Cepsa aprieta a Moncloa para participar en el superproyecto verde de Maersk en España
Existen muchos competidores en el sector -y fuera de él- que ven con buenos ojos esta oportunidad, entre los que cabe mencionar a Navantia
El superpoyecto de metanol verde que prepara el Gobierno junto con la principal naviera del mundo, la danesa Maersk, comienza a atraer el interés de las compañías españolas. Un plan que pretende movilizar 10.000 millones de euros para comenzar a producir lo que se cree que será el combustible del futuro para cualquier tipo de navegación. Así, algunas energéticas de nuestro país, que buscan abrirse paso por liderar la carrera por esta nueva propulsión, no descartan esta oportunidad que llegará a través de inversión pública y privada. Una de ellas es la energética Cepsa. Así, fuentes de la compañía, en relación con este futuro proyecto de metanol verde, aseguran a THE OBJECTIVE que «siempre estamos abiertos a analizar cualquier colaboración o proyecto alineado con nuestra estrategia para seguir impulsando la descarbonización del transporte marítimo».
La relación entre Cepsa y Maersk no es nueva. El pasado 2015, la multinacional española firmó un acuerdo con la empresa británica Quadrise y con la propia naviera danesa para probar un combustible marino alternativo a la gasolina densa y barata que se usa hoy para hacer funcionar los barcos. Pero esta asociación apenas duró unos años. En las últimas semanas, algunos medios locales habían apuntado a una alianza entre Maersk y la compañía española, pero fuentes de la compañía lo desmienten y afirman que hoy «no tienen ningún acuerdo» con la naviera.
El equipo económico de Moncloa es quien está dirigiendo la negociación con Maersk. Aunque el anuncio se oficializó hace un par de semanas, ahora quedan varios meses hasta julio para estudiar la viabilidad financiera del proyecto. El metanol verde es una combinación entre hidrógeno verde y dióxido de carbono biogénico. Fuentes del Gobierno remarcan que su objetivo es que el proceso de crear el hidrógeno verde sea a través de empresas de nuestro país. Es decir, un proceso de electrólisis con claro acento español. Aunque las mismas fuentes reconocen que no pueden hacer discriminación con otras compañías de países comunitarios, desde el Ejecutivo se lanza un mensaje claro hacia las compañías españolas.
De momento, Moncloa no ha contactado con ninguna empresa. Además, Cepsa no lo tendrá fácil. Existen muchos competidores en el sector -y fuera de él- que ven con buenos ojos esta oportunidad. Entre las españolas cabe mencionar a Navantia. El gigante público, a través de su filial Navantia Seanergies, se ha propuesto en sus líneas estratégicas para 2023 «potenciar la su actividad relacionada con el hidrógeno, tanto en la producción, como en la propulsión de buques».
Moncloa da mucha importancia a este proyecto ya que, según creen, las nuevas rutas marítimas se reconfigurarán en torno a los enormes hubs que sirvan para abastecer a los barcos con metanol verde. Hasta ahora Maersk solo ha revelado dos países en el mundo donde llevar a cabo esta arriesgada -aunque estudiada- apuesta: Egipto y España. Una estrategia que responde a su objetivo de descarbonizar 750 de sus buques antes de 2040.
La gasolina que usan hoy los barcos se considera muy densa y va contra los intereses de la estrategia marcada por el Consejo Europeo de emitir cero emisiones en 2050 y del plan Fit for 55, que busca reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030. Por otro lado, la Organización Marítima Internacional anunció su compromiso de bajar sus emisiones un 55% para el año 2050.
De momento, se está estudiando la bancabilidad del proyecto, aunque parte de la inversión llegará a través de los fondos europeos. Para ello, el Gobierno cuenta con hasta tres PERTES (proyectos estratégicos) con los que materializar parte del plan. La elección de España se ha debido a que es uno de los países más competitivos en la producción de hidrógeno verde. Una realidad que se debe a las características de nuestro país: un territorio con mucho sol, viento y espacio.
Maersk es la líder del transporte marítimo, ya que acapara el 20% de la cuota de mercado. Tiene 100.000 empleados en todo el mundo y opera en 120 países. Fuentes gubernamentales consideran este acuerdo como «uno de los proyectos más grandes y con mayor trascendencia mediática» y estiman que generará entre 4.000 y 5.000 empleos constantes y entre 2024 y 2031 unos 30.000 para la construcción de todo un ecosistema alrededor de la futura fábrica.