El consumo de gas de la Unión Europea cayó un 19% entre agosto y enero
Bruselas celebra que los estados miembros hayan podido adaptarse de forma veloz a las reclamaciones comunitarias
Los estados miembros de la Unión Europea redujeron su consumo de gas, de media, un 19% entre agosto y enero, en comparación con el promedio de los cinco años anteriores, ha anunciado este lunes la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, que ha calificado esta caída de «esfuerzo necesario».
Durante su intervención en la Conferencia Internacional de Energías Renovables (Spirec 23), celebrada en Madrid, Simson ha aseverado que si los niveles de almacenamiento se mantienen y los patrones de consumo de los Veintisiete «son más eficaces», la mayor penetración de las renovables en el Viejo Continente permitiría a la región «pasar también el próximo invierno».
La comisaria europea ha hecho un repaso del último año, marcado por la invasión rusa de Ucrania el pasado 24 de febrero, y la posterior crisis energética, circunstancias que han obligado a la Unión Europea a adoptar medidas para hacer frente a la nueva coyuntura.
«Cuando Rusia empezó la guerra, supimos que había que responder rápidamente porque podía afectar a nuestra vulnerabilidad e intentarían dividirnos», ha relatado Simson, que ha admitido que «ya en marzo» eran conscientes «que iba a ser imposible sustituir el volumen de gas ruso, que era demasiado grande», por lo que priorizaron el «ahorro energético».
Esta respuesta se plasmó en «cinco paquetes extraordinarios» y más de una decena de reuniones de los ministros de Energía de la Unión Europea, una labor con la que, a pesar de los retos de futuro que continúan por delante, se ha conseguido «estabilizar la situación en Europa».
De acuerdo con los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica, la demanda nacional de gas -que excluye exportaciones- se redujo más que en el conjunto de la Unión Europea, un 22% desde el pasado 1 de agosto al 31 de enero, en comparación con el nivel de consumo alcanzado en el mismo periodo del último lustro.
Ambos registros, tanto el nacional como el europeo, superan, en cualquier caso, la meta planteada por Bruselas de recortar el consumo un 15 % hasta la primavera.
Una transición «rápida»
Mención especial ha dedicado la comisaria europea a una transición energética que «ha sido bastante más rápida» de lo que se esperaba, lo que ha llevado a la Unión Europea a urgir un marco que integre más renovables de cara a acabar con su histórica dependencia de los combustibles fósiles y trasladar los beneficios a los consumidores.
Al respecto, ha dicho que la región tiene capacidad «suficiente» para producir tecnologías como las bombas de calor que sustituyan a las calderas individuales de gas, y ha recalcado la importancia de impulsar el almacenamiento en baterías y los electrolizadores, y de formar a los futuros trabajadores de este sector.
En términos similares se ha pronunciado la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ha insistido en que «hay ámbitos en los que una respuesta conjunta europea es mucho más eficaz».
Así, temas como la futura reforma del mercado eléctrico europeo, la capacidad de almacenamiento y disponibilidad y la hoja de ruta para la industria de la Unión Europea estarán en la agenda «que va a marcar los próximos meses (…) de forma constructiva, buscando cómo aunar los esfuerzos de todos».
Sobre la reforma del mercado, Ribera ha defendido que se garantice la electricidad «allí donde la requiramos, sin problemas» a través de mercados de capacidad y almacenamiento, y ha apostado por un diseño con subastas por tecnologías a fin de crear «un espacio donde haya liquidez» y sea lo suficientemente flexible.
No obstante, para la vicepresidenta tercera, «lo más importante es que el debate permita un diálogo profundo, porque no hay un sólo gobierno europeo» que no tenga entre sus objetivos la descarbonización, los precios estables y un mercado atractivo para los inversores.