Pymes y autónomos costean el 'kit digital' con sus ahorros porque el Gobierno no paga
La plataforma de afectados por el ‘kit digital’ edita una nota de prensa para dar a conocer la problemática económica que subyace tras los fondos Next Generation
La gestión de los fondos europeos, en concreto de los fondos Next Generation, y más en detalle, del ‘kit digital’, sigue siendo objeto de debate. Como ya adelantó THE OBJECTIVE, pymes y autónomos aumentan desde hace meses ese colectivo de damnificados por los obstáculos, dificultades y demora de la gestión de las ayudas europeas previstas para paliar las consecuencias de la pandemia.
En esta ocasión, con motivo de una nota de prensa oficial lanzada por la plataforma AfectadosKitDigital —que ya supera los 400 empresarios en menos de dos semanas—, THE OBJECTIVE ha vuelto a ponerse con contacto con este grupo que nos traslada cómo sus ahorros están costeando, desde el primer momento, el ‘kit digital’, mientras el Gobierno, a través de Red.es, apenas ha liberado del famoso bono a entre un 15 y un 20% de sus beneficiarios.
Y esto, ¿qué quiere decir? Esther lo explica a THE OBJECTIVE. Así es su experiencia: nueve años con su empresa, tres socios. Cumple con los requerimientos establecidos. Por suerte o por desgracia, como no tienen trabajadores a su cargo, sus sueldos —que no cobran— y sus ahorros están sirviendo para seguir adelante con los gastos que acarrea el ejercicio del bono digital, como por ejemplo, confeccionar una página web para un cliente. Un desembolso que está afectando a su calidad de vida, puesto que entre subsanaciones eternas, validaciones congeladas y un sistema de comunicación poco operativo, el agente digitalizador adelanta los costes, con unos tiempos de cobro largos, inciertos y a veces bloqueados.
Esther apenas ha cobrado cinco bonos de 30, a lo largo de nueve meses. Y ha tenido que ver cómo el mismo modelo de validación ante Red.es ha servido en ocasiones y ha sido rechazado en otras. Entretanto, espera, viendo cómo ella y otros compañeros del sector digital lo están pasando mal porque se ven obligados a adelantar el dinero del bono en cuestiones tan peregrinas como el pago de un dominio, algo necesario para hacer una página web, toda vez que te han dicho que lo puedes hacer. «Es que es imposible hacerlo de otra manera», recalca. Y mientras —remarca— «la gestión del ‘kit digital’ se está haciendo sin criterio técnico, sin criterio unificado. No se dan respuestas a las dudas, y además esas respuestas no tienen validez oficial. Estamos expuestos a unos tiempos de espera de enorme incertidumbre, con el peligro de que las empresas sean absorbidas por ‘kit digital’ y de que no podamos dar oportunidad a otros trabajadores que, de tener mayor volumen de bonos, generaría puestos de empleo».
Los cuellos de botella del ‘kit digital’
Esther tiene miedo a que se rompan esos sueños que nacieron en el pasillo de su universidad. Teme que otros como ella acaben perdiendo la esperanza y arruinando sus vidas por un ‘kit digital’, que en su opinión, tiene «serios cuellos de botella».
Ignacio, como el resto de afectados y miembros de la plataforma, señala que el el año de desarrollo del kit entre un 70 y un 80% de las facturas están aún sin pagar. «Ahí, en el olvido. Porque además es que no hay plazos establecidos de pago en este sector, mientras que el II y en el III es de 90 días». En su caso —información a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE—, ha recibido tres respuestas idénticas del Servicio de Atención al Agente Digitalizador. Tres respuestas estándares sobre conceptos distintos entre validaciones, subsanaciones o expedientes que no avanzan. Y entonces el mensaje es: «Estimado usuario, en relación a su consulta, le informamos que continúa en curso y pendiente de respuesta. Nos comunicaremos con usted en el menor tiempo posible para informarle».
Por esta razón, Ignacio entiende que uno de los problemas del despliegue del ‘kit digital’ es la falta de capacidad para hablar, para entender qué te pasa y dar soluciones, porque se trata de un servicio que sabe que no es técnico. Y los cuellos de botella —abunda este agente digitalizador— están en todo el proceso, pero también en las cámaras de comercio, a las que les falta la retroalimentación de Red.es, de manera que su trabajo es muchas veces de carácter manual, en un universo que debería ser 100% digital. Eso hace que los inconvenientes que observa Red.es, y que el agente digitalizador ha subsanado, no se comuniquen con la diligencia necesaria a las cámaras para que el proceso de validación no se frene en seco.
Rebeca aporta una visión técnica de la situación, partiendo de la base de que «claro que puede haber errores por parte de los agentes a la hora de cumplimentar los datos requeridos por Red.es». Pero reflexiona sobre una cuestión de gran relevancia. Y es sobre la subjetividad de los conceptos y los criterios excluyentes que solapan y se contradicen, y que dan lugar a que una pyme que factura 100.000 euros en el cómputo de dos años, se le quite la autorización de agente y se le excluya del mercado digital, porque a lo mejor se ha equivocado en una cifra de un año u otro, aunque la suma total de los dos dé el número exigido de facturación.
Redacción confusa y mareo de papeles
En definitiva, subraya Rebeca, «hay alta de voluntad por ayudar a personas que están en el mercado digital desde hace años y que de ellos se conoce su trayectoria», al tiempo que señala «la falta de trazabilidad de los pagos y la falta de transparencia», lo que expone a las pymes y a los autónomos a la hora de gestionar unos gastos que son ineludibles: dominios, plugin de las web, contratación de personas, licencias… Por mucho que Red.es «te diga que no se hace responsable de los acuerdos privados entre agentes y empresas».
La ‘trampa’ de Red.es es que «atrapa a la gente con el cebo del kit digital, y luego la deja fuera con una normativa que a priori debería haber sido revisada por el Ministerio e incluso haber recibido el asesoramiento de quienes dentro de la administración tienen conocimiento de la gestión de otros fondos», como los fondos Feder. De ahí que haya problemas de «mala interpretación del kit digital; un problema bastante común -sostiene-, con una redacción confusa y un mareo de papeles».
A su modo de ver, la solución a este problema no es tan complicada. «Pasa por evaluar la verdad de los errores y por establecer, entre otras cuestiones, cómo se han de hacer los informes de validación de ejecución del bono digital, de lo que no existen plantillas. Y eso puede se puede hacer con grupos de trabajo a tres bandas, entre Red.es, los agentes digitalizadores y las cámaras de comercio».
Entrentanto, en el mes de julio, las empresas que estén trabajando con el ‘kit digital’ tendrán que pagar el impuesto de Sociedades sobre una facturación que no es real, porque entre otros motivos, apenas han cobrado aún de la Administración y siguen pendientes de un desembolso que, según fuentes de Red.es, está alrededor de 60 millones de euros, de los 3.000 millones de euros previstos para digitalizar a través del kit digital a las pymes y a los autónomos.
Y si la lenta y farragosa gestión del ‘kit.digital’ está distorsionando el mercado -como apunta el consenso de la plataforma de afectados-, también lo revienta para los recién llegados, como explica Diego a THE OBJECTIVE. En concreto, critica la circunstancia de que los nuevos emprendedores digitales se hayan encontrado con la imposibilidad de acceder a estas ayudas, pues la normativa exige un mínimo de facturación. Además, no pueden competir con los precios. Así lo detalla Diego.