La importación española de frutas y verduras sigue creciendo, especialmente la procedente de países no europeos. En el primer trimestre de 2023, esta creció un 20% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según los datos del Departamento de Aduanas e Impuestos especiales, procesados por la Federación Española de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex).
Las frutas y hortalizas de países terceros suponen ya el 65% del valor de las importaciones, que en el primer trimestre del año alcanzaron los 1.121 millones de euros. En total, la importación hortofrutícola llegó al millón de toneladas, un 17% más que en el primer trimestre de 2022, de las cuales 512.793 toneladas procedían de países no europeos, un 47% del total si tenemos en cuenta el volumen.
Un crecimiento que ya se veía en años anteriores y que no deja de aumentar. En 2022, el volumen de estas importaciones creció un 7% respecto a 2021 y su valor, un 15%, «reforzando así la tendencia al alza de los últimos años», según señalan desde Fepex.
Una situación que la sequía empeora debido a la reducción de las cosechas en España, donde numerosos cultivos se han visto afectados por la falta de agua y no van a producir las cantidades esperadas.
Marruecos, principal país de procedencia
El principal proveedor de frutas y hortalizas, en términos de valor económico, en el primer trimestre del año fue Marruecos, con 323,3 millones de euros. Es el primer país de la lista incluyendo tanto a países europeos como no europeos.
En términos de volumen, fue también el segundo, con 132.544 toneladas, si solo analizamos los países que no pertenecen a Europa. Si incluimos estos, queda relegado a la segunda posición, con Francia como primer país de procedencia.
Una situación que preocupa a los agricultores desde hace tiempo, pues denuncian que este crecimiento de importaciones de países como Marruecos, pero también de otros como Egipto y Turquía, se debe a que estos tiene menores costes de producción por las menores limitaciones en cuanto al uso de productos fitosanitarios, que en Europa regulan normativas mucho más estrictas.
Denuncian que aumentan las alertas de productos procedentes de países terceros por contener fitosanitarios prohibidos en la Unión Europea o en cantidades superiores a las autorizadas, lo que es un riesgo para los consumidores, pero también para ellos, afirman, que aseguran que es una competencia desleal que debería ser regulada. Por eso, piden más controles y la aplicación de cláusulas espejo, es decir, que se exija a los productos importados las mismas condiciones que deben cumplir los productores locales.
«La importación española de frutas y hortalizas frescas muestra el continuo crecimiento de la competencia exterior tanto en el mercado nacional como el comunitario y está impulsada por normativas menos exigentes en los lugares de producción, en distintos ámbitos como el fitosanitario, haciendo cada vez menos competitivo el modelo de producción comunitario», dicen por su parte desde Fepex.
La exportación no deja de caer
Mientras la importación de productos hortofrutícolas no deja de aumentar, la exportación de los mismos está sufriendo el efecto contrario. Como ya contamos en THE OBJECTIVE, la exportación española de frutas y verduras empezó 2023 con un fuerte descenso, siguiendo así la tendencia que ya comenzó en 2022.
En el primer trimestre del año, la exportación de frutas y hortalizas frescas a países no europeos cayó un 25% en volumen, un 9% en el valor total, más de lo que aumentó la importación, dejando así un balance negativo para España. De esta forma, lo que se ha vendido fuera de Europa solo representa el 3% del volumen y el 2% del valor del total exportado.
En este periodo, descendieron las exportaciones a los principales mercados fuera de Europa, como Canadá, donde se perdió un 43% del volumen y el 18% del valor, así como Brasil, con un 19% y un 12% menos, respectivamente. También perdió volumen Estados Unidos, un 2%, pero aumentó un 12% el valor de lo exportado al país norteamericano. «El retroceso de la exportación fuera de Europa constata la dificultad de abrir y consolidar nuevos mercados para las producciones españolas, a pesar de los esfuerzos de las administraciones nacionales implicadas y el interés de los exportadores», dicen desde Fepex en un comunicado. Por ello, piden «una mayor implicación de la Comisión Europea y un enfoque más ambicioso y decidido en las negociaciones con países terceros para la apertura real de esos mercados a las producciones comunitarias».