La SEPI se ve abocada a inyectar 40 millones en Duro Felguera 18 meses después del rescate
La banca acreedora sigue manteniendo su negativa a aprobar un nuevo crédito para la compañía solicitado el pasado mes de junio por 36 millones de euros
Duro Felguera va camino de convertirse en un importante dolor de cabeza para la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI). La tercera rescatada por el Fondo de Ayuda a la Solvencia de Empresas Estratégicas (Fasee) -después de Air Europa y Plus Ultra- se enfrenta a una compleja situación financiera que aboca a la empresa pública a volver a inyectar unos 40 millones de euros en una compañía que rescató hace solo 18 meses con otros 120 millones.
Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que la banca acreedora sigue manteniendo su negativa a aprobar el crédito de 36 millones de euros solicitado el pasado mes de junio. Duro Felguera recurrió a este nuevo préstamo con garantías ICO para reforzar su liquidez, afectada -según su versión- por la persistencia de la pandemia de covid-19 en los dos últimos años, la guerra en Ucrania, la elevada inflación, los cortes en las cadenas de suministros y el conflicto entre España y Argelia.
Lo cierto es que el Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Banco Cooperativo y Liberbank no se fían de Duro Felguera y consideran que facilitar un nuevo préstamo no sería un buen negocio para sus intereses. De hecho, las entidades financieras han cerrado totalmente el grifo a la compañía ya que además se han negado a abrir las líneas de avales por valor de 80 millones aprobadas en la refinanciación de comienzos de 2021.
Situación de liquidez
En junio, Duro Felguera reconocía que tenía apenas 44 millones de euros en caja, lo que suponía que más del 60% de los 120 millones inyectados por la SEPI mediante el rescate del Fasee se había ya consumido. En mayo, la ingeniería asturiana reconocía en informes internos a la sociedad pública que había dedicado el 69% del rescate de SEPI a costes operativos.
Dos meses antes, en marzo, la empresa afirmaba que este rescate le había permitido el «fortalecimiento de su posición financiera y el reequilibrio patrimonial a los efectos mercantiles». En marzo de 2021, el Fasee inyectó 40 millones en Duro Felguera y en noviembre de ese mismo año se transfirieron otros 80 millones, es decir, el grueso del dinero apenas ha durado ocho meses.
Una situación crítica que obliga a Duro Felguera a buscar soluciones de emergencia. Las fuentes consultadas indican que la única opción que queda para evitar una crisis que podría llevarles al concurso de acreedores a comienzos del próximo año, sería una nueva inyección de dinero público. Y para ello tiene dos vías: la primera es solicitar un crédito ICO, aunque concedido íntegramente por el Estado y sin participación de los bancos; y la segunda es una inyección directa de la SEPI, aunque ya con dinero propio y no del Fasee.
Avales ICO
Respecto del montante a solicitar, las fuentes consultadas hablan de que los 36 millones pedidos a la banca en junio se quedan cortos, ya que el deterioro financiero de la compañía ha ido a peor. Es por ello que estiman que el montante estaría en torno a los 40 millones, para garantizar que la empresa siga sin problemas y a la espera de que entren nuevos contratos y que puedan poner en marcha los que mantienen paralizados y los precontratos comprometidos.
Consultados por todas estas cuestiones, fuentes oficiales de Duro Felguera no hacen comentarios ni respecto de la negociación con la banca, ni de su situación financiera ni de las opciones que se abren a partir de ahora. «Somos una empresa cotizada y no atendemos a rumores», indican a este diario.
Sin embargo, a comienzos de septiembre la compañía indicaba a este diario que «las negociaciones sobre ese préstamo ICO siguen abiertas». «Desde Duro Felguera se está convencido de que los argumentos por los que se ha solicitado una línea de avales adicional al ICO son contundentes, y están a la vista de todos: el complejo entorno internacional, la guerra de Ucrania, la crisis energética. Son todo elementos que están produciendo un retraso en las contrataciones, tanto para nosotros como para todo el sector de los EPC. Son cuestiones temporales, no estructurales de la compañía», indicaron.
Responsabilidad de la SEPI
Por otro lado, dentro del Gobierno se reconoce que la posibilidad de conceder nuevas ayudas es real y se admite con resignación que no debería haber problema en aprobarlas. El objetivo es que Duro Felguera pueda devolver el rescate y, por tanto, la prioridad es evitar que la compañía se hunda. Estaríamos, en cualquier caso, ante un duro varapalo para el Gobierno, ya que ha fallado en la supervisión de la empresa rescatada, que se ha deteriorado ante la impasividad de los dos consejeros de la SEPI en la asturiana y la fiscalización periódica que, por contrato, debe hacer la entidad pública.
Pero ¿qué ha pasado? Las fuentes consultadas por este diario dentro del sector financiero indican que es evidente que el entorno internacional ha afectado a la compañía y que ha frenado la contratación y reducido la facturación de Duro Felguera. Sin embargo, hay decisiones del equipo del consejero delegado, Jaime Argüelles -fichado en mayo de 2021-, que también han impacto en el deterioro de la ingeniería, un deterioro que irá a peor en la segunda parte del año si no llega la solicitada inyección de liquidez.
En primer lugar, la compañía sigue sin incorporar a un socio industrial. A mediados del año pasado estuvo cerca de cerrarse la entrada de Capital Energy, pero los gestores de la compañía rechazaron la propuesta por considerarla insuficiente. En la pasada Junta de Accionistas, Argüelles indicó que había varias «posibilidades interesantes», pero lo cierto es que a día de hoy no hay interesados y menos si es que no se resuelven los actuales problemas de liquidez.
Socio industrial
Sin un socio industrial -como estaba estipulado en el contrato inicial con la SEPI- Duro Felguera no se ha capitalizado, no ha recibido nuevos fondos, ni ha conseguido nuevos contratos relevantes que le hayan permitido ponerse nuevamente en funcionamiento. Por el contrario, ha reactivado contratos paralizados como el del ciclo combinado de Djelfa (Argelia ) -y en el peor momento- ya que a pocos meses de reactivar la construcción -e inyectar recursos- se produjo el bloqueo comercial del país magrebí tras el giro de Pedro Sánchez en la postura de España ante el Sáhara Occidental.
El compromiso de Argüelles de retirar el arbitraje en Djelfa, para negociar un acuerdo con la empresa pública argelina Sonelgaz que no se ha producido, ha conducido al alzamiento de las medidas cautelares por parte del mismo juez que las dictó en 2020 a requerimiento de Duro Felguera. De esta manera, se reanudó la ejecución de los trabajos sin la aprobación por parte del cliente del correspondiente incremento presupuestario imprescindible para financiar y terminar la obra. De esta manera, se ha consumido una gran parte de la ayuda pública en un proyecto con un riesgo latente de ejecución de avales por importe de unos 60 millones de euros.
En medio de toda esta situación, Duro Felguera ya ha comenzado a tomar medidas para reducir costes. Hace unos días anunció una ERE que afectará a sociedades que emplean a unas 600 personas, la mitad de toda su plantilla actual. «Se trata de una medida fundamental del plan de empresa, imprescindible para la competitividad y la rentabilidad de la compañía, y, por tanto, para garantizar su futuro», dicen desde la compañía. Los sindicatos y el Principado de Asturias (que aportó seis millones de euros a su rescate público) rechazan esta medida.