Gran Depresión. Le sigue a ese evento trágico la muerte de su hermana Allie, que brilla como un faro espectral en los textos, y la muerte de muchos de sus compañeros de clase en la Segunda Guerra Mundial.
La primera parte del tomo termina cuando deja de escribir publicidad para General Electrics y empieza a ganar dinero con los cuentos en las revistas. La televisión le arruinará el negocio de las revistas, pero Vonnegut persiste como escritor hasta el éxito instantáneo de Matadero Cinco, novela que había intentado exorcizar durante más de una década que coincidió con la Guerra del Vietnam. Una nueva generación de lectores lo tomó como referente y su obra anterior fue reeditada.
Nos enfrentamos a un libro con mucha ironía y humor, pero también cinismo y tristeza. Hay un trauma bélico no superado tanto como sabor a cenizas pese al cambio de vida que acompañó a la fama: dejó a la mujer con la que llevaba casado veinticinco años y siete hijos para vivir con una mujer diecisiete años más joven. No son las únicas decepciones, podemos ver cómo se frustra y tarda cuatro años en escribir Desayuno de campeones que él consideraba una obra menor.
El agridulce capricho de su ficción se traslada a la correspondencia. «Y dime», escribía a un amigo, «cuando a uno la vida le sale al paso, ¿se ríe a carcajadas o trata de mantener la mayor dignidad posible?». Si la experiencia alemana de Vonnegut moldeó su estilo campechano y confidencial, que hacía que los lectores sintieran que les miraba a los ojos, también creó las lagunas en su espíritu que llenaron las adicciones -alcohol y nicotina- y los ataques de depresión.
La impresión que tenía Kurt Vonnegut de que las cosas le salían mal puede palparse por las progresivas ilusiones y desilusiones alrededor del proyecto de adaptar sus obras a películas. Los impedimentos se multiplican cuando al fin hacen una obra de teatro. Hay también un apartado dulce de cartas a sus hijos e hijas ya mayores.
Finalmente descubrimos que hubo un intento fallido de suicidio en el 84 que nos habría impedido disfrutar del autor hasta 2007 cuando falleció con un reconocimiento que sentía que la mayor parte de su vida se le había negado. Ahora sus amantes en nuestro idioma tienen la oportunidad única de leer un nuevo libro de su autor de culto en el que hacer la labor mental de convertirse en biógrafo a través de las cartas.
