Las empresas sufren un retraso de año y medio para recibir la pieza clave del hidrógeno verde

La llegada de la pieza clave para la creación del hidrógeno verde se retrasa en nuestro país. Así, y según ha podido conocer THE OBJECTIVE a través de fuentes del sector, los electrolizadores han pasado de esperas de entre seis a nueve meses a un año y medio. Una razón que, las mismas fuentes, lo achacan a la creciente demanda del producto. «Esto es una pura ley de oferta y demanda. La explosión de solicitudes ha hecho que las plantas que las producían no puedan atender la cantidad de solicitudes que hay para su compra», sentencian.

Un escenario que también ha movilizado precisamente a esa oferta. Así, según el sector, muchas de estas plantas que producían electrolizadores -que son máquinas que permiten producir el gas verde a través de un proceso químico llamado electrólisis, que separa el oxígeno del hidrógeno– han movilizado sus recursos económicos para aumentar la cantidad de producción. Un objetivo que, no obstante, requerirá de varios años hasta que sea efectivo. 

«No hay suficientes productores en el mercado. Todas las empresas están compitiendo por los mismos equipos y las empresas están haciendo aumentos dentro de las cadenas de producción, pero no es suficiente. En todos los proyectos últimos que se han aprobado en España -que son 37- tendrán su pistoletazo de salida entre 2025 y 2026. Por lo que hasta 2026 no vamos a tener los primeros proyectos reales. Será a partir de ese momento cuando realmente se analizará si los megavatios o gigas que se están planeando realmente funcionan, son eficientes y tienen un coste», apuntan desde el sector.

Empresas de pilas

Pero no solo el tiempo de espera afecta. También, según apuntan las mismas fuentes, existe una incidencia sobre el coste del equipo. «Hasta que las empresas productoras no tengan esas economía de escala desarrolladas no se verá un coste reducido», apuntan. Uno de los objetivos claros de la hoja de ruta es que el valor añadido se quede en nuestro país y que no sea necesario comprar el equipo (por ejemplo, el stack, que es el ‘corazón de electrolizador) en Estados Unidos. Ahora mismo el número de empresas que fabrican pilas y electrolizadores es bajo.

Pese a esta situación, desde España tratan de impulsar la producción de los electrolizadores. «El objetivo de nuestro país es lograr instalar toda la cadena de valor: desde su generación hasta el futuro transporte» , apuntan. Una tarea que desde el sector reconocen que no será fácil. Existe mucha competencia hoy no solo en el mundo sino también en Europa.

Dentro de la UE, Alemania es uno de los principales países que se ha fijado como reto atraer la mayor producción de electrolizadores. Hace unos meses, la secretaria de Estado de Asuntos Económicos y Acción Climática, Franziska Brantner, aseguró en Madrid durante una breve intervención que su país iba a apostar fuerte por la producción de los electrolizadores para, más tarde, exportarlo a otros países, donde mencionaba sobre todo a los territorios miembros de la UE, entre ellos a España.

Fabricación de electrolizadores

«Queremos destinar una gran parte nuestra capacidad para la producción y la construcción de electrolizadores porque creemos que habrá escasez de electrolizadores y tenemos que asegurarnos de que habrá una más que suficiente producción de estos, por lo que es uno de los objetivos que estamos buscando. Queremos apoyar no solo el uso y el transporte del hidrógeno, sino también la producción de electrolizadores», afirmó Brantner.

Los empresarios del sector observan dos amenazas en el despliegue del hidrógeno verde en el país: la falta de una apuesta firme por ella y los cuellos de botella de las administraciones. «Hay que tomarse en serio que podemos ser fabricantes de electrolizadores. No nos durmamos. Tenemos que estar más ágiles. Las ayudas que ha habido se han centrado mucho en el desarrollo de proyectos y en la investigación. Pero España no tiene tejido industrial. Tenemos que potenciar la industria e impulsar toda la cadena de suministro (electrolizadores, compresores, almacenamiento y puntos de consumo)», apuntan.

El otro riesgo se encuentra en la burocracia. Hay en España hoy muchos proyectos que por problemas administrativos se atascan, ya que se piden muchos requisitos medioambientales y, además, tardan en concederse. Esta realidad se puede apreciar en el proyecto estratégico sobre el hidrógeno verde -que está financiado a través de los fondos europeos- y cuyo desembolso apenas se ha materializado.