El déficit público español será siete décimas menor en 2022 gracias a la alta inflación
El Consejo General de Economistas prevé que el PIB español crezca un 3,9% este año, insuficiente para retomar los niveles prepandemia como Francia y Alemania
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. | Europa Press
El déficit público será siete décimas menor de lo previsto en 2022 gracias a la alta inflación, según las previsiones del Consejo General de Economistas de España revisadas este miércoles en su informe periódico de predicciones económicas. Es decir, la recaudación caída del cielo –en terminología usada por el Gobierno para los resultados de las empresas que considera aupados por la inflación– podrá permitir que el saldo negativo del conjunto de las Administraciones Públicas cierre el 31 de diciembre de este ejercicio en el 4,6%, frente al 5,3% previsto anteriormente por los economistas del Consejo.
Hacienda recibió ingresos fiscales un 18,2% superiores en el primer semestre de este año en comparación interanual. Entre enero y junio, la Agencia Tributaria recaudó 107.009 millones de euros frente a los 90.475 millones que ingresó en 2021, debido al efecto base de la inflación, como viene exhibiendo este periódico.
Por un lado, no se ha deflactado el IRPF por parte del Ministerio de Hacienda, que encabeza María Jesús Montero, lo que hace que los umbrales y tramos sobre los que giran los tipos impositivos del IRPF sean los mismos que el año anterior aunque sirvan al contribuyente para comprar más de un 10% menos de bienes y servicios.
Más gasto en 2023
Por otra parte, los mayores precios hacen que un impuesto indirecto como el IVA automáticamente amplifique el efecto de la inflación en sus ingresos. De hecho, el CGE atribuye más el aumento de la recaudación a este tributo indirecto y recalca que los ingresos públicos están subiendo más que los gastos «al menos a corto plazo». Ya que, avisan, la inflación tendrá una gran repercusión en el gasto en 2023 por la revalorización de las pensiones en función del IPC.
En este contexto, el Gabinete económico de Pedro Sánchez ha decretado nuevas exacciones para paliar el beneficio caído del cielo que a su juicio las compañías eléctricas y financieras obtienen por efecto de la inflación y los mayores tipos de interés, respectivamente, a través de nuevas figuras recaudatorias bajo el sistema de prestación patrimonial de carácter público amparado por la Constitución, al margen de la subida de 18,2% a la que los emolumentos de las arcas públicas iban evolucionando solo a mes de junio.
Por todos estos efectos, el déficit público español será más reducido de lo previsto y nada menos que en siete décimas, cerca de 8.000 millones más favorable en plena pérdida de poder adquisitivo de familias, autónomos y pymes y cuando los expertos recomiendan al Gobierno que permita a los agentes económicos recuperar poder adquisitivo rebajando su factura fiscal.
Menor deuda pública
Aunque algunas autonomías, como País Vasco, Navarra, Galicia y Madrid, han deflactado el tramo autonómico del IRPF para sostener las rentas de los contribuyentes, la Hacienda estatal sigue sin abordar esta medida que facilitará su futuro cumplimiento con Bruselas en cuanto al reequilibrio de las Cuentas Públicas. Y que, según los economistas consultados por este periódico, tendría efecto suavizador sobre la inflación que se ha enquistado en el récord del 6,4% de la subyacente.
De hecho, según el último Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas de España, esta situación hace que el incremento de la recaudación permita lograr una reducción de la abultada deuda de las Administraciones Públicas. Estiman los economistas del Consejo que ésta alcanzará el 114,2% del PIB a final de año, once décimas menos que en su previsión anterior del 115,3%.
Por otra parte, el Consejo General de Economistas mantiene su previsión de crecimiento de la economía española para este año en el 3,9%. Según sus últimas predicciones, la economía española registrará en el tercer trimestre de este año un avance positivo gracias al tirón del turismo que, aunque no ha llegado a niveles prepandemia, ha tenido un «buen comportamiento».
Sin recuperar niveles prepandemia
La previsión de un PIB al 3,9% este año, de cumplirse, impedirá que se alcancen las cifras del PIB anteriores a la pandemia en España, como sí han conseguido ya potencias europeas como Alemania y Francia.«La incertidumbre en relación con la evolución de la economía se mantiene. La crisis energética, los problemas de suministro en la producción, la guerra de Ucrania y, en menor medida, la pandemia -que aún perdura- hacen que la situación económica, tanto de España como del resto del mundo, sea preocupante», advierten los economistas.
En lo que respecta al Índice de Precios de Consumo IPC, que en el dato adelantado de agosto se situó en el 10,4%, el CGE mantiene su previsión de alcanzar este año una inflación media del 8,3%. Los economistas señalan que la elevada inflación en Europa propiciará la escalada de tipos de interés, aunque ello suponga lastrar el crecimiento. A su vez, ello provocará la ralentización del mercado hipotecario y de viviendas por la subida del euribor, apuntan.
En cualquier caso, denuncian los economistas que la escalada de los precios, que ya lleva más de un año, está teniendo una influencia importante en el consumo y la inversión, con la repercusión que estos tienen en otras variables, como el empleo. La subida de los tipos de interés –hasta la fecha un 0,25%–, con objeto de enfriar la economía para intentar atajar la alta inflación, tendrá como consecuencia un mayor riesgo de recesión.
Los economistas también mantienen su previsión sobre la tasa de paro en el entorno del 12,4% para final de año. Evidencian los expertos del Consejo que el paro ya sufrió un ligero incremento en el mes de julio y que es de esperar que a cierre de agosto se haya agravado por la finalización de los trabajos estacionales.
