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Cultura

'Escape': una oda a la libertad más sagrada e innegociable

Escape es una distopía en la que Enrique Rubio reflexiona sobre la especie humana y plantea el dilema de la libertad

‘Escape’: una oda a la libertad más sagrada e innegociable

El autor de la novela 'Escape', Enrique Rubio.

Escape, la distopía en la que Enrique Rubio reflexiona sobre la especie humana y plantea el dilema de la libertad, llegará a la gran pantalla dirigida por Rodrigo Cortés y producida por Martin Scorsese.

El autor de este artefacto narrativo peculiar llamado Escape no es ni un ser superior ni un Dios con delirios de grandeza; sólo tan egocéntrico y narcisista como el resto de los mortales; torpe e inútil en 9 de cada 10 ámbitos humanos y una mente con agujeros, sesgos, prejuicios, errores… Un joven que no habría escrito nada sin su TOC y sin su personalidad Asperger. Un día, el escritor y cineasta Rodrigo Cortés le dice que le ha encantado su novela y que le parece un suicida y un insensato, alguien «al revés». Él se ve más un poco como Dustin Hoffman en Héroe por accidente, pero nos vale. Porque de vez en cuando la vida toma con nosotros café, cantaba Serrat, y Enrique Rubio (Murcia, 1978) siente lo mismo hacia Rodrigo, «para mí es otro iluso cegado por la pasión de hacer lo que te interesa, sin mirar atrás. Nadie más que él, en España (y  pocos en el resto del mundo) podría haber sacado adelante historias, más que improbables, imposibles, como Buried, El amor en su lugar o Concursante». 

Si esto no fuera suficiente, Scorsese dice «sí» a producir el filme sobre su libro: «Si fuera consciente y tuviera presente continuamente lo que significan Rodrigo Cortés y Martin Scorsese juntos, no se trataría de asumirlo y vivirlo con valentía, obedece simplemente a la inconsciencia y la insensatez, a no saber o no pensar en qué consecuencias puede tener esto o aquello». Entonces pienso, ¿puede morir uno de éxito? «Y tanto, como de fracaso. Si esto me hubiera pasado con 30 años o menos, podría ser perjudicial. Pero con 45 años mi cabeza ya es un búnker subterráneo a 100 metros de profundidad, y mi camino lo siento cristalino. La vejez es un arma de doble filo: por un lado te hace mucho más rígido, pero también más resistente a las tempestades, las malas influencias, los éxitos y que te hagan palmas», explica a THE OBJECTIVE. 

Esto es sólo un poquito de lo que Rubio trae bajo el brazo con Escape (La Esfera de los Libros, 2022), el libro que más satisfecho le ha dejado, junto a Tengo una pistola (2009), su primera novela surgida a partir del relato con el que ganó el IV Certamen Jóvenes Talentos de Booket. «La premisa central no es otra cosa que el drama universal que genera la mente del sapiens cuando se intenta adaptar al medio; una mente religiosa, irracional, rebosante de sesgos, trampas, autoengaños… y determinada por un instinto inconsciente que intenta atrapar el aire o ponerle puertas al campo». Impacta el conflicto del personaje con la libertad, ser un ciudadano libre y, sin embargo, desear una cárcel, que le ordenen: «Escape conecta bien con el zeitgeist de nuestra época y el estrés ante el maremágnum de opciones y la complejidad de nuestro mundo civilizado, al que no podemos adaptarnos por tener un software instintivo totalmente desfasado. ¿Cómo saber si alguno de los caminos que descartaste no eran mejores? Al ser una elección propia, no se me ocurre un acto de libertad mayor que elegir libremente que te quiten la propia libertad –prosigue el autor-. Desde ese punto de vista Escape sería una oda a la libertad más sagrada e innegociable».

Escape expone la vida de un joven al que sus padres, al alcanzar la mayoría de edad, lanzan al mundo exterior. Hasta ese momento, lo mantuvieron aislado de toda influencia negativa. La burbuja del nido familiar estaba llena de libros. Pensaban que ellos bastarían para adquirir responsabilidad, educación, sentido común, criterio para enfrentarse a la realidad… Lo que ocurrirá, tras descubrir el mundo real, le sorprenderá.  Rubio asegura que, «todas las catástrofes humanas, ya sea en ámbitos pequeños (familias, amistades) o muy grandes, en forma de guerra, las producen personas que creen hacer lo correcto, el ‘bien’. Hasta Hitler creía hacer lo correcto. No hay nada más peligroso que nuestra moralidad, pues nos vuelve fanáticos y nos obliga caiga quien caiga».

Portada de la novela Escape de Enrique Rubio.

Una se asusta por la influencia de las tecnologías y las redes sociales donde demasiado cuelgue lleva al borreguismo: «El sufrimiento de la humanidad, además del que nos toca por el simple hecho de ser animales con capacidad para sentir dolor, miedo y estrés, se ha intensificado con el progreso cultural y tecnológico, pues nos ha desconectado de nuestra naturaleza. Con Internet, las redes sociales, las apps de citas como Tinder (que se basan en un intercambio de estatus social por belleza física, sin más criterios o intereses), siento que somos más tribales, violentos, intransigentes y más sexualizados, es decir, más primarios en general. Es curioso cómo el avance tecnológico nos ha llevado de vuelta a la Edad Media (supersticiones, dogmas de fe, linchamientos sociales, destrucción total de los herejes, pensamiento mágico anti ciencia…)», explica.

Ha demostrado ser todo un visionario, son malos tiempos para la lírica, para vivir del pensamiento y de la racionalidad: «En los años 80 y 90 había mucha más libertad, menos censura, y la gente en general tenía una mente más abierta y menos susceptible a sentirse ofendida. Por eso es tan milagroso que Escape vea la luz. Si a Rodrigo no se le hubieran cruzado los cables, habría sido improbable que la novela se publicara, pues siempre fue rechazada con excusas». ¿La razón? «Sin duda fue mi sexo XY y que Escape es cualquier cosa menos una novela panfletaria y sobre un protagonista de un colectivo supuestamente oprimido. Yo no veo mal que haya obras panfletarias o adoctrinadoras en esta o aquella religión, pero ¿nueve de cada diez, tirando por lo bajo?».

La novela ha sido una válvula de escape mientras la escribía y pulía, desde la semilla inicial – aquel relato llamado Cárcel (2006), pasando por la primera versión en 2013 hasta la última en 2022, «el resultado dependerá de cada lector». En todo caso, no dejará indiferente a nadie, tanto en papel como en la pantalla grande: «La película y la novela son tan diferentes que incluso podrían considerarse historias independientes, aunque cuando veo a Mario Casas en pantalla, parece como si estuviera interpretando a Enrique Rubio, pues me siento mucho más identificado con el Hijo de la película que con el Hijo de la novela, donde el protagonista es mucho más hiperbólico». 

Lo indiscutible es que Escape ha supuesto un punto de inflexión en la carrera del murciano, «he encontrado que mi gran vocación es la de guionista y que, aunque publique los tres libros inéditos que tengo terminados, no voy a escribir ninguno más. Mi nuevo camino es el guion», concluye.

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