El chileno Aldo Cassinelli y la importancia de «hacer más sexy la moderación»
El académico chileno ha presentado su libro ‘Un sistema político para el Chile que viene’ acompañado por Borja Sémper
En las últimas dos décadas, Chile ha experimentado una notable evolución en su escenario político y sistemas de gobierno. Estos han estado marcados por transformaciones significativas y demandas ciudadanas que han influido en la configuración del panorama político del país. La diversidad ideológica de la sociedad chilena se ha visto reflejada en distintos gobiernos de coalición, los cuales han tenido marcado en rojo de manera permanente la desigualdad social y las reformas estructurales, desembocando en profundos cambios tanto en políticas públicas como en la estructura misma de las instituciones, además de una búsqueda constante de equilibrio entre el crecimiento económico y la igualdad social.
Esta cuestión ha sido uno de los ejes centrales de la presentación del nuevo libro de Aldo Cassinelli: Un sistema político para el Chile que viene, celebrada en la sede de THE OBJECTIVE. El ejemplar ofrece una interesante revisión sobre sistemas democráticos, la relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo o el rol que cumplen las coaliciones del oficialismo y la oposición, entre otros, en el desarrollo democrático de América Latina. Cassinelli —académico y analista político— insta a reflexionar sobre los sistemas de gobierno y el Chile que viene, en el cual los espacios de desarrollo y participación democrática serán un eje fundamental.
En el acto, moderado por Álvaro Nieto, director de THE OBJECTIVE, ha estado acompañado por el portavoz nacional del Partido Popular (PP), Borja Sémper, quien ha hecho una llamada a iniciar una «revolución moderada» para defender y expandir la democracia liberal y el estado de derecho. «Hay valores que por muy antiguos que sean no dejan de tener vigencia», ha afirmado el portavoz ‘popular’. Cassinelli ha seguido por la misma línea y ha puesto el enfoque entre la legalidad y la legitimidad de los actos, asegurando que «no porque algo sea legal tiene que ser legítimo». El principio superior, como lo califica el ejecutivo chileno, es la responsabilidad y «la de las personas que actuamos en la vida pública, es preservar a largo plazo la vida de las instituciones».
A pesar de las diferencias institucionales entre Chile y España, pues el país latinoamericano se rige por un régimen presidencial, las fuerzas políticas chilenas se nutren también de todo lo que sucede en España. Pero Cassinelli dirige sobre todo la mirada hacia los hechos ocurridos en 2019 en el país del cono sur, los cuales provocaron un malestar y pusieron en jaque esa normalidad y estabilidad previa. «Yo creo en que el Estado tiene que cumplir un rol, pero también hay elementos del sistema político que dieron cuenta a esta situación de descontrol», desvela Aldo Cassinelli.
Asimismo, Cassinelli achaca el auge de los populismos tanto en América latina como en Europa a que «la democracia no logra resolver los problemas de la gente». La resolución de las demandas sociales a través de políticas públicas de manera eficaz «y no 20 años más tarde» es lo que le faltó a Chile, según el científico político.
Tras cuatro años de medidas y ‘tirar de la cuerda’ para devolver el equilibrio y la estabilidad sociopolítica en Chile, «la gente se ha dado cuenta de que prefiere vivir en un país aburrido y sin tanta ‘fiesta’ en la calle» afirma Cassinelli, resaltando que los medios de comunicación «son clave para mostrar lo que está pasando y para destapar las problemáticas del sistema». Al fin y al cabo, lo que demanda la población es retomar la cultura política y «solucionar los problemas, no jugar a la política».
Freno a los populismos
La institucionalidad chilena es tomada como ejemplo en la lucha contra los populismos. A través del cambio en el voto, pasando de voluntario a obligatorio, Chile ha conseguido apelar al «voto mediano», concentrando su fuerza en ese segmento poblacional y así alejarse del votante extremista. «Esto desincentiva el discurso mayoritario», afirma Cassinelli.
Borja Sémper ha concluído advirtiendo sobre el «gran riesgo» que supone no poder revertir una situación tan polarizada que se refleja de manera clara en España. «A lo largo de estos 40 años en España, había un cinturón de seguridad llamado consenso entre PP y PSOE y eso a día de hoy no existe», ha reflexionado decepcionado el portavoz.
«La incapacidad de alcanzar acuerdos entre politicos contamina a la sociedad afectando a las relaciones personales entre españoles y fracturando en dos al país» ha sostenido Sémper y ha reafirmado Cassinelli, fijando como objetivo «hacer más sexy la moderación».