Alicante, Cáceres y Palencia, las provincias que pierden más oficinas bancarias desde la covid
Las entidades cierran hasta un tercio de la red en estas provincias con el último gran ajuste, frente al 18% de clausuras en todo el territorio nacional
El último gran ajuste de la banca, que se inició meses después del estallido de la pandemia, ha dejado a Alicante, Cáceres y Palencia como las provincias que pierden más oficinas. Mucho más que la media nacional del 18,3%. Las entidades han concluido en su práctica totalidad los cierres que pactaron con los sindicatos en los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), después del coronavirus, con 3.970 sucursales menos en el conjunto del país, lo que ha llevado a la red física del sector a contar con 17.735 puntos de venta.
Tras este proceso, según los cálculos realizados por THE OBJECTIVE a partir de los datos del Banco de España, Alicante lidera el recorte de sucursales, donde los bancos han echado la persiana al 33% en apenas menos de dos años. A finales de 2022, la provincia de la Comunidad Valenciana tenía únicamente 592.
Hay que subrayar que el Sabadell y Caixabank dominan en esta zona y que ambos grupos han protagonizado dos de los ajustes más relevantes del sistema financiero. La primera, con el objetivo de pasar página a las dificultades con las que se encontró y que le llevaron a negociar sin éxito una fusión con BBVA y la segunda, con el fin de mejorar su rentabilidad después de la absorción de Bankia.
Cáceres, por su parte, ha sido la segunda provincia con el mayor porcentaje de cierres desde que estalló la crisis de la covid-19. Desde entonces y hasta la fecha, el 30% de la red ha desaparecido y ya solo en sus municipios abren 176 sucursales.
Palencia, la segunda con menos oficinas bancarias tras Soria
Los bancos, de igual manera, centraron una parte de sus esfuerzos de disminución de costes en Palencia, donde los puntos de comercialización de productos y atención han caído en el mismo periodo un 26%. Con ello y sus 68 oficinas operativas, es la segunda provincia con el menor número de este tipo de establecimientos, solo superada por Soria, con 67, al margen de las ciudades autónomas de Ceuta y Mellila.
Pero no han sido los únicos territorios en los que sus calles han visto como se vaciaban estos locales en los últimos dos años con intensidad. En Baleares, Cantabria y Salamanca, más de un 25% de las sucursales han desaparecido. Y en Madrid, casi alcanzan este porcentaje, ya que llega al 24%.
Por contra, algunas provincias se han salvado de un ajuste tan drástico. Las entidades han decidido mantener la operativa física con una mayor presencia en Teruel, Huesca, Navarra, Albacete y Badajoz, zonas que también están consideradas dentro del perímetro de la denominada ‘España vaciada’, por su baja densidad de población.
Destacan, en este sentido, las dos aragonesas. En Teruel las clausuras han afectado al 4,7% de la red, mientras que en Huesca, al 5,3%. En Navarra, por su parte, al 6,4%, mientras que Albacete, al 7,5%, y en Badajoz, al 8,5%.
Todos estos cierres se suman a las diferentes olas de recortes puestos en marcha por los bancos desde la pasada crisis financiera. Desde 2008, las entidades han disminuido las agencias en dos tercios, al cerrar 29.000 de las mismas. Un proceso que ha dejado al 6% de las localidades sin oficinas desde entonces.
El sector, a raíz de las últimas clausuras masivas, se ha visto obligado a tener que desplegar medidas con las que paliar la falta de atención a los clientes, como consecuencia de la presión ejercida por la ciudadanía y el Gobierno. La banca se ha comprometido a reforzar el número de agentes financieros, alcanzar acuerdos con Correos, colocar cajeros automáticos y ofrecer sus servicios con ofibuses. Unas iniciativas que están en marcha y que tienen como gran objetivo que la población afectada no tenga problemas para conseguir dinero en efectivo.
El Gobierno, recientemente, ha lanzado una nueva ofensiva para que las entidades atiendan de manera presencial al menos dos días a la semana en los municipios de menos de 5.000 habitantes. De aprobarse dicho plan, la banca tendrá que reforzar el paquete de medidas en marcha.
El sector, de manera generalizada, considera que próximamente no se llevarán a cabo nuevas clausuras relevantes de sucursales, aunque de forma puntual y dinámica no se descarta que la red vaya bajando debido al impulso acelerado de la digitalización. Los canales online y remotos han dado un salto tras la covid y su uso se prevé que aumente aún más en los próximos años.