Orange prepara su respuesta a la UE intentando reducir al mínimo la venta de activos en la fusión
La operadora prevé responder al pliego de objeciones de la Comisión Europea durante la próxima semana
Orange y MásMóvil preparan su respuesta al pliego de objeciones que la Comisión Europea publicó a comienzos de esta semana con el objetivo de reducir al mínimo la posible venta de activos o remedies que estudian imponer las autoridades comunitarias. Así lo ha indicado, Ludovic Pech, CEO de la operadora en España -y futuro director financiero de la joint venture– tras su participación en la jornada anual de la patronal del sector DigitaES, Summit 2023.
En respuesta a la pregunta sobre si seguirán manteniendo que estos condicionantes no son necesarios, como han hecho desde el comienzo del proceso, Pech ha indicado que «seguiremos poniendo sobre la mesa los argumentos para intentar convencer a la Comisión Europea de que no imponga estos remedies tal y como lo contemplan. Es decir, muy extensos y muy generales». De esta manera, el CEO de Orange en España ha dejado claro que la batalla está ahora ya no tanto en impedir esta venta de activos sino que se centrarán en minimizarlos.
No es un cambio de estrategia, sino que simplemente una adaptación a la evolución de los acontecimientos tras recibir un pliego de objeciones que no da demasiado margen a que la operación se cierre sin ningún tipo de condicionante. De hecho, y como ya ha contado THE OBJECTIVE, lo más probable es que tras la entrega de la respuesta de Orange y MásMóvil hacia el final de la próxima semana, Bruselas vuelva a responder con la solicitud de propuesta de venta de activos e incluso posibles destinatarios de estas infraestructuras (remedy takers).
‘Remedy takers’
Un proceso que según ya ha publicado este diario debería resolverse antes de que empiece la temporada estival de las autoridades comunitarias. Hasta la fecha, y de manera extraoficial, ha trascendido que al menos cuatro compañías se han interesado por estos activos: Avatel, Finetwork, Digi y Adamo. Este diario publicó además que Bruselas ya tiene en su poder desde hace varias semanas los planes de negocio de estas compañías respecto de qué infraestructuras comprarían y qué harían con ellas.
Ante este proceso que se abre, Pech ha confirmado que a partir de ahora se acelerará el diálogo con Bruselas para buscar acuerdos y de hecho, este mismo jueves se reunirán para ver qué pasos formales hay que seguir. «Entramos en una fase de diálogo para poder discutir las preocupaciones que mantienen y las soluciones que podemos aportar. En el caso de producirse los remedies, la Comisión te informa de las preocupaciones que tiene y te toca a ti proponerlos. Y después de esto hay un diálogo para ver si los remedies concuerdan con sus preocupaciones».
«Ahora estamos en el proceso de contestar en el pliego de cargos y lo que tenemos que ver es que si los argumentos que vamos a dar les parecen suficientes a la Comisión y si no le parece suficiente seguiremos en un diálogo para establecer remedies. Lo que pensamos es que el diálogo muy intenso que hemos tenido ha conseguido que hayan abandonado parte de las preocupaciones que tenían en el caso del mercado mayorista, por lo que tenemos buenas sensaciones respecto de lo que viene», ha concluido.
Infraestructuras de Orange y MásMóvil
De acuerdo con los reparos manifestados esta semana por Bruselas, todo apunta a que los remedies sean de infraestructura considerando que los temores apuntan a que el riesgo de concentración se produce en el mercado minorista. Este diario ya ha adelantado en que en el caso de la infraestructura móvil, en el punto de mira se encuentra la red de Yoigo y sus estaciones base y torres, además de las frecuencias que tiene asignadas. Al igual que en la venta de Jazztel, esta red perteneciente a MásMóvil tendría algunas duplicidades con Orange.
En cuanto a la infraestructura fija, el foco estaría en las infraestructuras de Euskaltel, adquirida hace dos años por MásMóvil. Es allí donde se encuentran algunos solapamientos de red con Orange y podría generar problemas con la competencia. Estamos hablando de aproximadamente un millón de unidades inmobiliarias que tendrían que traspasar íntegramente a los eventuales interesados en estas redes.
En este sentido -y como ya ha indicado este diario- la lucha está ahora en definir como se minimiza el impacto de estos remedies. Descontando que si hay demasiados condicionantes la operación podría dejar de ser rentable, el gran temor de Orange y MásMóvil es que sean lo suficientemente abultados como para engordar un cuarto operador reforzado, como Digi, que pueda romper el mercado en el futuro.