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Demanda y usos del gas en España: una aproximación a 12 años de historia (1900-2020)

Demanda y usos del gas en España: una aproximación a 12 años de historia (1900-2020)

Demanda y usos del gas en España

Hoy en día, al hablar de gas pensamos en el gas natural que se produce en la corteza terrestre, pero a comienzos del siglo XX se trataba de gas manufacturado a partir de hulla (carbón). Posteriormente, y en muchos casos durante los años sesenta del siglo XX, se pasó al gas de nafta, aunque esta transición no significó la inmediata desaparición del gas de carbón por el de nafta. Y la incorporación del gas natural regasificado en la planta de Barcelona tuvo lugar a finales de la década de los años sesenta; y tiempo después llegó el momento del gas doméstico o nacional producido en los yacimientos de Serrablo (1984), Gaviota-Albatros (1986), Valle del Guadalquivir (1990) y Poseidón (1997). 

Con la perspectiva de más de 100 años, la demanda de gas (incluyendo aquí los distintos tipos de gases y expresado en miles de millones de metros cúbicos, bcm por sus siglas en inglés) no creció con claridad hasta la década de los años setenta del pasado siglo, que es cuando progresivamente, se fue incorporando el gas natural al sistema, surgiendo así el sistema gasista. En el período 1901-1969, el consumo de gas manufacturado comenzó a aumentar de una forma clara en la década de los años cincuenta. 

Gráfico 1. Demanda total de gas. 1900-2020 (bcm)

Fuente: Véase Álvarez Pelegry (2022)  

Calculando los crecimientos anuales compuestos de la demanda (CAGR, por sus siglas en inglés), los resultados son interesantes. Así de 1901 a 1939, es decir, desde el comienzo del siglo XX, hasta el final de la guerra civil española, la tasa de incremento fue del 0,3%. El porcentaje de variación aumentó al 4,2% en el período 1940-1968. Tras la llegada del gas natural hasta 2008; el año de la crisis financiera, los crecimientos fueron muy fuertes. En el período 1969-1985 fue de casi el 10% (9,7%) y desde 1986 a 2008 escaló al 12,6%. Y si se escogen periodos de tiempo más amplios, desde el año 1901 a 1968 el crecimiento ascendió al 2,3%; entre 1986 y 2020 fue del 7,3% y en los treinta años tras la llegada del gas a Barcelona, es decir de 1969 a 2020 alcanzó el 8,0%.

Esto fue debido a que antes de la década de los sesenta, y por tanto de la llegada del gas natural (1969), el cambio en las tecnologías de producción del gas manufacturado y el crecimiento económico a partir de mediados de los fueron factores explicativos de la evolución. En estos años,  los Gases licuados del petróleo (GLP), como puede ser el butano o el propano, crecieron con fuerza, apoyados por una logística de despliegue simultáneo en diferentes localizaciones, sin la necesidad de construir gasoductos de transporte y distribución.

Tras la llegada del gas natural, la década de los setenta supuso el comienzo, de un crecimiento nuevo, si bien limitado al área de Barcelona. Por ello la pendiente de crecimiento en ese período, desde la perspectiva del conjunto de los años de 1900 a 2020; no fue muy acusada, pero los valores iniciales y finales presentaron tasas elevadas que superaron el 20%. 

En la década de 1980, se advierte un crecimiento aparentemente suave, que cobró más fuerza en la década siguiente. El factor explicativo fundamental sería el protocolo del gas de 1985, y sobre todo su implementación ya que hubo un importante despliegue de infraestructuras de transporte y distribución y una política comercial de búsqueda sistemática de mercado para sustituir a los productos derivados del petróleo.

A finales de los años ochenta, hay que destacar la influencia de la Ley de hidrocarburos, unida al importante despliegue de construcción de ciclos combinados. Las ventajas específicas de los ciclos combinados dieron como resultado un llamativo crecimiento del consumo de gas para generación eléctrica que llegó a suponer cifras en el entorno del 40% de la demanda total. 

La década de los años noventa experimentó un fuerte crecimiento del consumo. El Plan Energético Nacional 1991-2000 (PEN 1991-2000) ya preveía para el gas un fuerte crecimiento que se apoyaría, tanto en su uso en centrales térmicas convencionales como de ciclo combinado. También se incrementó el uso del gas en cogeneración, y al comienzo de esa década se pusieron las bases para la llegada de infraestructura de gas a regiones o comunidades autónomas que no disponían de esta. También hay que destacar infraestructuras como el gasoducto del Magreb y la normativa, tanto comunitaria como española, que fueron muy relevantes y mantuvieron su influencia en años posteriores.

La primera década del siglo XXI experimentó un fortísimo crecimiento de la demanda, que prácticamente se duplicó, pasando de 17 bcm en el año 2000 a 34,4 en el 2010, con un máximo de 38,6 bcm en 2008. El protagonismo de la demanda de los ciclos combinados y el fuerte consumo industrial, explican en gran parte, la situación en ese periodo.

Obviamente, el consumo del gas fue ligado a sus usos. Como es conocido, en los comienzos de la industria gasista (la del gas manufacturado), el uso del gas tuvo como mercado final la iluminación de lugares públicos y progresivamente fue penetrando en hogares e industrias. En el periodo entre 1931 y 1949 la mayoría de la demanda de gas tuvo como demanda final su uso en los sectores doméstico y comercial. El consumo industrial, aunque creció en valor absoluto no representaba un porcentaje significativo y el alumbrado público, como consecuencia, en gran parte de la penetración de la energía eléctrica, representaba un porcentaje muy bajo.

No fue hasta la década de los setenta, cuando el consumo industrial creció de forma sostenida y creciente. El consumo en centrales térmicas aumentó de forma acusada en los años finales de la década, pero experimentó altibajos en el periodo, mientras que el consumo doméstico y comercial y el uso para gas manufacturado perdió relevancia porcentual en la estructura del consumo.

En la década de los ochenta, concretamente desde 1984 y hasta el año 2020 cayó la demanda de gas para usos no energéticos, destacando el creciente peso del mercado industrial, así como las notables variaciones en la utilización del gas en generación eléctrica. A partir del año 2009 cayó el nivel de consumo de ciclos combinados y la industria recuperó su importancia sobre otros usos. 

Uniendo ambas variables, demanda y tipos de usos durante los 120 años de historia del gas en España, podemos pues distinguir varios periodos. El primero, 1901-1939, se puede definir como el de «competencia de la electricidad y nuevos usos del gas». La década de 1940 se caracterizó por un descenso del uso del gas manufacturado para el alumbrado público y un crecimiento importante del consumo industrial, mientras que el consumo doméstico perdió cuota de mercado a pesar de que experimentó un aumento en valor absoluto. Y el gran crecimiento llegaría en el periodo de 1950-1970 de la mano de los gases licuados del petróleo, en especial del butano, cuyo consumo aumentó de manera exponencial tras la puesta en marcha de la sociedad BUTANO, S.A., creada por REPESA y CAMPSA. También en este periodo se dio un aumento del gas manufacturado, pero no sólo el procedente del carbón, sino también de la nafta, y sobre todo, la introducción del gas natural en nuestro país a partir de 1969. 

Precisamente, los años setenta verían el desarrollo del gas natural, aunque circunscrito al área de Barcelona, aunque la empresa Gas Natural no contaba con la dimensión adecuada ni los recursos necesarios para abordar su penetración a gran escala, por lo que el INI decidió crear ENAGAS (Empresa Nacional de GAS) para el desarrollo de las infraestructuras necesarias que iban a permitir la gasificación del país. Y ya sería durante los ochenta cuando se comenzó el crecimiento del mercado gasista en nuestro país, que se materializó durante las décadas siguientes hasta llegar a la actualidad, donde aporta el 21% del consumo bruto de energía primaria en nuestro país, ocupando la segunda posición, sólo por detrás del petróleo.

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