Las empresas alertan sobre una ralentización de la inversión extranjera en el inicio de 2023
Este bajón se ha producido en los sectores donde se genera tradicionalmente una mayor llegada de capital extranjero como energía o el sector inmobiliario
Inversores, analistas y asesores de grandes capitales advierten de una ralentización en los flujos de inversión extranjera en España durante la primera parte de este 2023. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que entre enero y marzo se ha detectado un bajón en la llegada de capital foráneo, coincidiendo con un panorama político muy revuelto y la serie de críticas que el Gobierno de Pedro Sánchez lleva realizando contra las empresas desde hace al menos nueve meses.
Este diario ya advirtió que desde mediados del año pasado, el crecimiento de la inversión extranjera de un 13,9% en 2022 experimentó una importante ralentización hasta caer un 32% en el cuatro trimestre. Una tendencia decreciente que se ha mantenido en el comienzo de este año, algo que preocupa en el Gobierno en momentos en los que la economía española ha logrado resistir la recesión que ha afectado a otros países europeos como Alemania.
Asesores de grandes inversores con los que ha hablado este diario agregan además que este bajón se ha producido en sectores donde se genera tradicionalmente un volumen más elevado de inversión: energía, telecomunicaciones, actividades inmobiliarias, consultoría y transportes. Del mismo modo, se aprecia una reducción de estos flujos desde la mayoría de los países que invierten en España, con especial foco en socios europeos como Alemania, Francia o Italia.
Causas de la ralentización
Los expertos consultados por este diario advierten que este parón se produce por tres causas principales: la elevada base comparativa del año 2022, el contexto internacional y una innegable pérdida de la confianza de los inversores ante movimientos del Gobierno como los impuestos a la banca y las energéticas, el acoso a Ferrovial o la nueva ley de vivienda.
Los datos de la Secretaría de Estado de Comercio indican que, en el primer trimestre del año 2022, la inversión extranjera directa bruta en España llegó a los 8.233 millones de euros, una cifra que más que duplicó los 3.814 millones de un año antes. Datos históricamente altos que no se han superado en este comienzo de 2023.
Lo mismo ha pasado con la inversión extranjera directa neta -que descuenta las depreciaciones y venta de activos- que llegó en a los 5.429 millones, muy por encima de los 1.489 millones del primer cuatro de 2021 y de los 1.621 millones de 2020. En el caso de esta primera parte del año, tampoco se habrían superado los datos que marcaron el mejor trimestre desde la vuelta de la pandemia.
Financiación de la inversión
Por otro lado, las fuentes consultadas advierten que la situación internacional también ha afectado a la llegada de la inversión extranjera. La escalada de los tipos de interés en todo el mundo a raíz de la espiral inflacionista ha hecho que en un año se haya pasado de tasas negativas hasta un tipo oficial del 3,75% en España, lo que ha encarecido la financiación para grandes proyectos de inversión.
Cada vez es más difícil acceder a la financiación, lo que ha frenado proyectos de grandes fondos de inversión que ahora deben pagar muchos más intereses. Una situación que ha ido de la mano del contexto macroeconómico salpicado de incertidumbres. Europa está experimentando un frenazo económico agudizado por el parón de Alemania que ha entrado en recesión este último trimestre. Es así como las grandes empresas del continente se han replanteado inversiones.
Las fuentes consultadas no dejan de advertir que este bajón también se ha producido en el marco de un clima anti-empresa generado por el propio Gobierno. Hablamos de un trimestre marcado por la lucha del Ejecutivo contra Ferrovial para impedir su marcha a Países Bajos. Meses de disputas, declaraciones y amenazas veladas de la propia vicepresidenta primera, Nadia Calviño, que no lograron evitar la salida de la constructora, pero que sí consiguieron que ninguna otra empresa española intentase seguir estos pasos… al menos con Sánchez como presidente de Gobierno.
Ley de vivienda
La otra puntilla al sector fue la aprobación de la ley de vivienda, con una nueva normativa que penaliza a los inversores y que frena la compra de nuevos inmuebles. No hay que olvidar que grandes tenedores de pisos en España son fondos de inversión como BlackRock y una normativa que no termina de estar clara perjudica cualquier movimiento futuro.
Tampoco hay que olvidarse de los impuestos a las energéticas y a la banca que se aplicaron de manera retroactiva para el año 2022 y que se tendrán que pagar en 2023. Unos tributos recurridos por los propios afectados y que han generado una gran intranquilidad en las grandes empresas por la inseguridad jurídica que generan. Durante los últimos meses también se ha puesto sobre la mesa un eventual impuesto a los supermercados para contener la escalada de precios de los alimentos y el aumento de la carga fiscal a las grandes corporaciones, una vieja aspiración de Unidas Podemos.
Un clima anti-empresas y que -excepto los fondos oportunistas que sacan máximo rendimiento de un escenario político revuelto- perjudica a los inversores industriales y de largo plazo. Por ello, y como ya contó este diario, se ha visto el adelanto electoral como una buena noticia que elimina seis meses de incertidumbre y acerca un escenario en el que un nuevo Gobierno tendrá cuatro años de tranquilidad para legislar sin presiones ni tentaciones populistas.