Tecnológicas y 'telecos' entran en guerra por el uso de las redes en pleno MWC de Barcelona
Los gigantes digitales defienden su inversión en el sector, mientras que las operadoras piden que ayuden a financiar las nuevas infraestructuras
Los gigantes tecnológicos con negocios en España y las operadoras de telecomunicaciones locales llevan una semana enfrascadas en una guerra del relato sobre el uso de las redes digitales. Una batalla que estallará en pleno Mobile World Congress (MWC) de Barcelona, el gran evento tecnológico mundial que reunirá a los principales representantes de estos dos sectores a partir del próximo lunes. Incluso, según ha podido saber THE OBJECTIVE, durante esta semana se esperan nuevas declaraciones de los dos bandos para preparar el ambiente de cara a la cita barcelonesa.
La culpa de la escalada de hostilidades la tiene la consulta pública de la Comisión Europea que se anunciará durante el MWC -que se realizará entre el 27 de febrero y el 2 de marzo- en el discurso de Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior. Esta consulta abordará si las grandes compañías tecnológicas deben o no financiar las redes e infraestructuras desplegadas por las operadoras de telecomunicaciones. Bruselas lleva desde el año pasado anunciado esta consulta y finalmente se ha decidido a lanzarla este mes de febrero.
El pago por uso de las redes es una vieja demanda del sector telco que lleva meses pidiendo que grandes corporaciones como Google, Facebook, Netflix o Amazon paguen por usar sus infraestructuras, mediante una Network Tax o lo que ellos llaman, una fairshare o faircontribution . Una demanda que cobra más fuerza en plena era del 5G con unas empresas que llevan años (especialmente en España) siendo deflacionarias y que necesitan cuantiosas inversiones, cifradas en no menos de 4.500 millones de euros, para poner en marcha las nuevas redes de internet inalámbrica ultrarrápida.
Ametic y DigitalES
Esta consulta, con la que la Unión Europea espera tener claridad respecto de cómo deberían colaborar las grandes tecnológicas en el despliegue de las infraestructuras digitales, puso en alerta a las compañías que operan en España que respondieron a meses de declaraciones de las telecos en sus contra. La mecha que encendió el fuego fue la declaración pública de su patronal Ametic del pasado 13 de febrero, donde se solicitó «prudencia a las autoridades competentes y que se inicie un periodo de debate y reflexión que integre a todos los agentes implicados».
La entidad presidida por Pedro Mier -y que entre sus asociados tiene a Amazon, Facebook, Google, Microsoft o TikTok-cree que esta tasa generaría una doble imposición, podría abrir la puerta a una discriminación de los contenidos de las tecnológicas por parte de las operadoras y frenaría la inversión de las tecnológicas en infraestructuras que contribuyen al crecimiento de Internet.
Un comunicado de prensa al que contestó rápidamente DigitalES, la patronal de Telefónica, Vodafone, Orange y MásMóvil, y que nació después de las que telecos abandonasen Ametic por discrepancias con su gestión. La organización coincidió en la necesidad de un debate abierto sobre cómo alcanzar una contribución que sea justa, «de modo que las grandes plataformas digitales ayuden a la gestión del tráfico que generan y que tensiona enormemente la capacidad de las redes».
Debate en el MWC
«Todo esfuerzo en este sentido contribuirá a que la economía digital del futuro se cimente sobre unas bases más sólidas, equitativas y competitivas. A este respecto, es positivo que la Comisión Europea ultime una consulta pública sobre la cuestión del fair contribution, como primer paso para avanzar este camino y, además, hacerlo de una manera coordinada y coherente a nivel europeo», indicaron. El director general de DigitalES, Víctor Calvo-Sotelo indicó en una reciente entrevista que «la relación simbiótica de beneficio mutuo entre OTT y operadores de red se había acabado».
Para intentar aclarar su posición, Google ha convocado a la prensa a un encuentro este próximo jueves -en octubre ya convocaron otro similar- a pocos días de que comience el MWC. Este diario ha podido saber que otras tecnológicas están planteando encuentros similares para trasladar su postura en el transcurso de los próximos días. Los gigantes tech han decidido pasar a la acción ante la pérdida de apoyos en entornos comunitarios y españoles, donde se da casi por hecho de que debe existir una compensación y que la consulta solo debe definir de qué tipo debe ser.
En este sentido, el MWC que empieza la próxima semana anticipa nuevos encontronazos en esta batalla. Los miembros de la patronal que organiza la feria, la GSMA, son las operadoras de telecomunicaciones que exigen el pago por el uso de sus redes. El Mobile de 2022 ya fue uno de los temas que más acaparó los discursos de los grandes directivos y -desde esa fecha- algunos como el presidente de Telefónica y de la GSMA, José María Álvarez-Pallete insiste en el fairshare en cada una de sus intervenciones pública y entrevistas concedidas a medios de comunicación.
Aumento del tráfico
Una campaña pública que se explica porque las telecos españolas se sienten más expuestas al perjuicio de las grandes tecnológicas que el resto de sus pares europeos. Son las que más han reducido sus ingresos en la última década de todo el continente y las que más afectadas se ven por el tráfico creciente de las grandes plataformas. El tráfico de Internet en la UE crece un 32% anual y con la llegada del metaverso, podría suponer un crecimiento de 30 puntos porcentuales adicionales. Seis OTT representan más del 55% del tráfico de la UE , según ETNO. Y en España, es aún mayor, con el 58%.
Las operadoras reunidas en el MWC defienden que han invertido más de 500 000 millones de euros durante los últimos diez años y que los objetivos marcados por la agenda digital europea exigirán unas inversiones de 300.000 millones. Si se considera que se requieren 150.000 millones de euros adicionales de inversión para construir la infraestructura necesaria para desbloquear todo el potencial de 5G en Europa, las actuales inversiones -10.000 al año- no alcanzarán para llegar a los objetivos de la Década Digital hasta, al menos, el año 2033.
Por su parte, la consultora Frontier ha estimado que el tráfico impulsado por OTT podría generar costes de entre 36.000 y 40.000 millones por año para las empresas de telecomunicaciones de la UE y podrían incrementarse entre 15.000 y 28.000 adicionales en los próximos años si el ritmo de crecimiento del tráfico de datos es el previsto. Es así como Axon señala que con una aportación de 20.000 millones de euros anuales por OTT se lograría una cobertura de fibra óptica del 88% para 2025, una mejora de 13,2 puntos porcentuales.
La defensa de las ‘tech’
Por su parte, las tecnológicas defienden que el usuario ya paga al operador por una conexión a internet que le entregue el contenido que solicita. Gravar también a las plataformas equivaldría a gravar por duplicado el mismo servicio, dicen. Por otro lado, indican que condicionar el uso de la red al pago de una tasa daría a las compañías de telecomunicaciones el poder de discriminar entre diferentes contenidos. «El resultado sería una restricción a la libre distribución de contenidos y aplicaciones y, por consiguiente, la limitación del poder de elección del usuario final».
Defienden que sin los contenidos de las grandes plataformas, no existiría un incentivo para que los clientes contratasen servicios de internet con las operadoras. Además, agregan que las grandes empresas tecnológicas «invierten de forma constante y sostenida en generar infraestructuras en internet, como grandes centros de datos, que permiten el almacenamiento de los contenidos, o infraestructuras de interconexión y entrega de contenidos, sin olvidarnos de infraestructura física, como es el caso diversos cables submarinos, responsables de gran parte del tráfico que se produce en la red».
También recuerdan que en varias ocasiones similares, este tipo de impuestos han sido desestimados. En 2012, durante la World Conference of International Telecommunications, organizada por Naciones Unidas, una tasa similar fue descrita como «contraria a los derechos fundamentales» y «favorecida por ciertas naciones donde los gobiernos y las industrias de telecomunicaciones son, esencialmente, las mismas entidades». El Body European Regulators for Electronic Communications (BEREC), ha asegurado que la propuesta causaría «un daño significativo al ecosistema de Internet». Indican además que la propia Comisión Europea rechazó la idea en 2014.