La cerveza española recupera el segundo puesto de la UE en producción
La exportación, la recuperación del turismo y la permanencia de hábitos de consumo en el hogar creados en la pandemia nos ha permitido superar a Polonia
La cerveza española recupera el segundo puesto de la UE en producción. | Ricardo Rubio (Europa Press)
«¿Cómo se mide la espuma que resbala de la cerveza?», se preguntaba Neruda en un poema inmortal, y más bien narcisista, a su sombrero. La cerveza, amante de frescura promisoria, nos proporciona placeres de intensidad inefable, sobre todo cuando empieza a despertar el calor. Pero, más acá de los versos y el deleite, también supone una nada desdeñable (y menos últimamente) contribución a la economía patria. Tras una época de zozobra, se acaba de conocer que España recuperó en 2022 la segunda posición en producción cerveza de la Unión Europea.
En nuestro suelo se produjeron un total de 41,1 millones de hectolitros del preciado líquido. El estímulo más destacado fue la exportación, que creció un 16,3% respecto a 2021; y, en el último trienio, un 36,8% respecto a 2019, para un total de 4,1 millones de hectolitros exportados. Y todavía falta recuperar completamente el consumo en hostelería: la ingesta de cerveza fuera del hogar descendió un 4,1% respecto a 2019, cuando cerca del 70% se consumía en este ámbito.
El sector de la cerveza no solo nos espanta los males de la garganta (con algún disgusto colateral en la zona abdominal), sino que representa uno de nuestros sectores económicos más dinámicos. La cerveza es la bebida con contenido alcohólico con mayor recaudación en impuestos –llegó a superar los 3.600 millones de euros en los años previos a pandemia– y generación de empleo en España, con más de 400.000 puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, casi el 90% en hostelería.
Tan saborosos datos los reveló la patronal Cerveceros de España, que representa a la práctica totalidad de la producción en nuestro país, en su Asamblea General, que se celebró, significativamente, en el Consejo Superior de Deportes. La hermandad de la cerveza con el deporte, más acorde con su visionado que con la práctica, resulta evidente. Y la cerveza, consciente de la importancia de la asociación, la cuida: en 2022, el sector invirtió más de 41 millones de euros en apoyar al deporte español, patrocinando a cerca de 100 entidades deportivas de más de 20 disciplinas diferentes, lo que ha valido a Cerveceros de España el ingreso en la Real Orden del Mérito Deportivo, en la categoría Placa de Oro. Aunque, probablemente, el mayor premio consista en la persistencia de la cerveza arquetípica en el deseo de cualquier espectador deportivo.
Pero las principales bazas de la recuperación del músculo productivo de nuestra cerveza, según la patronal, han sido la recuperación del turismo, que se ha duplicado con respecto a 2021 (104,9 millones de visitantes en 2022 frente a los raquíticos 51,6 millones de 2021); la permanencia de hábitos de consumo de cerveza en el hogar adquiridos durante la pandemia y el notable incremento de las exportaciones. Todo ello nos ha permitido batir a la advenediza Polonia para quedar por detrás de una Alemania fuera de concurso por circunstancias que las barrigas de los turistas teutones en nuestras al aire en nuestras playas hacen aún más obvias.
Otro factor clave del éxito tiene que ver con los gustos claramente nacionalistas de los españoles cuando está en juego algo realmente importante en sus vidas: el 87% de la cerveza consumida en nuestro país se elabora dentro de nuestras fronteras, incorporando materias primas de nuestro entorno. En cualquier caso, el consumo, aseguran desde la patronal, sigue siendo social y moderado: más del 90% de las ocasiones de consumo de cerveza, ya sea en el hogar o fuera, se asociaron con momentos de consumo de otros alimentos. A pesar de que, como decíamos, el consumo en hostelería aún no se ha recuperado del todo, la cerveza sigue siendo la bebida fría más consumida en hostelería, donde el 94% del consumo se da en un contexto social, es decir, acompañado por amigos, familia, pareja o compañeros de trabajo.
En la Asamblea General de Cerveceros de España se produjo, además, el relevo en la presidencia rotatoria de la asociación. Demetrio Carceller Arce, presidente ejecutivo de Damm, deja el puesto a Ignacio Rivera Quintana, presidente ejecutivo de Hijos de Rivera, que lo asumió lanzando el lema: «Cuidemos nuestro sector, cuidemos la economía y cuidemos nuestra cerveza». También se nombró vicepresidentes a Alberto Rodríguez-Toquero, director general de Mahou San Miguel, y Jorge Villavecchia, director general de Damm.
Uno de los principales esfuerzos de la directiva saliente, al que le debe mucho la remontada, tienen que ver con las exportaciones. En marzo del año pasado, por ejemplo, firmaron con ICEX España Exportación e Inversiones un convenio para la promoción internacional del sector cervecero. La estrategia incluye desde sesiones formativas, talleres y foros de debate sobre la internacionalización, a la organización de actividades de promoción internacional: jornadas técnicas, misiones inversas de compradores o prescriptores y seminarios de oportunidades en mercados estratégicos. En valor, Reino Unido, China, Francia y Portugal son los principales destinos de la cerveza española.
Aunque hay terrenos en el que produce un placer más especial clavar picas. Para el observador atento, la cosa ya tenía buena pinta (nunca peor dicho) incluso en los peores momentos de la pandemia: en estas páginas publicamos el escándalo que supuso la fotografía del entonces premier británico Boris Johnson abrevando de una lata de Estrella Damm el día de su fiesta de cumpleaños, en junio de 2020. La imagen copó las portadas de los periódicos, en una publicidad imposible de pagar por cualquier marca, y contribuyó a la caída de Boris Johnson. A su lado, por cierto, aparece el entonces ministro Rishi Sunak y hoy primer ministro. Quizás porque sujeta un inocente refresco, en vez de la evidente traición a la patria de Boris.
