'Nadie te salvará': la joya de terror de 2023
¿Es mejor vivir en un mundo que te odia o en una fantasía con la que has soñado toda tu vida?
En la medida que tu corazón se desacelera, Nadie te salvará va dejando ideas sueltas en tu cerebro que llegan a unirse cuando tu mente por fin toma respiro. Las manos sudadas y el asiento arrugado por el esfuerzo que hiciste acompañando a Brynn (extraordinaria Kaitlyn Dever) en esta travesía contra los extraterrestres confirman que la experiencia ha sido angustiante. Pero la película de Brian Duffield es mucho más que un intenso esfuerzo por sobrevivir.
Duffield, que había destacado como guionista (me enterneció con De amor y monstruos), consigue algo muy grande con muy pocos recursos. Toma todos los tropos, clichés e imaginario cultural de los aliens, y los convierte en algo completamente novedoso. La película es original no por sus elementos, sino por la combinación de ellos. Cuando creemos que hemos entendido hacia dónde nos llevan, el director lo voltea todo, de manera que la boca del espectador toca el piso.
Es probable que mi afición por el cine sobre extraterrestres me gane -la culpa es de mi hermana que me llevó a ver E.T. siendo un crío-. Por eso advierto que si este género no va contigo, lo mejor es que no pierdas el tiempo aquí. Para los que siguen leyendo, deben saber que detrás de Nadie te salvará hay muchos subtextos, algunos refieren a la soledad, la culpa y el dolor. No obstante, ya vamos a ampliar este punto. Primero destaquemos la brillante construcción de la tensión que define a la cinta.
Directo al grano
Duffield no quiere que pierdas tiempo sobre lo que está pasando en esta comunidad rural. Hay signos de una presencia alienígena en jardines y campos y el director no tarda mucho en mostrarnos cómo lucen los extraterrestres. Básicamente responden al fenotipo clásico, algo que animará a los fanáticos del Área 51. Tampoco se adentra en las motivaciones de la invasión. Estos seres van a por los cuerpos humanos, para su estudio o colonización.
Para que los fanáticos tengan referencias. En Señales, M. Night Shyamalan se toma su tiempo para mostrarnos el rostro del invasor. Como en la mayoría de sus películas, la tensión se explica desde lo que no se ve o desde lo que no está definido. ¿Qué es real y qué no? En Nadie te salvará no existe tal dualidad. Aquí los extraterrestres llegaron para conquistar.
Entonces, en medio de este inesperado ataque, a Brynn se le despierta el instinto supervivencia. Resulta acertado, y sobre todo muy entretenido cómo la casa de una solitaria modista se convierte en el refugio de armas punzo-cortantes que a la tímida chica le vienen como anillo al dedo. Además, la protagonista decidió alejarse del mundo y aprovechar las ventas en línea para mantenerse económicamente. Así, creó un universo en miniatura del pueblo que idealiza. Paradójicamente una iglesia en miniatura le permite salir airosa de su primer ataque. Hay mucha ironía en este detalle.
Tenemos pues un inicio clásico en el que la heroína debe luchar por mantenerse de pie. Su enemigo es un monstruo, que sí, que viene del espacio, pero en este punto da igual. Hay una amenaza y la protagonista usa toda su argucia para salir adelante, esto implica elaborar una estrategia, como lo hace Kevin (Macaulay Culkin) en Home Alone e incluye, por supuesto, saber usar el fuego.
El dolor por el pasado
Cuando pensábamos que la cinta se dirigía a un survival clásico, en el que en lugar de haber un Michael Myers o un monstruo del pantano hay un alien, Duffield gira el enfoque. Lo hace directamente hacia el título. Tampoco hay engaño en esto. Por más que pelees, esta es una batalla perdida. Pero, ¿por qué?
Es en este punto en el que todo se vuelve más oscuro. Lamento no profundizar más en ello porque el lector, si quiere ver esta cinta, tendría pistas. Digamos, en todo caso, que las vivencias humanas son de interés para estos seres. Se da a entender que la lucha, aferrarse a la vida, como lo hace Brynn también genera mucho curiosidad en el enemigo.
Duffield cierra su película no solo explicando la razón por la que la protagonista ha decidido encerrarse en su mundo. En la cinta, la ausencia de diálogos no solo funcionan como una manera de generar angustia -la respiración de Brynn nos pone los pelos de punta- sino que ejemplifican lo rota que está la heroína. Es una víctima. La propia sociedad ha decidido darle la espalda, incrementando esa soledad que será clave para la última escena.
¿Es mejor vivir en un mundo que te odia o en una fantasía con la que has soñado toda tu vida? La pregunta no es fácil de responder cuando solo has recibido maltrato. Por eso el cierre de Nadie te salvará es brillante. La confusión por un baile que parece de otra película, se aclara cuando vemos quién sobrevuela ese cielo hermoso. Brynn recreó en casa un universo al que no tenía acceso, de allí su amor por las miniaturas. Después de los sucesos, tiene la posibilidad de vivir en él.