El euríbor bate todos los pronósticos tras una subida histórica en septiembre
El euríbor está batiendo todos los pronósticos con una subida histórica en septiembre, que golpeará otra vez con fuerza el coste de las hipotecas variables
Imagen del euro frente al BCE | Europa Press
El euríbor está batiendo todos los pronósticos y está poniendo contra las cuerdas a las familias con hipotecas variables. El indicador cotiza ya por encima del 2,6% en tasa diaria y enfila hacia el entorno del 3%. Unos niveles que hace tan solo unas semanas en el mercado se descontaba que no alcanzaría hasta, como mínimo, principios de 2023. Incluso, había dudas de que fuera a alcanzarlo.
Sin embargo, el euríbor parece no tener freno debido a la temida recesión y sus consecuencias, según destacan distintas fuentes financieras a THE OBJECTIVE. Este índice se calcula diariamente en función de los intereses a los que se prestan una serie de bancos europeos y jornada tras jornada estas operaciones se encarecen. Los bancos no quieren asumir riesgos innecesarios y reclaman un tipo que en cada transacción es mayor. Quizás porque creen que el BCE va a subir con fuerza el precio oficial del dinero, muy por encima de los estimado.
Con ello, las hipotecas variables sufrirán un nuevo incremento histórico en las cuotas. El euríbor cerrará en el 2,2% de media y supondrá un coste adicional de entre 120 y 200 euros al mes para un crédito medio de menos de 150.000 euros. En agosto, el indicador culminó en un 1,2%, por lo que sus escalada será otro récord.
Hay que tener en cuenta que el euríbor comenzó este año en el terreno negativo. Entonces cotizaba a -0,5%. Tras la invasión de Ucrania fue cuando comenzó su andadura alcista con incrementos sustanciales. Unos ascensos que partir de mediados de agosto se intensificaron ante la decidida decisión del BCE de dejar de pensar en la recesión para centrar el foco en la contención de una inflación desbocada.
Preocupación de las autoridades por el euríbor
Las autoridades están mostrando su preocupación por el encarecimiento de las hipotecas, ya que éstas suponen un nuevo varapalo a los bolsillos de los ciudadanos. En España el 75% de la cartera de préstamos para la vivienda está vinculada al euríbor. Además, de este indicador también depende el coste de la financiación de las empresas.
Distintos partidos políticos han realizado ya propuesta para que el Gobierno adopte medidas de ayuda para que las familias afronten esta situación, con especial énfasis en las vulnerables económicamente. UnidasPodemos, socio del Ejecutivo, ha planteado una intervención del mercado con la fijación de topes, algo que ha causado un profundo temor en los bancos, que están beneficiando del ascenso del euríbor al elevar sus ingresos.
El Gobierno de Pedro Sánchez ya ha anunciado que tomará decisiones sobre este asunto, pero aún no ha deslizado cuáles. Lo que sí ha descartado, por ahora, es el establecimiento de tipos de interés máximos para mitigar el impacto en los hogares que tengan una hipoteca variable.
La preocupación también es compartida por el Banco de España, que ha salido al paso a anticipar cuál podrá ser el escenario que maneja el BCE con las subidas de los tipos de interés. En este sentido, este jueves el gobernador Pablo Hernández de Cos adelantó que como máximo el organismo monetario llevará el precio oficial del dinero al 2,5%. Un porcentaje que ya está siendo rebasado por el euríbor.
Se da por hecho que en la próxima reunión el BCE elevará otros 75 o 50 puntos básicos los tipos y que procederá a nuevas subidas en las siguientes citas. Lo que aún desconcierta a los inversores es la intensidad de estas últimas, ya que cada semana tienen que actualizar y revisar sus pronósticos.
El mercado cree que la tasa estará en su cima por encima de lo anticipado por De Cos y que se situará por encima del 3% tanto en 2023 como en 2024. Sería en 2025 cuando empezaría la senda de descensos para reanimar la economía una vez contenida la inflación. Entonces, también seria cuando el euríbor iniciaría su ajuste a la baja.
Hasta hace pocos días, los expertos vaticinaban que 2023 sería el ejercicio en el que la política monetaria de ajuste terminaría, para dar paso a una de expansión y, por tanto, cuando el indicador de las hipotecas comenzaría a descender. Aunque fuera de forma lenta y pausada.
