El gasto en prestaciones por desempleo sube un 10,4% pese a la 'bajada' del paro
Los expertos advierten de que existe una divergencia entre la estadística de parados registrados y la situación real del empleo en el mercado laboral
El gasto en prestaciones por desempleo ha subido un 10,4% en 2022 frente al año prepandemia, 2019, según datos oficiales consultados por THE OBJECTIVE, y ello sucede pese a que el número oficial de parados es menor al no contemplar la estadística algunas situaciones de desempleo que afectan a fijos-discontinuos, demandantes de empleo en formación o empleados en ERTE.
Como explica el economista Javier Santacruz, aunque los datos de prestaciones por desempleo presentan cierto desajuste respecto a los de paro registrado en los Servicios Públicos de Empleo, lo cierto es que a finales de 2019 había 3,16 millones de parados frente a los 2,83 de diciembre de 2022 y, sin embargo, en prestaciones el montante abonado por el Estado ha subido de 15.595,79 millones en 2019 a 17.218,22 en 2022, según cálculos del experto a partir de los datos mensuales publicados.
Es decir, prácticamente sube el gasto en prestaciones a los desempleados en el mismo porcentaje que el paro oficial se ha reducido. Esto sucede, explican los economistas consultados por este periódico, porque las estadísticas encubren situaciones de desempleo que no figuran como tales, en parte porque -tras la reforma laboral impulsada a finales de 2021 por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz- la obligación de contratación indefinida hace figurar como ocupados a personas que en determinados periodos no están trabajando.
Así pues, la realidad registral no es fiel reflejo de la realidad laboral, explican los expertos. Una cosa es estar en desempleo y otra figurar como parado y ello imposibilita determinar cuántos desempleados hay realmente en España, aunque se estima que atraviesan por esa situación cerca de medio millón de personas más que las que reflejan las estadísticas, entre las personas en ERTE, los demandantes de empleo en formación, algunos contratados a tiempo parcial o fijos-discontinuos.
El director del gabinete de estudios de la Unión Sindical Obrera (USO), José Luis Fernández Santillana, es muy claro a este respecto. Explica que el descenso del paro registrado -insistiendo en la palabra registrado– en el periodo de 2019 a 2022 ha venido acompañado de un incremento del gasto y de los beneficiarios de la prestación por desempleo, «algo que nos debería llevar a reflexionar sobre cómo contabilizamos y denominamos a los parados».
«¿Es lo mismo ser un parado que un desempleado?», se pregunta -retóricamente- Fernández Santillana, para pasar a responder que «para el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) no lo es».
Perceptores de prestación que no computan como parados
Ejemplifica el director de estudios de USO la tesitura con el caso de los trabajadores en ERTE. No están trabajando en virtud de encontrarse incursos en el expediente de regulación de empleo y perciben la prestación por desempleo, aunque no computan como parados en los registros públicos.
Del mismo modo, se plantea un problema de exactitud de las estadísticas con los trabajadores fijos-discontinuos, explica Fernández Santillana, que habría que solventar en orden a computar a estos empleados como parados durante los meses de inactividad, ya que pueden ser perceptores de la prestación sin figurar como desempleados oficialmente si tienen cotizados los días suficientes para devengar el subsidio.
En resumen, Fernández Santillana considera que se está produciendo una «paradoja» en el mercado laboral en virtud de la cual puede haber más perceptores de prestación por desempleo que parados registrados.
Aumento del gasto en prestaciones de paro
Por su parte, Santacruz añade que el aumento de las coberturas por desempleo en los últimos años, las bases reguladoras sobre las que se calcula la prestación, unido todo ello a la compatibilidad de las prestaciones con el trabajo en jornadas a tiempo parcial, ha aumentado el gasto en prestaciones por desempleo a pesar de la reducción del número de parados oficiales.
De ahí infiere Santacruz que se está generando una suerte de «suelo», aún por definir, del que no bajarán las prestaciones por desempleo en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), aunque se relance el mercado laboral.
A cierre de noviembre de 2022, último mes del que hay datos de subsidios del SEPE, el total de beneficiarios de prestaciones por desempleo alcanzó la cifra de 1.799.838 desempleados y el montante de dinero mensual destinado a estas pagas fue de 1.743,4 millones de euros. La tasa de cobertura del sistema de protección por desempleo -que mide la proporción de parados que son beneficiarios de prestaciones- se situó en noviembre en el 66,3%.
En noviembre de 2019, había 1.965.132 beneficiarios de prestación por paro, y el gasto destinado a esta partida en ese mes fue de 1.701,2 millones de euros. La tasa de cobertura del sistema de protección por desempleo fue del 64,8%.