Los acreedores de Abengoa desconfían de la oferta de Urbas y de su plan de viabilidad
El juzgado tiene ahora 23 días hábiles para decidir el futuro de la compañía andaluza en un proceso abierto a cualquier interesado
La oferta de Urbas por los activos más importantes de Abengoa presentada este fin de semana ha sentado como un jarro de agua fría a inversores, administraciones y a la banca acreedora, según ha podido confirmar THE OBJECTIVE con fuentes cercanas al proceso. Todos dudan de la viabilidad y de la capacidad de pago que puede tener la propuesta que la empresa envió al juzgado mercantil número 3 de Sevilla y que no incluye el desembolso de efectivo, deja en el aire la renegociación de sus elevadas deudas y solo garantiza la supervivencia de la andaluza para los próximos tres años.
«Una oferta muy pobre», según las fuentes consultadas por este diario, que no sólo dudan del nulo impacto económico de la propuesta, sino que además critican un plan de negocio «sin ningún detalle» y que lo fía todo a sinergias difícilmente alcanzables. De hecho, el análisis de la propuesta solo arroja una conclusión que pasa por el colapso de Abengoa en un plazo muy breve, una situación que parece inminente si ninguna de las dos compañías logran una fuerte inyección de liquidez que no está detallada en el plan presentado al juzgado. Incluso algunas fuentes consultadas advierten que difícilmente podría recibir un informe positivo de la administración concursal.
Como ya había informado este diario, el juzgado tiene ahora quince días hábiles para analizar la oferta de Urbas, otros cinco para recibir propuestas de otras empresas y finalmente tres días hábiles para mejorar todo lo presentado, si procediera. Recordemos que el juez pidió a Urbas reformular su oferta por unidades productivas y de esta manera abrir la puerta a que otras compañías hagan ofertas por diferentes partes de los negocios de Abengoa. Sin embargo, finalmente se ha hecho una propuesta única que no define la realidad de cada sociedad, ya que cada una tiene sus propios acreedores y sus plazos de pago.
Oferta de Urbas
En cuanto a los términos económicos, la propuesta a la que ha tenido acceso este diario indica que la valoración realizada por Urbas «no permite ofrecer precio por la Unidad Productiva (conjunto de empresas por las que se hace la oferta), en la medida en que Urbas pretende viabilizarla mediante una importante inyección de liquidez y avales«. Pese a citar esta importante «inyección de liquidez», la constructora nunca se refiere a cifras concretas. «No podemos distinguir entre el precio que se ofrecería con subsistencia o sin subsistencia de las garantías porque la oferta carece de precio«, indican. Se le otorga por tanto un «valor cero» a Abengoa, algo poco usual en este tipo de procesos.
De hecho, la compañía solo se ofrece a asumir las deudas con trabajadores y con la Tesorería General de la Seguridad Social; el pasivo financiero de las garantías de proyectos asumidos; cuotas para la continuidad de las sociedades y viabilidad del negocio; inyección para finalizar proyectos; el riesgo asociado de pasivo laboral de 61 millones de euros en antigüedad acumulada de empleados; una masa salarial de 128 millones de euros; y una deuda de proyectos de 250 millones asociadas a concesiones.
El plan de negocio -del que no se entrega ningún detalle- se centrará en «continuar con la actividad de Abengoa, asegurar el mantenimiento del conocimiento y las referencias de la marca«,»integrar Abengoa dentro del ecosistema del Grupo Urbas y capturar sinergias entre ambas compañías», e «impulsar el crecimiento orgánico de Abengoa apalancando el crecimiento exponencial de sus mercados principales». La principal duda de los acreedores en este punto es saber cómo se integrará Abengoa en Urbas, una compañía que en los últimos cursos tampoco ha demostrado músculo financiero para asumir una estructura como la de la andaluza.
Plantilla de Abengoa
De hecho, el mayor compromiso de Urbas es mantener el empleo y solo garantiza la existencia de Abengoa por un periodo de tres años. «Urbas asumirá la obligación de continuar la actividad con la Unidad Productiva por un periodo de tiempo mínimo de tres (3) años desde la fecha en que se formalice la transmisión de la Unidad Productiva», dice el proyecto. Esto supone que después de estos tres años se podría despedir a toda la plantilla, cerrar la compañía y desguazar toda la estructura.
Las fuentes consultadas indican que –como ya había informado este diario– mantener todo el empleo en Abengoa es totalmente inviable y solo acelerará el desplome de la compañía incluso antes de los tres años comprometidos. «Urbas asumirá a los 4.700 trabajadores referidos en las mismas condiciones laborales en que prestan sus servicios en la actualidad y mantendrá su categoría profesional y antigüedad laboral que hayan acumulado. Esto significa el mantenimiento del cien por ciento (100%) del total de empleos susceptible de ser incluido en la Unidad Productiva», dice la compañía sin advertir del riesgo que esto supone para las alicaídas cuentas de Abengoa.
En cuanto a la financiación, Urbas indica que «se encuentra en proceso de discusión con diferentes entidades financieras» y que el cierre de dichas operaciones y los términos asociados están sujetos a la adjudicación de Abengoa. En relación con la necesidad de avales, estas soluciones contemplan «la conservación y renovación de las garantías de los proyectos ya existentes incluidos en la Unidad Productiva, la consecución de una nueva línea de avales para cubrir las necesidades de licitación, y la consecución de los nuevos avales necesarios para la contratación de los proyectos en una base de proyecto a proyecto».
Riesgo para el Cesce
En relación con la necesidad de financiación de circulante asociada al plan de negocio, Urbas contempla «la inyección de liquidez necesaria para dotar a la Unidad Productiva de la liquidez suficiente para la viabilidad financiera y de su plan de negocio«, según ha dicho la compañía al juez. Respecto a estos dos extremos, fuentes del sector financiero y del entorno de los acreedores de la compañía indican a este diario que ninguno de estos procedimientos está avanzado y que no es seguro que se completen si Urbas no presenta mayores garantías. Por otro lado, existen dudas sobre el capital que aportaría la compañía en el caso de solicitar una línea de avales y de la caja interna necesaria para soportar a Abengoa mientras la situación se estabilice.
Las fuentes consultadas por este diario indican que la sensación que hay en la banca acreedora es que la oferta de Urbas no aporta soluciones ni liquidez y que solo quiere aprovechar la cartera de clientes de Abengoa (sin proyectos nuevos). En cuanto al pago de las deudas, la mayoría tiene una gran cobertura de Cesce (Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación), lo que obliga al Gobierno español y a los ministerios de Hacienda y de Industria a involucrarse en la solución.
En este sentido, otras fuentes reconocen que será difícil que se seleccione otra propuesta y que lo más probable es que Urbas termine llevándose Abengoa gracias a su compromiso de asumir la totalidad de los 4.700 trabajadores de la compañía. Este diario ya advirtió que el Gobierno había presionado a Abengoa para que cualquier oferta de rescate por la compañía incluyese mantener la totalidad del empleo.
Una petición que evidencia motivaciones estrictamente políticas y una estrategia que busca llevar una paz momentánea a la compañía y a los sindicatos de cara a las elecciones municipales y generales del próximo año, aunque esto suponga que la empresa termine quebrando en el mediano plazo y que se aborde una solución transitoria e inviable.
El perímetro de la propuesta de Urbas incluye las sociedades Abengoa Abenewco 1, Abengoa Agua, Abengoa Energía”, Abengoa OM, Abengoa Solar (ASNT), Abener, Eucomsa, Inabensa, Abengoa Innovación, Simosa IT, Simosa, Abeinsa LatAm, Abengoa Solar Internacional, Abengoa OM Atacama, Abengoa Water Agadir, Sociedad Inversora Líneas de Brasil, Awinternacional SLU, Abengoa Water Nungua, ASA Iberoamérica y Contrucciones y depuraciones SAU.