Teresa Ribera paga 8.500 euros por un informe para reformar el sistema eléctrico europeo

El Ministerio para la Transición Ecológica ha adjudicado un contrato a la Universidad Carlos III de Madrid de asistencia técnica para el desarrollo de una propuesta de reforma del mercado mayorista eléctrico de la Unión Europea (UE). Este tiene un valor de 8.470 euros (7.000 euros sin impuestos).

Según el anuncio de adjudicación publicado en la Plataforma de Contratación del Sector Público, consultado por THE OBJECTIVE, el contrato salió a licitación por 18.029 euros (14.900 euros sin impuestos) y el plazo de ejecución es del 5 al 21 de septiembre. La propia vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, viene defendiendo la necesidad de acometer cambios en el diseño del mercado eléctrico europeo para intentar frenar la crisis de precios.

No obstante, la Comisión Europea (CE) se cerró en banda en diciembre del año pasado a cualquier cambio de calado. Dijo que el pool es «la mejor opción» para usuarios y empresas en Europa. El organismo exponía que establecer mecanismos de fijación de precios alternativos podían suponer un riesgo para la descarbonización rentable, los intercambios transfronterizos y la seguridad del suministro.

Bruselas respaldó su decisión en un informe de la Agencia Europea para la Cooperación de los Reguladores Energéticos (ACER), que insistió en su idea de que el mercado mayorista de la electricidad funciona correctamente. En este sentido, no vio la necesidad de reformarlo. No era la primera vez que el regulador energético europeo rechazaba las pretensiones de la ministra española.

Giro de Bruselas

La entidad argumentó en su informe definitivo Evaluación final del diseño del mercado mayorista de electricidad de la UE que el actual sistema contribuye a mantener la «eficiencia y la seguridad» del suministro de electricidad, por lo que abogó por mantenerlo. De este modo, Bruselas volvió a hacer oídos sordos a la petición liderada por España en coordinación con Francia, Italia, Rumanía y Grecia para abordar una reforma a medio y largo plazo del sistema marginalista que fija los precios de la electricidad. Alemania y los países nórdicos también se opusieron a Ribera.

Ya en marzo, con el precio de la electricidad totalmente disparado al calor de los precios del gas y con la invasión de Rusia a Ucrania, el Ejecutivo comunitario se abrió a evaluar distintas opciones para «optimizar» el diseño del mercado mayorista de la electricidad para aprovechar los beneficios de las energías de bajo coste así como un marco de ayudas para empresas afectadas por las crisis que se enfrentan a altos gastos energéticos.

No obstante, no ha sido hasta siete meses después cuando ha comenzado el debate real. Este viernes se reunieron los ministros de Energía de la UE en Bruselas y acordaron limitar el precio del gas en el mercado comunitario y establecer un objetivo de reducción de consumo de electricidad. Estas medidas forman parte de las cuatro propuestas legislativas que la semana que viene presentará la Comisión para atajar el alza de los precios.

«Esperamos que la Comisión proponga una intervención temporal de emergencia, incluyendo un precio límite al gas», indicó tras el encuentro el ministro de Industria y Comercio de la República Checa -país que ostenta la presidencia de turno de la Unión Europea-, Jozef Síkela.

Todavía no se ha concretado si este límite máximo se establecerá a las importaciones de gas ruso únicamente, como ha planteado la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula Von der Leyen, o si se aplicará a todas las importaciones de gas a la UE, si bien parece que la primera de las opciones cosecha un amplio consenso.

Los titulares de Energía de los distintos Estados miembro instarán a la CE a que proponga medidas de reducción de consumo de electricidad en las horas de máximo consumo. Por su parte, se prevé que los beneficios extraordinarios de las energías renovables y nuclear (conocidos como ‘beneficios caídos del cielo’) se redirijan hacia los hogares vulnerables. En España, empresas como Iberdrola y Endesa han negado en varias ocasiones que registren este tipo de ganancias.

De su lado, tampoco se conoce aún la cifra en la que se pretende establecer el tope de precio para la electricidad generada por estas tecnologías. Según la comisaria de Energía, Kadri Simson, el límite se situará en un nivel para que «se preserven los incentivos para la inversión en renovables, que es uno de los beneficios del actual diseño del mercado».

Tasa solidaria a las empresas

Otra de la medidas que parece que saldrá adelante será de una una tasa solidaria que se aplicará sobre los beneficios del sector de combustibles fósiles y que también irá a parar a las familias más expuestas a la crisis, además de evitar posibles problemas de liquidez de las empresas, para lo cual se podrían establecer garantías estatales para los operadores del mercado de futuros con la intención de inyectar liquidez en los mercados financieros de la energía.

Asimismo, está encima de la mesas implicar a las firmas de seguros y bancarias para que implementen un marco temporal de garantías estatales. La Comisión Europea también está lista para desarrollar un índice para el gas natural licuado que sea complementario al TTF holandés, de referencia en Europa.

En agosto, la mayoría de los mercados eléctricos europeos llegaron a nuevos máximos. El precio de la electricidad en Francia, Alemania, Italia y Países Bajos llegó a superar los 500 euros el megavatio hora (MWh), mientras que España y Portugal consiguieron frenar las embestida gracias a la ‘excepción ibérica’.

El precio del gas registró cotas por encima de los 240 €/MWh, impulsado por las amenazas del presidente ruso, Vladímir Putin, de cerrar el grifo del suministro y por la alta demanda de la materia prima por parte del Viejo Continente para llenar al máximo sus almacenes de cara al otoño.  Bruselas impone unas reservas del 80% para noviembre y España cumple con un 86%, según datos de los operadores europeos que publica GIE-AGSI.

Los futuros se disparan

Además, las previsiones no son nada halagüeñas, sino todo lo contrario. Los futuros arrojan precios para Francia que superarán los 1.000 €/MWh en el último trimestre de este año y el primero de 2023. Por su parte, Alemania se acercará a los 600 euros durante el mismo periodo, mientras que España estará entre los 180 y 190 euros (sin contar el coste de la compensación a las centrales de ciclo combinado).

Bajo este escenario y si no se toman medidas, las facturas de electricidad y gas de las familias europeas se situarán en unos 500 euros mensuales a principios del año que viene, lo que supondrá un fuerte incremento del 200% en comparación con 2021, antes de la invasión de Rusia a Ucrania, advierte Goldman Sachs.

«Tras el repunte de los precios del gas y la electricidad desde mediados de junio, creemos que la crisis energética, y en particular la asequibilidad, ha alcanzado un punto de inflexión, que probablemente requiera una importante intervención política. En nuestra opinión, el mercado sigue subestimando la profundidad, la amplitud y las repercusiones estructurales de la crisis, que creemos que serán incluso más profundas que las de la crisis del petróleo de los años 70», apuntan los analistas de la entidad.