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Economía

La sequía reduce el cultivo de arroz hasta un 70% en España: «Va a faltar en toda Europa»

«Se puede aguantar un año, pero sin valor y sin margen, se deja de hacer arroz», advierten desde la Federación de Arroceros de Sevilla

La sequía reduce el cultivo de arroz hasta un 70% en España: «Va a faltar en toda Europa»

Un grupo de jornaleros durante su labor en Sevilla. | María José López (Europa Press)

La sequía ha dado un duro golpe este año al sector del arroz en España, especialmente en zonas como Andalucía y Extremadura, donde la siembra se ha reducido hasta en un 70%. Una situación que no solo afecta a España, sino que también ha llegado a países como Grecia e Italia y que pone en riesgo el abastecimiento de arroz en la Unión Europea, según explican las fuentes del sector consultadas. 

En Sevilla, por ejemplo, se han dejado 25.000 hectáreas sin sembrar por la falta de agua, lo que supone que el 70% del total se han quedado en barbecho, según explica a THE OBJECTIVE Eduardo Vera, director gerente de la Federación de Arroceros de Sevilla. 

«Todavía no ha acabado la cosecha, pero ya estamos notando que en algunas zonas no van a llegar ni a cubrirse los costes de producción de esta campaña, es un año complicado», lamenta Vera. «La realidad es que se ha apostado por que podíamos por lo menos ese 30% sacarlo adelante, pero el río ha venido en muy mal estado y va a ser muy complicado». 

En Extremadura, explica, la situación es similar, «se ha sembrado muy poquito, unas 2.000 hectáreas», y la sequía ha llegado a otras zonas de España, como a Aragón. Así, aunque en lugares como Valencia y Cataluña la producción se ha mantenido en niveles similares habituales, España cuenta con una cantidad de arroz inferior a la necesaria, afirma Vera. 

Y esto no es algo que vaya a generar problemas solo este año, sino que la situación no pinta bien a medio plazo, según explica a este periódico Rafael Verdiell, responsable estatal de arroz de Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos. «Para poder llenar los pantanos y poder sembrar arroz el año que viene tiene que llover muchísimo, por lo tanto, de momento no pinta nada bien para Extremadura y Andalucía». 

Por eso, Vera considera que la estrategia para que futuras sequías no afecten de la misma manera es «reforzar la infraestructura» para el almacenamiento de agua, aprovechar los embalses. «Ese pensamiento hay que hacerla ahora, sobre todo porque esto son planes a medio y largo plazo. Alguien tiene que ser valiente y planificar los próximos 50 años de nuestra agricultura porque si no, vamos a tener muchísimos problemas», opina. 

A la falta de agua se suman las pérdidas por plagas, que aunque afectan en menor medida,  en zonas como Cataluña y la Comunidad Valenciana han acabado con parte de la cosecha de algunas variedades de arroz. Por ejemplo, la pyricularia ha afectado a algunas de las variedades más iniciales de estas zonas este año y ha llegado a acabar con el 50% de la cosecha, incluso el 70% en algunos casos, cuenta Verdiell. «Es mucho, no nos lo podemos permitir como sociedad», afirma. 

Sube el precio del arroz y hay riesgo de desabastecimiento 

Esta situación ya se empieza a notar en los supermercados. El precio del arroz subió con la subida de la inflación igual que otros alimentos, pero los expertos consideran que este incremento se debe también a la menor disponibilidad de un producto que es parte de la cesta básica de la compra. 

«Sí que es cierto que los costes de producción han aumentado, los fertilizantes prácticamente el triple, el combustible el doble, los fitosanitarios… pero el precio ha subido influenciado por la falta de producción, ya no solo de España sino también en Italia», señala Verdiell. 

El problema, apunta por su parte Eduardo Vera, es que nos podemos enfrentar a una escasez de arroz. Primero, porque «en Europa somos deficitarios de arroz, siempre sabemos que una partida para cubrir la demanda tiene que venir de fuera», por lo que si se reduce la producción aún más, dependeremos de las importaciones. Pero «si este año tampoco en América ha habido buenas cosechas y las asiáticas han sido muy normalitas», esto también se complica. 

Además, añade Vera, está el riesgo de que los productores de algunas zonas de España acaben desistiendo. «Esto es como cualquier negocio, se puede aguantar un año, pero sin valor y sin margen, se deja de hacer arroz», advierte. 

«En Europa va a faltar arroz, eso está clarísimo», asegura Vera, que añade que «África va a tener muchas dificultades también, que es algo que parece muy grave pero que efectivamente puede pasar».  

La propuesta europea sobre fitosanitarios preocupa al sector 

En julio, los agricultores añadieron un nuevo temor a la sequía, pues la Comisión Europea presentó una propuesta de reglamento sobre el uso sostenible de productos fitosanitarios, que pretende obligar a los estados miembros a reducir el uso de este tipo de productos hasta el 50% de aquí al año 2030. 

Además, la normativa propuesta supondría eliminar el uso de fitosanitarios en las consideradas como ‘zonas sensibles‘, como son las zonas verdes abiertas al público general, zonas verdes urbanas y espacios naturales protegidos, entre otros. Esto afectaría a un 30% de la superficie agraria útil de España, según los datos de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla) y la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), que señala que en esta comunidad la cifra podría llegar al 80%.  

Los cultivos de arroz, en concreto, se verían afectados especialmente por esta prohibición, pues muchos de los humedales se encuentran en estas zonas protegidas. Esto, según los productores, podría amenazar los cultivos, puesto que se verían indefensos ante las plagas de las que a menudo tienen que proteger a sus plantas. 

«Sin productos fitosanitarios sería imposible cultivar arroz, con todo lo que eso conllevaría también para la diversidad de esos lugares», afirma Verdiell. En esta situación, insiste, «si viene un hongo o cualquier enfermedad, perdemos la cosecha». «Esto comportaría el abandono del sector, es imposible». 

Por eso, desde las asociaciones del sector del arroz se han puesto en contacto con todos los grupos políticos para pedir que frenen esta normativa y evitar así una nueva dificultad a la hora de cultivar.

En este sentido, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, escuchó sus argumentos y se postuló a favor de cambiar la propuesta «para buscar una fórmula que logre conseguir una sostenibilidad que sea rentable para las explotaciones agrarias, aunque haya que retrasar su aprobación», según un comunicado del ministerio. Una postura a la que se oponen los socios de Gobierno, Unidas Podemos, que le ha pedido que rectifique. 

Por el momento, el reglamento no está aprobado, pero los agricultores temen que finalmente salga adelante y dificulte aún más su labor.

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