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Siempre nos quedará el turismo: crecen las reservas de extranjeros

Las buenas perspectivas permiten subir precios a un sector hotelero que tiene, sin embargo, problemas para retener talento

Siempre nos quedará el turismo: crecen las reservas de extranjeros

Turistas en Málaga. | Jesus Mérida (Europa Press)

El turismo, por lo menos, sigue tirando. Pobre consuelo, quizá, pero con la que está cayendo (y, sobre todo, con la que está por caer), menos da una piedra. La deuda pública se descontrola, el Ibex 35 hace el ridículo en la comparación con sus equivalentes y la industria española destruye empleo, lo que confirma el escenario de recesión. Vaya. Pero nuestro país sigue siendo bonito y agradable. Y el turista lo sabe. Según los Informes de Tendencias de Mercado para la temporada de invierno 2022-2023 que acaba de publicar el Instituto de Turismo de España (Turespaña), los alemanes, británicos, franceses, neerlandeses, italianos, suecos, irlandeses o noruegos siguen considerando España como el destino preferido a la hora de planificar un viaje al extranjero. Es más, las tasas de intención de viaje y de reserva se aproximan a las que hubo antes de la pandemia. 

Optimismo, pues, pero con matices. «Los indicadores adelantados de los principales mercados emisores vienen a confirmar que la recuperación experimentada en la temporada de verano parece prolongarse a la de invierno, especialmente a la primera parte de la misma, si bien el contexto económico de incertidumbre general aconseja tomar con prudencia cualquier previsión», dice el director general de Turespaña, Miguel Sanz.

El caso de los británicos, por ejemplo, es particularmente peliagudo. Le dan a nuestro país puntuaciones muy altas, incluso por encima del 2019 prepandémico, en consideración, intención de viaje y resonancia, aspectos que conforman lo que en la jerga técnica del sector se denomina salud global de la marca. Pero tras el desastre del Brexit y el desconcierto político actual, parece que se lo van a pensar dos veces antes de viajar no a España, sino a cualquier sitio. 

Algo parecido pasa en Alemania. Las búsquedas de vuelos y alojamiento desde allí invitan al optimismo, pero incluso en la locomotora económica de Europa andan preocupados, en su caso sobre todo por los precios de la energía y, por lo tanto, el transporte. Si consiguen vencer a la angustia, los alemanes se decantan, con mucho margen, por las Islas Canarias a las que siguen destinos más baratos como Egipto y Turquía, entre los que se cuelan otras islas más exóticas, las Maldivas.

Francia e Italia mantienen, sin mucha novedad, a España como primer destino internacional en invierno, y se incorpora con vigor Países Bajos, con expectativas de que el número de llegadas a nuestro país y, sobre todo, el gasto turístico superen incluso los de 2019, que ya iban al alza. Por último, se prevé que los estadounidenses aprovechen la creciente fortaleza de su dólar para tomarse la revancha de aquellos tiempos en que nuestros euros nos enseñoreó de Manhattan. 

En conclusión, llegar, van a llegar. La cuestión es hasta qué punto se les va a poder sacar provecho. Justo estos días, el Barómetro del Sector Hotelero, elaborado conjuntamente por STR y Cushman & Wakefield, ha mostrado al cierre del tercer trimestre una recuperación clara de los ingresos de explotación, con niveles superiores a los de 2019 en indicadores como el precio medio diario (lo que ellos llaman ADR) o el precio medio por habitación disponible (RevPAR). La ocupación no llega a los niveles de 2019, pero el informe asegura que crece y, sobre todo, muestra margen para seguir haciéndolo.

La ocupación media en los hoteles españoles se ha situado en un 68,3% durante los tres primeros trimestres del año, lo que supone una mejora del 70,8% respecto al año pasado, aunque todavía ocho puntos por debajo de la ocupación lograda en 2019 que era del 76,3%. Más allá del obvio beneficio que supone esta noticia en sí, lo realmente ilusionante es su consecuencia. Con la mejora en ocupación, se ha podido incrementar también, y de un modo sustancial, los precios medios, lo que ha repercutido en una mejoría de los ingresos por habitación disponible. El RevPAR del conjunto de España ha sido de 92,5€ (+109% respecto al año pasado) mientras que el ADR llega a los 135,6€ (+22,5% respecto a 2021 y +5.5% respecto a 2019).

Lidera esta tendencia, como tantas otras últimamente, Málaga, con una ocupación que roza el 80%. Le siguen Valencia y Alicante, con un 75,4% y un 75%, respectivamente.  En cuanto a las grandes ciudades, Madrid se sitúa en un 64,7% mientras que Barcelona sube hasta 72,1%. Ambas están unos 10 puntos por debajo de la ocupación de 2019, pero casi doblan las cifras de 2021. En general, la ocupación hotelera ha crecido en España un 70,8% respecto a las cifras de 2021. Y ha quedado ocho puntos por debajo del porcentaje logrado en 2019 que fue del 76,3%. 

Para César Escribano, Country Manager de STR para España y Portugal, «el tercer trimestre, que incluye la temporada de verano, demuestra que la recuperación es un hecho y que la recuperación de la movilidad en los principales mercados inversores ha impulsado también la actividad en destinos vacacionales. La evolución en los próximos meses para seguir creciendo debe venir marcada por la recuperación de los mercados asiáticos y la situación geopolítica internacional».  

Sobre esta recuperación, Albert Grau, socio y codirector de Cushman & Wakefield Hospitality en España, opina que «los hoteles han podido responder al aumento de la demanda a pesar de algunas dificultades como los precios energéticos o la gestión de recursos humanos. El esfuerzo realizado por contener los precios medios durante los meses duros de la pandemia ha sido importante y ahora se debe afrontar el reto de la rentabilidad, amenazada por los aumentos de costes en todos los ámbitos».

Aunque aún hay problemas estructurales que pueden aguar la fiesta. Según la Guía Salarial Adecco: Clúster Sectores dinámicos 2022, el sector hostelero tiene uno de sus principales retos en la dificultad para encontrar trabajadores bien formados. Gran parte del problema, dicen, radica en que un segmento de los profesionales ha optado por reciclarse y trabajar en otros sectores de actividad con mejores condiciones laborales. 

La guía de Adecco revela que los de camareros y cocineros son los perfiles más demandados dentro del área de Hostelería, mientras que en Hospitality se sigue incrementado la demanda de ejecutivos de ventas. De forma general, los rangos salariales se mantienen similares a la época prepandemia, cuando se empezaba a notar un ligero repunte en ciertos perfiles. Aunque se aprecian cambios al alza en algunas posiciones que requieren de profesionales más formados y con experiencia demostrable, como chefs, jefes de sala o responsables de customer experience y ejecutivos de ventas.

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