Ovnis en Levante: García Llovet indaga en la costa valenciana
‘Los guapos’ es el retorno de García Llovet a la costa valenciana, donde construye una novela paranormal «typical spanish»
El pintor Brion Gysing, mentor de William Burroughs, decía que las artes visuales llevan cuarenta años de ventaja a las artes escritas, por eso en su época crearon libros como The third mind con la técnica del cut-up. Precisamente por eso no es de extrañar que algunos cineastas se adelantaran a señalar el potencial fantástico de la costa valenciana: los replicantes de Blade Runner en el Benidorm de Sueñan los androides de Ion de Sosa, precisamente el guionista de Espíritu Sagrado de Chema García Ibarra donde seguimos las pesquisas de una asociación de ufólogos de Levante, o también Isabel Coixet y su thriller Nieva en Benidorm, entre otros.
Esther García Llovet vio dicho potencial —con muchos menos años de diferencia— y lo explotó literariamente en Spanish Beauty (Anagrama, 2022), iniciando así su Trilogía de los países del Este con una novela negra de mafiosos y policías corruptos en Benidorm. García Llovet (Málaga, 1963), que trabaja como fotógrafa, había previamente retratado literariamente la ciudad de Madrid con su estilo rocambolesco y expresionista en la Trilogía instantánea de Madrid (Cómo dejar de escribir, Sánchez y Gordo de feria), con la que alcanzó cierto reconocimiento de la crítica como una voz literaria propia.
Ahora continua en Los guapos (Anagrama, 2024) con el proyecto centrado en la costa valenciana con un caso de ovnis en la Albufera, expresado mediante la aparición de crop circles —las formas geométricas de gran tamaño dibujadas en el campo sembrado parecidas a land art— en un camping de El Saler, donde se desplaza el protagonista emprendedor para investigar haciéndose pasar por periodista. ¿Un Twin Peaks valenciano? Sin duda una propuesta tan paranormal como divertida.
Contacto con García Llovet y lo primero que hacemos es rebobinar un poco al inicio de sus motivaciones: «Me gustó mucho la costa valenciana. La descubrí cuando iba en coche con un amigo que es de allí, fotógrafo, se llama Ricardo Cases, yo lo entrevistaba a él. Y como me gustó tanto el sitio voy con mucha frecuencia. Tiene muchísimo juego, era imposible sacarlo una sola vez. Quizás si se repite algún personaje en la trilogía es El Saler»
Le pregunto si ha visto círculos en el sembrado y contesta con una carcajada antes de desarrollar. Me cuenta que tuvo que investigar la época del año en que era más factible hacer esa clase de obras en un arrozal. Luego da los detalles sobre la génesis de Los guapos: «Me metí en temporada baja en El Saler, me dio las llaves el chaval del camping, diciendo que a las nueve cerraba, entonces me quedé yo sola. Se puso a llover de una forma muy bestia y al día siguiente me metí en una librería de segunda mano de fotografía y compré el libro de los crop circles. Entonces pensé ya tengo dos y dos, era muy fácil de pronto. Yo confío mucho y me suelen pasar estas cosas, luego es muy sencillo juntarlo todo».
El que piense en las películas de Chema García Ibarra se encontrara con que de pronto aparecen en el texto. Charlamos de eso y de la película de Ion de Sosa en Benidorm: «Ion de Sosa estrena Mamántula ahora. Sí, he visto todas esas películas, me gustaron mucho. También hay otra de estas cintas que sucede en Magaluf que es Magaluf ghost town de Miguel Ángel Blanca. Me gusta porque más allá de la temática tiene una forma muy rara de mezclar el pseudo-documental con la ficción, y eso es algo que me llama la atención. La película de Chema me gustó un montón, no me importaría que quisiera hacer una película con Los guapos, ¡ojalá!»
Llega un punto de la novela en que el protagonista emprendedor decide aprovecharse de la aparición de los círculos montando un festival. Los macrofestivales han sido duramente criticados por la feroz competencia con las productoras más pequeñas. Añade Esther sobre el texto que «creo que el festival que inspira todo esto es el Burning Man. Hay una escena en el libro de una persona que acaba de tener un viaje de ayahuasca viaja con otras dos en el coche, eso es real. Yo no la tomé, pero iba con un amigo que sí, que había estado en el Burning Man. Entonces se juntaron todas esas cosas muy parecidas: el LSD, el festival, los crop circles…»
Esa es una mezcla bastante expresionista, un adjetivo que se repite en las reseñas que recibe la autora: «Yo no sé cómo escribo los libros… Yo entiendo cuando dicen lo de expresionista que acaso sea más emocional que racional, creo. Me gusta que el libro esté ‘salpicado’. Expresionista también es Tarantino con toda esa cantidad de sangre. Me gusta lo excesivo porque lo excesivo se desplaza a un lugar donde todo es posible. Como el humor, el humor es siempre expresionista». Añade: «el humor es la forma que tenemos de decir cosas muy salvajes y muy reales y que parezca que no hemos dicho nada. La gente se va riendo pero se lo llevan puesto».
Para finalizar, comparte un poco de información sobre el final de la trilogía: «Cuando dejemos de hablar me meto con el penúltimo capítulo y yo creo que en tres semanas lo acabo, se llama Las jefas. Transcurre en un hotel impresionante que hay cerca de Alicante. Lo acabo y lo dejo respirar un poco antes de editarlo este verano».