La Copa del Rey asciende en el escalafón madridista: «Estamos muy cerca»
Todo seguidor merengue es consciente de la escasa importancia que en la historia reciente se le ha dado a este trofeo en el Real Madrid
Carlo Ancelotti es manteado tras ganar su primera Copa del Rey en 2014. | Reuters
Este lunes se alinearon los planetas de una forma que adoran todos los amantes de las cábalas futbolísticas. Mientras en la Ciudad deportiva de Valdebebas se presentaba el libro La Decimocuarta. La Champions de las remontadas, a solo 30 kilómetros de allí, en Las Rozas, se sacaban las bolas del sorteo de semifinales de la Copa del Rey. Competición en la que el Real Madrid ha protagonizado dos volteos de eliminatorias de manera consecutiva en los últimos días y donde el caprichoso bombo ha decidido que vivamos un Clásico a doble partido para la ronda previa a la final. Pensar en repetir hazaña contra el Barça, tras lo sucedido en Arabia, ilusiona tanto en la Castellana como levantar un título que no se gana desde 2014
Motivación extra
Todo seguidor merengue es consciente de la escasa importancia que en la historia reciente se le ha dado a la Copa del Rey en el Real Madrid. La obsesión por la orejona requería pagar algún peaje y, este ha solido elegir como víctima colateral al trofeo que entrega su majestad. Los solo tres entorchados conseguidos en las últimas 30 temporadas así lo certifican, pero también es cierto que en esta edición las cosas se ven de manera diferente desde Concha Espina.
Tras una primera y soporífera ronda con victoria por la mínima frente al Cacereño, llegaron dos partidos para ilusionarse. Primero la remontada en La Cerámica contra un Villarreal que ganaba por 2 a 0 en el descanso. Después, con la emocionante prórroga en el derbi madrileño del pasado jueves en el Santiago Bernabéu. El público y la directiva levantaron el pulgar y dibujaron medias sonrisas tras la enésima lección de pundonor de su equipo. La Copa del Rey escalaba entonces puestos en el escalafón de la titulitis. La Copa ya no era un marrón y se convertía en una ilusión, derivada en motivación extra, al enterarte de que te tienes que cargar a tu eterno rival en el torneo del KO si quieres plantarte en la final.
«Estamos muy cerca»
16 de abril de 2014. Discurre el minuto 85 de la final copera en Mestalla. Cristiano Ronaldo está en la grada por unos problemas musculares así que Gareth Bale, como en tantas otras citas, se calza el traje de estrella. Carrera descomunal por la banda izquierda del galés, regatea incluso al entonces entrenador del FC Barcelona Gerardo el Tata ́Martino. El sprint es tan brutal que rompe los isquiotibiales de Bartra al perseguirlo por el césped valenciano. El Madrid se proclama campeón y en el banquillo alguien agita los brazos al aire de alegría: se trata de Carlo Ancelotti.
El italiano es, junto a Benito Floro (93) y José Mourinho (2011), uno de los tres entrenadores que puede enorgullecerse de haber conquistado para el Madrid el campeonato de fútbol más antiguo de España en las tres últimas décadas. El domingo tuve la oportunidad de charlar con Carlo sobre el tema. Mientras le recordaba el gol de Bale en Valencia se le dibujó una mueca de satisfacción en el rostro, pero lo más sintomático fue lo que me verbalizó tras cuestionarle: «¿Le apetece esta Copa, Míster?». «Claro, estamos en semifinales, estamos muy pero que muy cerca y vamos a luchar esta competición hasta el final», respondió.
Quién sabe si estaba haciendo referencia a una nueva machada de su Madrid. Lo que está claro es que por su cabeza pasaban los recuerdos de la primera temporada como técnico merengue. Aquello se saldó con una Copa del Rey y otra de Europa para las vitrinas del Tour del Bernabéu. La Champions fue nada menos que La Décima certificada en Lisboa. No hace falta significar su nivel de importancia y lo que supuso en los años venideros. Lo que si viene bien recordar es que el primer título que se gana con tu nuevo equipo es especial, es diferente. Y aquél para Ancelotti fue la Copa del Rey. Esa que puede ganar de nuevo si antes doblega al Barça en semifinales.
