Argelia adelanta a Marruecos en la pelea por llevar gas nigeriano a la UE por un nuevo tubo
Fuentes conocedoras de la operación sostienen que el proyecto argelino se pondrá en marcha en un «tiempo breve»
Nigeria lleva años estudiando dos proyectos que tiene sobre la mesa para sacar provecho de sus reservas de gas: levantar un gasoducto que llegue hasta Argelia tras atravesar Niger o construir un tubo submarino que recorra más de una decena de territorios hasta llegar a Marruecos. Aunque ambos son compatibles, el primero es el que a corto plazo coge más fuerza para ser una realidad. Fuentes de la compañía WAGP (la empresa que explota el gasoducto que se busca extender hacia el reino alauita) así lo aseguran a THE OBJECTIVE. «La información última que nosotros tenemos es que el gasoducto que une Nigeria con Argelia se pondrá en marcha en un tiempo breve».
Una realidad que trastoca los planes de Marruecos, cuyo proyecto se encuentra en una fase mucho más madura. «Se espera que sea operativo en 2046», dicen las mismas fuentes. WAGP es un gasoducto de 678 kilómetros que suministra gas nigeriano a los mercados de Benín, Togo y Ghana. En 2016 se propuso su ampliación hasta Tánger (Marruecos) y en los últimos años se han acelerado los acuerdos de financiación y los memorandos de entendimiento (MOU) entre algunos países. Una decisión que salpica de lleno a España, que en el último año ha perpetrado un giro histórico en sus relaciones con ambos países al reconocer al Sáhara Occidental como provincia autónoma de Marruecos.
Las mismas fuentes confirman que «ahora mismo» el proyecto «más realizable» es el gasoducto que uniría Nigeria con Argelia. Lo que espanta la amenaza que algunos expertos clamaban sobre el proyecto: «Va a atravesar el conflictivo Sahel (Niger)». El pasado verano los titulares de la cartera de Energía de ambos países firmaron un memorando de entendimiento para la construcción del tubo. Una firma que un mes después tuvo su respuesta desde el proyecto competidor: Rabat rubricó otro memorando pero con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS) para dar un paso más en lograr el superproyecto que tanto ansían desde el reino aluita.
Los dos faraónicos planes que se esculpen en África se siguen muy de cerca desde Moncloa y también desde el Palacio Chigi (Italia). Los italianos en los últimos meses han aprovechado el deterioro de las relaciones diplomáticas entre España y Argelia para erigirse como el socio energético preferente del país africano. Así, hace una semana, la primera ministra Italiana, Giorgia Meloni, sonreía de forma amistosa junto con el presidente argelino Abdelmayid Tebún tras firmar la construcción de un segundo gasoducto subterráneo que unirá a ambos países.
Los lazos de Italia y Argelia: el proyecto Hybla
Aunque la estrategia de Europa es lograr la neutralidad climática y apostar por las energías renovables, la definición del futuro hidrógeno sigue siendo un enigma. Algunos países optan por el hidrógeno verde (se produce a través de la eólica y solar), otros por el hidrógeno rosa (por medio de la nuclear) y otros tantos por el hidrógeno azul, es decir, con el uso del gas.
El pasado 25 de enero, la empresa italiana Sasol presentó junto con la energética argelina Sonatrach el Proyecto Hybla. Un plan con el que se busca construir una planta innovadora de gran capacidad para la producción de hidrógeno y gas de síntesis «bajo en carbono» capaz también de capturar y reutilizar el dióxido de carbono.
«La iniciativa refuerza el papel central de Sicilia en la construcción de la futura infraestructura de hidrógeno de la Unión Europea. Una zona que destaca, por un lado, por su gran potencial en renovables y, por otro, por su ubicación estratégica. El proyecto, realizado en colaboración con dos operadores energéticos líderes, permitirá la producción de 7.800 toneladas al año de hidrógeno bajo en carbono y 25.000 toneladas al año de gas de síntesis bajo en carbón», sentencian.
Marruecos: la apuesta de España
El rearme energético en África avanza de forma discreta mientras Europa mira nuevos mercados internacionales donde diversificar sus futuras fuentes de energía tras tachar a Rusia como socio preferente. Marruecos y Argelia son conscientes de que son el enlace para traer gas natural o futuros gases renovables de África al resto de la Unión Europea. Una realidad que ha enfrentado aún más a ambos países por liderar la exportación energética de su continente.
Por otro lado, en el sur de Europa se ha creado una rivalidad entre Italia y España por convertirse en el nuevo puerto de energía de la Unión Europea. Así, mientras los primeros lo han apostado todo a Argelia, nuestro país ha preferido optar por el territorio que dirige Mohamed VI, lastrando sus relaciones con los argelinos.
Una pelea que, de confirmarse lo que se sostiene desde Nigeria, tendría un perdedor: España. La parada final del megaproyecto marroquí y nigeriano, que costará varios miles de millones y que tendrá un recorrido de más de 7.000 kilómetros, será nuestro país. Uno de los lugares que atravesaría el hipotético tubo son las aguas del Sáhara Occidental. Un elemento clave en el plan y que podría despejar la incógnita acerca del bandazo diplomático ejercido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando aceptó reconocer la pasada primavera que el Sáhara Occidental fuese un territorio bajo la jurisdicción del rey aluí Mohamed VI.