Cómo purgar los radiadores: cuándo se hace y cómo saber si hay aire
Asegúrate de que la caldera esté apagada y que los radiadores estén fríos
Purgar los radiadores es una tarea de mantenimiento esencial para garantizar el correcto funcionamiento de tu sistema de calefacción. Esta sencilla acción consiste en eliminar el aire acumulado dentro de los radiadores, el cual impide una distribución uniforme del calor. Al purgar, permitimos que el agua caliente circule libremente por todo el sistema, optimizando así el rendimiento de la calefacción y evitando problemas como zonas frías en los radiadores.
¿Por qué purgar los radiadores?
- Aire atrapado: el aire dentro de los radiadores impide que el agua caliente circule correctamente, lo que provoca zonas frías y reduce el rendimiento de la calefacción.
- Mejor eficiencia energética: al eliminar el aire, el agua caliente puede llenar completamente los radiadores, calentando toda la superficie de manera uniforme y reduciendo el consumo de energía.
- Mayor vida útil de la caldera: un sistema de calefacción libre de aire funciona de manera más suave, lo que prolonga la vida útil de la caldera.
¿Cómo hacerlo?
- Prepara las herramientas: necesitarás un recipiente para recoger el agua, un paño para limpiar cualquier derrame y una llave adecuada para la válvula de purga.
- Apaga la calefacción: asegúrate de que la caldera esté apagada y que los radiadores estén fríos.
- Localiza la válvula de purga: generalmente se encuentra en la parte superior del radiador, suele ser una válvula pequeña con una forma hexagonal.
- Coloca el recipiente: coloca el recipiente debajo de la válvula para recoger el agua que salga.
- Abre la válvula: con la llave, gira la válvula de purga lentamente en sentido antihorario hasta que escuches un siseo y empiece a salir aire.
- Espera: deja que salga el aire hasta que empiece a salir un chorro continuo de agua.
- Cierra la válvula: gira la válvula en sentido horario para cerrarla cuando el agua salga de forma constante.
- Repite: repite este proceso con todos los radiadores de tu hogar.
¿Por qué purgar en frío?
- Mayor seguridad: al estar los radiadores fríos, el riesgo de quemaduras es nulo.
- Mejor visibilidad: el aire se acumula en la parte superior del radiador, y al estar frío, es más fácil identificar dónde se encuentra.
- Proceso más sencillo: con el agua fría, el aire se desplaza más fácilmente hacia la válvula de purga.
¿Y purgar en caliente?
Algunos argumentan que purgar en caliente permite eliminar mejor las burbujas de aire, ya que el agua caliente las hace más móviles. Sin embargo, esta práctica presenta algunos inconvenientes:
- Riesgo de quemaduras: el agua caliente puede salir a presión y causar quemaduras.
- Mayor dificultad: las burbujas de aire se mueven más rápido, lo que dificulta identificar el momento exacto en que se ha eliminado todo el aire.
¿Cuándo debes purgar los radiadores?
- Antes de cada temporada de calefacción: es recomendable purgar los radiadores antes de encender la calefacción por primera vez tras el verano.
- Cuando notes que un radiador no calienta bien: si un radiador está frío por arriba y caliente por abajo, es probable que tenga aire.
- Si escuchas ruidos extraños en la instalación: los ruidos pueden indicar la presencia de aire en el sistema.
Radiadores compatibles con aerotermia
La elección del radiador adecuado es crucial para optimizar el rendimiento de un sistema de aerotermia. Aunque la aerotermia es compatible con diversos tipos de radiadores, algunos son más eficientes que otros.
Radiadores de baja temperatura
- Diseño específico: están diseñados para funcionar con temperaturas del agua más bajas, lo que los hace ideales para sistemas de aerotermia.
- Mayor superficie: suelen tener una superficie más grande para disipar el calor de manera más eficiente.
- Mayor eficiencia: al trabajar con temperaturas más bajas, la bomba de calor de la aerotermia consume menos energía.
Radiadores tradicionales
- Adaptación posible: los radiadores tradicionales (de aluminio o hierro fundido) también pueden funcionar con aerotermia, pero con algunas limitaciones.
- Mayor temperatura del agua: requieren temperaturas del agua más altas para alcanzar la misma potencia calorífica, lo que puede reducir ligeramente la eficiencia del sistema.
Factores a considerar al elegir los radiadores
- Temperatura de impulsión de la aerotermia: la temperatura del agua que sale de la bomba de calor determinará el tipo de radiador más adecuado.
- Dimensiones de las habitaciones: el tamaño y la distribución de las habitaciones influirán en la cantidad y el tipo de radiadores necesarios.
- Aislamiento de la vivienda: un buen aislamiento térmico reducirá las pérdidas de calor y permitirá utilizar radiadores de menor potencia.
- Presupuesto: los radiadores de baja temperatura suelen ser más caros que los tradicionales, pero a largo plazo pueden resultar más rentables debido a su mayor eficiencia.