La CNMC confirma el 'sorpasso' de MásMóvil a Vodafone en líneas de banda ancha
Los datos trimestrales de Competencia indican por primera vez que la compañía amarilla es la tercera operadora en número de clientes de internet en España
Meinrad Spenger, durante su intervención en el Summit Digitales 2022. | Agencias
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado los datos del mercado de las telecomunicaciones correspondiente al segundo trimestre de este año y por primera vez este indicador confirma oficialmente el sorpasso de MásMóvil a Vodafone en líneas de banda ancha. Las cifras de las dos operadoras hacían prever que esta situación se había producido en la primera parte de este año, pero hasta ahora no se había publicado la estadística oficial trimestral que confirmaba este cambio de tendencia.
Los datos trimestrales consolidados del regulador (que son reportados por las propias compañías) indican que al cerrar el segundo trimestre MásMóvil registró 3.043.530 líneas de banda ancha fija (BAF) -que refleja los clientes con internet de alta velocidad en los hogares- mientras que Vodafone bajó de los tres millones par situarse en 2.999.280 líneas. El dato del primer trimestre todavía daba una pequeña ventaja a los británicos con 3.028.636 líneas por las 2.995.020 de MásMóvil.
Esto supone que oficialmente MásMóvil es la tercera operadora en número de clientes de internet en España, desplazando a Vodafone. Aunque todavía está lejos de Telefónica que reporta 5,7 millones y Orange que tiene 3,8 millones. El dato es relevante porque hasta poco menos de un año las dos operadoras negociaron una posible fusión y, precisamente una de las trabas que se produjeron fue la valoración de las dos compañías y quién debía ser la empresa dominante en la joint venture que se exploró entre las dos partes.
Crecimiento de MásMóvil
Después de fracasar la primera negociación -a finales de 2020 y comienzos de 2021- MásMóvil decidió emprender el camino en solitario y comprar Euskaltel por 3.000 millones de euros para ganar tamaño e intentar superar orgánicamente a Vodafone. Posteriormente -a finales de 2021 y comienzos de 2022- se retomaron las negociaciones y Vodafone siguió insistiendo en que debían ser la compañía dominante en la futura fusionada, lo que generó que los amarillos cerraran finalmente una joint venture con Orange.
Los datos de la CNMC reflejan también que en los dos últimos años el crecimiento de MásMóvil ha sido importante -en buena medida tras comprar Euskaltel- mientras que Vodafone ha caído. Al cerrar el segundo trimestre de 2020, la compañía presidida por Meinrad Spenger tenía 1.693.711 líneas y Vodafone 3.202.469. Es decir, que en dos años los primeros han ganado 350.000 líneas y los segundos se han dejado 203.0000.
Esta situación tiene que ver con la guerra comercial que ha afectado a los grandes operadores que han perdido clientes en manos de las compañías pequeñas y de bajo coste. Pero en el caso de Vodafone, además le ha afectado frenar los despliegues de banda ancha en los últimos dos años. Los datos reportados por la matriz de la compañía indican que en España los hogares pasados con banda ancha por Vodafone apenas han pasado desde los 10,5 millones en el tercer trimestre de 2020 hasta los 10,6 millones al finalizar el tercer trimestre de este año.
Redes de Vodafone
La red de banda ancha es una de las grandes preocupaciones para Vodafone. La operadora tiene 10,6 millones de accesos fijos de alta velocidad en España, 7,5 millones de HFC y otros tres millones de fibra óptica. Además, según sus propias cuentas, tiene otros siete millones de hogares pasados mediante acuerdos de alquiler de infraestructuras. Lo que les lleva a tener una huella de hasta 17,6 millones de unidades inmobiliarias.
La compañía quiere vender sus infraestructuras fijas en España, una operación que se quiere cerrar antes del final del año fiscal de la compañía, el 31 de marzo de 2023, y que valora estas infraestructuras en unos 4.000 millones de euros. En estos momentos todas las opciones están sobre la mesa y pasan por vender todo el paquete, quedarse como socio minoritario de una nueva sociedad FiberCo o mantener el control y la gestión.
En cualquiera de estos casos debería cerrar acuerdos para seguir alquilando estas infraestructuras y todavía está en el aire saber que pasará con sus 7,5 millones de líneas HFC heredadas de la compra de ONO por 7.500 millones de euros. Una infraestructura que actualmente no es el estándar utilizado en ningún despliegue de banda ancha y, por tanto, es una tecnología que está obsoleta y que algunos expertos recomiendan que se sustituya por fibra óptica, un coste difícilmente asumible por Vodafone España en estos momentos.
Con todo, Vodafone mantiene sus intenciones de valorar sus redes fijas en España por encima de los 4.000 millones, una cifra que parecía exagerada al comenzar el curso tras la fuerte subida de los tipos de interés y el aparente cierre del grifo del crédito a las operaciones corporativas. La compañía quiere aprovechar este clima favorable para garantizarse un buen precio de venta antes de que los inversores den un paso atrás si es que empeora la situación económica mundial.
