Vivendi se prepara para tomar el control de Prisa si Feijóo gana las elecciones
Moncloa ha autorizado que suban al 10,9% del capital, pero se mantiene el veto para que los franceses controlen al editor de ‘El País’ y Cadena Ser
Vivendi lleva varias semanas realizando un discreto trabajo que allane el camino para elevar su participación en Prisa, e intentar conseguir una posición de control cuando se levanten las limitaciones de la actual ley antiopas decretada por el Gobierno. Fuentes conocedoras consultadas por THE OBJECTIVE indican que en el grupo francés está activando todos los resortes políticos y empresariales para dar este asalto definitivo si el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, gana las elecciones de diciembre.
Un proyecto que paradójicamente sale reforzado después de que el Gobierno de Pedro Sánchez autorizara al grupo a elevar su participación desde el 9,9% al 10,9% (un 15% si es que ningún otro accionista de Prisa convierte sus bonos en acciones). En la compañía francesa hay satisfacción porque temporalmente se ha levantado este veto, pero son conscientes de que la mano no se abrirá completamente y es casi seguro de que no permitirá una toma de control del editor de El País y Cadena Ser con los actuales inquilinos de Moncloa.
Vivendi fue el principal suscriptor del bono convertible que Prisa aprobó a finales del año pasado y con el que recaudó 130 millones de euros para pagar anticipadamente la deuda supera a un mayor tipo de interés. Este instrumento financiero establece que en un plazo de cinco años (enero de 2028) los adquirentes deben canjear su bono por una participación equivalente del capital y adicionalmente existe la posibilidad de hacer conversiones anticipadas proporcionales dos veces cada año (en mayo y noviembre) y en situaciones extraordinarias debidamente justificadas. La conversión de mayo de este año se ha aprobado, pero hay dudas con la de noviembre.
Participación de Vivendi
Sánchez no quiere arriesgarse a abrir la veda para que Vivendi -un grupo declaradamente conservador- tome el control de su principal soporte mediático en estos momentos. El Gobierno ha rechazado hasta en dos ocasiones que los franceses suban en el capital del editor de El País e incluso bloquearon una propuesta formal de finales del año 2021 para subir en el capital hasta el 29%, el límite para no hacer una opa.
Por el momento, Vivendi ya ha sido autorizado para tener un 10,9% del capital de Prisa, pero no ocultan su interés de controlar la compañía o, al menos, igualar su participación con Amber Capital, actual primer accionista del Grupo. En este sentido, sus encuentros para allanar el camino a una era post Sánchez se han multiplicado en las últimas semanas, más con el interés de preparar el camino para 2024, que para intentar algún movimiento serio en este 2023.
El propio presidente de Prisa, Joseph Oughourlian, intentó acercamientos formales con Feijóo a mediados del año pasado, aunque la respuesta que recibió fue negativa. En el PP no olvidan la elevada identificación del franco-armenio con Pedro Sánchez y las alianzas que ha tejido en Indra. Tampoco le perdonan que haya sido uno de los empresarios más identificados con el líder del PSOE. Es por ello que ahora se buscan acercamientos directamente desde Vivendi, con una cercanía ideológica mucho mayor.
Bonos convertibles
Las fuentes consultadas indican que no ha habido contactos directos, pero que se busca tender puentes desde el grupo francés. El presidente del PP ha indicado a este diario que una de las primeras medidas será enmendar este decreto antiopas en sus primeros cien días de Gobierno, ya que considera que su existencia es una muestra de intervencionismo gubernamental. Unas declaraciones que cobran aún más relevancia si se considera que la voluntad del Gobierno es hacer permanente este decreto antiopas -en vigor hasta finales de 2024- si es que ganan las elecciones.
De esta manera, existe tranquilidad en Vivendi, no porque haya un apoyo explícito del PP -que no lo hay- pero sí en el sentido de que no tendrían trabas legales para mover ficha si es que cambia el inquilino de La Moncloa. Por otro lado, si se consolida una posición de control en Prisa, el PP gobernaría con el principal medio de izquierdas en manos de un grupo de derechas. Si los franceses asumiesen un protagonismo relevante en la gestión, está claro que el tono de El País y la Ser se moderaría en un claro viraje hacia posiciones más centristas.
Estos movimientos están totalmente validados por Amber Capital y por Oughourlian, quien ideó la operación de bonos convertibles para salvar las restricciones de Moncloa. La idea inicial era realizar una ampliación de capital, pero las trabas del Gobierno les llevaron a buscar una solución intermedia en la que se pudiese hacer una subida paulatina acompasando los tiempos con la situación política. Incluso se estableció una fecha de canje de cinco años en previsiones de una segunda legislatura de Sánchez que expiraría en 2027.
La llave para salvar Prisa
Precisamente, las relaciones entre el fundador de Amber y Moncloa no pasan por su mejor momento, precisamente porque desde el Ejecutivo se bloquea la entrada total de Vivendi, el único salvavidas financiero para la compañía . No hay ni una gran empresa española que quiera entrar en el capital de Prisa y las que están se baten en retirada, como Telefónica. Hay otras como Global Alconaba, pero no tienen el músculo financiero para seguir consolidando su inversión.
El Banco Santander no ve con malos ojos subir en el capital o respaldar a accionistas afines, pero solo si recuperan el control de la gestión, algo que Oughourlian no contempla. En este sentido, la alianza con Vincent Bolloré –con quien cultiva una amistad de muchos años– es la única salida que se vislumbra para el callejón financiero en el que se ha metido la compañía de medios.
De esta manera, la llave de Prisa la tiene Alberto Nuñez Feijóo. Si gana las elecciones probablemente suavizará el decreto antiopas, lo que impulsaría a Vivendi a subir su participación en Prisa hasta buscar el control del grupo. Si gana Sánchez, sin la inyección de los franceses, la compañía está abocada a una asfixia financiera que difícilmente se pueda sostener en el mediano y largo plazo.
Mon