THE OBJECTIVE
Entrevista (primera parte)

Feijóo: «Haremos una auditoría de cómo está gastando el Gobierno los fondos europeos»

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se somete a una entrevista con el director de THE OBJECTIVE, Álvaro Nieto

Media mañana del viernes en Madrid. Día muy frío, pero soleado. Alberto Núñez Feijóo (Orense, 1961) llega caminando a nuestra cita junto a su sombra desde hace más de 20 años, la infatigable Mar Sánchez. La entrevista tiene lugar en la sede de Abante, en plena Puerta de Alcalá y a escasos metros de la sede central de THE OBJECTIVE.

Desde la imponente terraza, Núñez Feijóo alcanza a ver el edificio donde tuvo su primer despacho en Madrid como director general del Insalud. Era 1996. Tras cuatro años en la gestión sanitaria, llegó la presidencia de Correos y, posteriormente, lideró la Xunta de Galicia desde 2009 hasta que sus compañeros del Partido Popular le reclamaron en 2022 que se pusiera a los mandos de Génova 13 tras la salida de Pablo Casado.

Las encuestas le sitúan como claro favorito para los comicios generales que deberían celebrarse en España en diciembre, pero Feijóo sabe que su revólver solo dispone de una bala. Si falla, se tendrá que ir a su casa. En absoluto da por segura su victoria, y reconoce que habrá partido hasta el final, por eso impresiona que, en lugar de mostrarse nervioso por la tarea que viene, se desempeñe en todo momento con calma y sosiego. Será la edad.

El gallego es un hombre tranquilo. Contesta a todo sin inmutarse y, como todo político experimentado, tiene cierto arte esquivando las cuestiones más incómodas. La estrategia es clara: en caso de duda, estacazo al Gobierno. He aquí la primera parte de la conversación.

PREGUNTA.- Esta semana ha estado en España una delegación del Parlamento Europeo interesándose sobre cómo se están gestionando los fondos covid, y parece que algunos de sus miembros no se han llevado una idea clara de dónde está el dinero y qué se está haciendo con él. Si usted se convierte en presidente del Gobierno, ¿qué va a hacer para conseguir que efectivamente esos fondos europeos acaben llegando a la calle? 

RESPUESTA.-La transparencia es básica y la capacidad de gestión es determinante. Y aquí no hay ni transparencia ni capacidad de gestión. Hemos visto cómo el Ministerio de Industria, que es un ministerio clave para la ejecución de los fondos, está descabezado. Tenemos una ministra de Industria que lleva varios meses haciendo campaña, porque es la candidata a la Alcaldía de Madrid, y un secretario de Estado que ha sido cesado por la mala gestión de los fondos y que ahora es premiado con la presidencia de Renfe. En segundo lugar, el Gobierno tiene una desconfianza enorme de las comunidades autónomas, que han gestionado fondos desde hace mucho tiempo y que saben las necesidades objetivas de sus territorios y de su tejido industrial. Y tercero, tenemos una serie de proyectos tractores que están pilotando las comunidades autónomas, pero nadie les escucha ni se les proponen alternativas en el caso de no estar de acuerdo con esos proyectos tractores. ¿Qué haremos nosotros? Pues en primer lugar, transparentar. En segundo lugar, dar luz y taquígrafos. Y en tercer lugar, escuchar a las comunidades autónomas y a sus consejeros de Economía e Industria. Y poner una serie de proyectos tractores que realmente modifiquen, modernicen e incrementen la competitividad de la economía española. 

P.- ¿Está usted dispuesto a hacer una auditoría sobre cómo está gastando el Gobierno los fondos europeos? 

R.- No tenga usted la menor duda. Yo ya he dicho que voy a hacer una auditoría sobre las cuentas públicas, donde se incluye la deuda pública y el agujero de la seguridad social, el actual y el previsible. Y es que buena parte de los españoles se van a jubilar en los próximos años, todos aquellos nacidos durante el boom de los años 60. Tenemos un gran agujero en la Seguridad social, y que cada año que transcurre es superior. Tenemos una enorme deuda pública, la mayor de nuestra historia: 115% sobre el PIB. Y tenemos también la deuda pública de las comunidades autónomas, algunas de ellas en una situación técnicamente muy compleja, sobre todo las comunidades del Mediterráneo. Y en materia de fondos, exactamente igual. Vamos a auditar, vamos a saber cuáles están comprometidos, vamos a saber qué proyectos hay sin atender y a hablar con los sectores estratégicos de nuestro país. La única cosa positiva que tiene España en este momento es que tiene una posibilidad de ejecución de fondos. Todo lo demás, desde el punto de vista de política económica, es deuda, paro, déficit y un incremento masivo de impuestos y una pérdida de poder adquisitivo de la familias españolas. 

P.- Hay gente que piensa que si usted llega al Gobierno no se va a atrever a hacer las reformas estructurales pendientes. ¿Qué le diría a esa gente? 

R.- Mire, hay una serie de reformas que el Gobierno actual está negociando con Bruselas con una enorme opacidad. Hay opacidad en la gestión de los fondos y los parlamentarios europeos ya lo han advertido. Pero es que en este momento se está negociando con Bruselas un encarecimiento de las pensiones, para que un ciudadano español, en el momento que sea pensionista, pueda mantener la pensión que le corresponde, y también un incremento de las cuotas de los autónomos. Y se ha decidido ya un peaje masivo en todas las vías de alta capacidad, en todas las autovías de España. Esto se está negociando con una enorme opacidad. Nosotros somos un partido de Estado y sabemos que tenemos un enorme déficit público, que tenemos una deuda de 115% del PIB y tenemos que bajarla al 60%. Pero lo que pedimos es transparencia de aquellas cosas que se están comprometiendo con Bruselas y que se ocultan en el ámbito nacional. Por ejemplo, sobre la guerra de Ucrania yo creo que el señor Sánchez ha hablado más en el Parlamento ucraniano que en el Parlamento español. Y saben más los ucranianos que los propios españoles sobre cómo les va a ayudar.

P.- ¿Cuáles son las tres reformas pendientes que España necesita afrontar con mayor urgencia? 

R.- Yo creo que necesitamos actualizar nuestro sistema educativo: hacer un enorme esfuerzo por la formación, por la formación dual, por la formación profesional. Necesitamos derogar la ley de universidades y volver otra vez a una universidad basada en la calidad, el mérito y la capacidad. La educación es básica, la piedra angular sobre la que se sustenta cualquier sistema de bienestar y competitividad. En segundo lugar, necesitamos una planificación económica, disminuir el gasto, una simplificación administrativa y, sobre todo, necesitamos crecer. La economía española es la última de la Unión Europea en crecimiento económico desde el año 2018, todavía no hemos conseguido el PIB que teníamos en 2019, y eso que se han incrementado la deuda y los impuestos, algo que parece imposible. Por tanto, competitividad, crecimiento económico, empleo, educación y, por supuesto, las transiciones digital y energética las hemos de acometer, pero no hablando sino haciendo. 

«El Gobierno está intentando controlar la economía y está bordeando lo que un Estado occidental europeo puede hacer»

P.- El Gobierno acaba de prorrogar dos años el decreto que le permite vetar cualquier inversión extranjera en sectores estratégicos. ¿Está usted dispuesto a derogar ese decreto? 

R.- Yo creo que el Gobierno está intentando controlar la economía y está utilizando una práctica muy al borde de lo que un Estado occidental europeo puede hacer. Y esto le está sirviendo para muchas cosas. No me gusta la intervención de la economía, y este gobierno está interviniendo la economía, y no la interviene más porque no puede o porque no le dejan.

P.- ¿Pero derogará ese decreto?

R.- Nosotros vamos a captar inversión extranjera, vamos a captar crecimiento económico obsesivamente, vamos a hacer una política fiscal en la que no se persiga a las personas que quieren invertir en España. No sé si le puedo decir que voy a derogar ese decreto en los cien primeros días de gobierno, pero lo que sí le puedo asegurar es que va a tener una respuesta en los cien primeros días. 

P.- Hay países europeos que ya se están replanteando su política respecto a la energía nuclear como consecuencia de la guerra de Ucrania. ¿Está usted dispuesto a prolongar la vida útil de las centrales nucleares e incluso a plantearse la construcción de otras nuevas?

R.- Nosotros vamos a prorrogar la vida útil de las centrales nucleares en España por necesidad, por responsabilidad y porque, mientras no tengamos una energía fotovoltaica, solar y eólica que cubra nuestras necesidades, es un disparate cerrar las fuentes de energía del 21% de la producción energética de nuestro país. España es la primera nación que ha cerrado todas sus centrales térmicas, y eso supone perder un 14% de energía. Alemania, Polonia y otros países están incrementando sus térmicas u ordenándolas. Yo no digo que haya que mantener térmicas ineficientes, pero sí que no habría que cerrar al menos la que estaba cumpliendo los requisitos de evacuación y de CO2. Por lo tanto, vamos a ampliar la vida útil de las centrales nucleares y además vamos a disminuir los problemas en la ejecución de los parques fotovoltaicos, termosolares y eólicos. Este gobierno no ha adjudicado ni un solo nuevo megavatio. Acaba de hacer una subasta de 3.000 megavatios y ha adjudicado 40. Todos los megavatios que se están instalando en España traen causa de subasta y expedientes de gobiernos anteriores. Por lo tanto, sí a la fotovoltaica, sí a la termosolar, sí a la eólica y sí a la nuclear. España tiene que ser un país excedentario en energía para volver a captar industria electrointensiva, que hemos perdido, y para que la energía, que es la clave de la competitividad de una economía, no expulse a muchas industrias y no suponga un factor determinante en el incremento masivo de precios. Llevamos un 15% de incremento de precios en los últimos 24 meses: el año 2021, 6,7% de inflación; y en 2022, 8,3%. Esto no lo soporta ningún salario, ninguna empresa ni la competitividad de nuestra economía. 

P.- En materia energética se da la paradoja de que tenemos prohibida la técnica del ‘fracking’ pero, sin embargo, le estamos comprando gas a Estados Unidos extraído precisamente mediante esa técnica. ¿No le parece esto un disparate? 

R.- Absoluto. Me parece de un cinismo y una hipocresía francamente intensos. Al igual que pasa con el incremento de las importaciones de gas ruso: España nunca ha comprado tanto gas a Rusia como en plena ofensiva ucraniana. El presidente del Gobierno no habla de la guerra de Ucrania aquí, no comparece en el Congreso de los Diputados para explicar que España está mandando armas y el Ejército español está desplegado en una guerra, pero a la vez se produce la mayor compra de gas ruso de nuestra historia reciente. Eso es de un cinismo y una hipocresía enormes. Estamos hablando de emisiones de CO2 y estamos trayendo barcos de Estados Unidos a las regasificadoras españolas, produciendo una emisión de CO2 y, a la vez, disminuyendo nuestro gas argelino que entraba por un gasoducto con prácticamente cero emisiones de CO2. En fin, estamos en una política energética llena de ideología y abandonando la tecnología, y al final la política energética básicamente es tecnología. 

P.- ¿Está usted de acuerdo con el plan de la Unión Europea que contempla que se dejen de producir vehículos de combustión en 2035, teniendo en cuenta que España es uno de los principales productores del continente?

R.- Yo creo que España se está jugando seguir siendo el segundo ensamblador de automóviles de Europa. España ha llegado tarde a las baterías, a la electrificación y a los puntos de conexión en ciudades y en carretera. Somos probablemente de los tres últimos de Europa en el despliegue de este tipo de infraestructuras, y creo que con carácter general España tiene una política de pancarta poco efectiva en relación a ese asunto. La edad media del parque de vehículos que están en las carreteras y en las ciudades españolas es de 14 años. Eso significa que podríamos bajar las emisiones de CO2 si sacáramos de las carreteras los vehículos de 18, 20 o 22 años. Estamos hablando de financiar coches eléctricos, pero nadie habla de financiar coches de bajas emisiones y de carburación. Eso es un contrasentido. 

Coche eléctrico: «Estamos haciendo un seguidismo un poco improvisado comprando masivamente baterías a Asia. El calendario de la UE es incorrecto»

P.- ¿Hay que replantearse esos planes de la UE?

R.- Europa va a tener que prorrogar los plazos, porque en 2035 no vamos a tener capacidad instalada eléctrica suficiente ni vamos a tener unas dimensiones adecuadas para poder surtir a todo el parque móvil europeo. Me parece bien como objetivo, pero creo que el calendario es incorrecto. Ojalá esté yo equivocado y podamos tener todos los coches eléctricos en Europa. Pero estamos en el año 2023, luego nos quedan diez años. No parece muy razonable un calendario de este tipo. Y después hay otra cosa muy sorprendente, y es que todos los que fabrican coches, todos los que saben de coches, todos los que han inventado los motores de carburación más eficientes del mundo, que es la industria europea, están viendo con perplejidad cómo estamos comprando de forma masiva baterías a Asia y a otros lugares del mundo. Y nosotros estamos haciendo un seguidismo un poco improvisado. 

P.- ¿Estamos volviendo a reproducir con el coche eléctrico los errores que cometimos con el gas cuando le dimos a Putin y a Rusia las llaves de nuestro abastecimiento energético?

R.- Estamos de acuerdo sobre dónde hemos de llegar, el problema es que el camino hacia esa finalidad está lleno de dificultades y tenemos que ser realistas. Me parece muy bien que la Unión Europea, que es la responsable del 5% de emisiones de CO2 del mundo, se plantee de forma honesta luchar contra el cambio climático, siendo, repito, el 5% de las emisiones del mundo. Estoy absolutamente persuadido de que podemos crear muchos puestos de trabajo siendo rigurosos contra el cambio climático y que los trabajos que tenemos que abandonar los podremos sustituir por nuevos puestos. Pero lo cierto y verdad es que los calendarios que manejan los políticos no se compadecen con la industria real y con la ejecución de los proyectos industriales. Y Europa está perdiendo industria electrointensiva. Europa ya ha perdido buena parte de sus astilleros, por lo que sería un gravísimo error que un continente que es referente en automoción, que no tiene fábricas de microchips, pierda una de las grandes industrias mundiales, como es la industria de la automoción. 

Lea aquí la segunda parte de la entrevista

Lea aquí la tercera y última parte de la entrevista

Vídeo y fotografías: Carmen Suárez y Víctor Ubiña

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