El SEPE vuelve a desmentir a Díaz: cierra el mes de marzo con cuatro millones de parados
Los datos del SEPE ponen de manifiesto que ni siquiera el ‘efecto Semana Santa’ logra reducir el número de personas demandantes de empleo que no trabajan
Una vez más, los datos del SEPE dejan en evidencia el mensaje triunfalista del Gobierno en el tema laboral. Según la última estadística del Servicio Púbico de Empleo del mes de marzo, España ha bordeado este mes los cuatro millones de parados. Concretamente los 3.966.834 (cabe recordar que en febrero fueron 4.066.873, y que pese a la Semana Santa, esta cifra solo ha bajado a casi cuatro millones de parados). Precisamente, la distribución de los demandantes de empleo, según la clasificación de la demanda, confirma que el total de personas registradas y que en estos momentos no están trabajando, ascendió en marzo a 3.966.834 personas, entre las cuales, además de los 2.862.260 parados, hay que añadir -bajo el eufemístico epígrafe de No parado-, a los demandantes de empleo con disponibilidad limitada; a los demandantes de empleos específicos y, entre otras denominaciones, a los otros no ocupados.
Según el estudio elaborado por el Gabinete de la Unión Sindical Obrera (USO), esta situación ya se dio en marzo en 2022. En aquella ocasión también estuvimos próximos a los cuatro millones de parados (personas registradas en el SEPE que no están ocupadas). Y es más -señala el director del Gabinete de Estudios Económicos, José Luis Fernández Santillana-, estos han aumentando en 61.825 personas en un año. El llamado paro registrado habría descendido en ese periodo de tiempo en 246.503 personas. De modo que -se plantea USO-, no se entiende por qué se sigue manteniendo una metodología que no aporta la claridad y transparencia necesarias para conocer la realidad y poner los medios y remedios para mejorar el alto paro que padecemos.
A esta ecuación de parados que se revelan como demandantes de empleo, que no trabajan, pero que no se contabilizan como tales, hay que añadir una vez más el grupo de fijos discontinuos. Y es que, después de la respuesta remitida por el Gobierno en el Senado sobre los fijos discontinuos en su período de inactividad, en la que se indica que están en el grupo de ‘trabajadores con relación laboral’, se puede ver en el cuadro que dicha partida es la que más crece en términos interanuales: 291.043 personas más. En detalle, en marzo se encontraban en esta situación 578.816 personas que no estaban trabajando y a las que la reforma laboral no los considera como parados, y por tanto, no los contabiliza como tales.
Esa es la razón por la que el Gabinete de Estudios de USO entiende que «la práctica habitual de no contabilizar como parados a aquellas personas que estándolo se clasifican bien como: otros no ocupados, con disposición limitada, o que demandan un empleo específico, acaba por distorsionar las cifras reales de paro, y hacen que el ‘paro real’ con el llamado ‘paro registrado’ no solo no coincidan, sino que diverjan notablemente».
Duración de los contratos realizados
El informe de USO destaca que, teniendo en cuenta que el 30 de marzo de 2022 finalizó el período transitorio de aplicación de la última reforma laboral, ya es un buen momento para empezar a establecer comparaciones más homogéneas y hacer balances para ver lo que ha conllevado la aplicación de estos cambios legislativos.
Según los datos del SEPE, el número total de contratos registrados durante el mes de marzo ha sido de 1.315.095, lo que supone una bajada de 356.746 (-21,34%) sobre el mismo mes del año 2022. Esta caída es consecuencia del cambio en la tipología de la contratación, que conlleva un aumento de la contratación indefinida que alcanza el 46,8% del total de contratos, mientras que en marzo de 2022 este porcentaje fue del 30,7%. Se está produciendo una caída de la actividad económica que es reflejo de un menor crecimiento del PIB.
Frente a esta tesitura, USO se pregunta si el aumento de la contratación indefinida, uno de los objetivos comprometidos con Europa, se está consiguiendo. Y añade otros interrogantes: ¿Qué tipo de contratación indefinida se está realizando? ¿Trabajamos más tiempo? ¿Cuánto están durando estos nuevos contratos indefinidos? ¿Se ha incrementado la duración de la contratación temporal?
Y es que la estadística refleja que los contratos de duración inferior a la semana ya suponen el 20% del total de contratos realizados, y en el mes de marzo, han supuesto el 35,8% de los contratos temporales que se realizaron: es decir, que uno de cada tres contratos temporales, dura menos de siete días (quizá de lunes a viernes).
De hecho, esta duración -recalca USO- no ha dejado de aumentar. Tanto es así, que hay más contratos, porcentualmente, de corta duración que antes de la reforma: diez puntos más que en 2022, y doce con respecto a 2021. Contratos que no alcanzan los dos meses, por lo que se está realizando una contratación de muy corta duración, lo que significa que después de un año de reforma, la duración media de los contratos decrece. Es decir, se trabajan menos días de media, y «esto conlleva menos estabilidad y más rotación en el empleo. Hay menos contratación temporal, pero la que se realiza es de menor duración», apunta Fernández Santillana a THE OBJECTIVE.
Por otra parte, si se repara en la duración media de cada uno de los tipos de contratos temporales, vemos cómo es el estándar: eventual por circunstancias de la producción, el más numeroso, se queda en solo 36,56 días (poco más de un mes). Estos contratos representan el 69,6% del total de contratos temporales realizados.