El Santander mete de nuevo la tijera en EEUU: cerrará otro centenar de sucursales

El Santander va a centrar una parte relevante de sus esfuerzos para los próximos tres años en Estados Unidos con el fin de que su filial pueda ser mucho más eficiente. El grupo de origen cántabro va a cerrar otro centenar de oficinas, con lo que su red se reducirá en un 25%.

Según los datos recopilados por THE OBJECTIVE, el banco, una vez materializado el ajuste, contará en la primera economía del mundo con unas 380 sucursales. No es la primera vez que el Santander lleva a cabo un recorte de este tipo. Ya en 2021 echó la persiana a cerca de cien agencias físicas de una manera sigilosa y en el marco de un proceso de disminución de oficinas en distintos países, entre ellos España, Portugal y Reino Unido.

Ahora, el Santander pondrá en marcha otro plan de cierres con los que mejorar su eficiencia operativa en Estados Unidos, cuyo ratio es claramente peor al de otros mercados. En la actualidad, los costes de su actividad de particulares sobre los ingresos de la franquicia se sitúan en un 74%. El propósito es que este porcentaje se coloque por debajo del 45% en 2025 y se acerque al de otras divisiones, de acuerdo con su nuevo plan anunciado este martes.

El proyecto del grupo presidido por Ana Botín no solo se centrará en una clausura de una cuarta parte de la red para lograr sus objetivos, sino en una aceleración de la transformación de la filial con medidas de simplificación de productos y aumento de las operaciones a través de los canales digitales.

El Santander espera reducir un 15% los costes en Estados Unidos en tres años

Con todo, el Santander espera que los costes operativos de particulares se reduzcan de los 2.000 millones de dólares a los 1.700 millones de dólares en tres años. Es decir, que los gastos disminuyan un 15% y ayuden a que la eficiencia global de la franquicia descienda de un 47%, tras empeorar en 2022.

El banco espera que en Estados Unidos el número disponible de productos se acote a una veintena, frente a los más de 300 que tiene en estos momentos. Y que el porcentaje de transacciones en las oficinas apenas supongan el 15% como mucho, frente al 50% actual.

El grupo español no pretende ser en Estados Unidos un banco universal. De hecho, a principios de 2022 dejó de vender hipotecas. El Santander se centrará en banca privada, de inversión, préstamos para automóviles y captación de depósitos. Sobre este último segmento, la entidad tiene previsto lanzar una plataforma digital a principios de 2024 para atraer fondos de los clientes con los que financiar una parte significativa de su actividad de créditos para coches.

El ajuste de sucursales en el país norteamericano tendrá lugar después de que el banco haya recortado la plantilla de la filial. En 2022 el Santander mermó un 7% el número de trabajadores en dicho mercado -algo más de 1.000-, hasta los 15.674 según sus propios datos.

La disciplina de los costes será una de las palancas que el grupo explotará en los próximos para cumplir con sus grandes propósitos del plan, que son conseguir una rentabilidad sobre recursos propios del 17% a finales de 2025 y aumentar la eficiencia hasta el 42%. Unas metas que permitirán al Santander elevar hasta el 50% de los beneficios el dividendo.

También, al igual que en Estados Unidos, continuará con la transformación de los procesos para una mayor automatización y digitalización de los mismos en el resto de filiales. Esto tendrá una especial relevancia en España y México, dos de sus principales mercados en los que opera.

El uso de los canales tecnológicos, cada vez más importantes para el banco y el sector, permitirán al Santander -según sus cálculos- captar 40 millones de clientes en todo el mundo hasta 2025 y, con ello, dar servicio a 200 millones. En Estados Unidos, a cierre de 2022, tenía 4,5 millones de usuarios, de los que 1 millón eran considerados digitales.