Telefónica asume la compra de Saudi Telecom y ve una oportunidad para remontar en bolsa
La operadora presentará su nuevo plan estratégico en noviembre durante su primer ‘Investor Day’ desde 2021
La cúpula de Telefónica ha aceptado con deportividad la sorpresiva entrada de Saudi Telecom en su capital con un 9,9% que –si lo autoriza el Gobierno– le convertirá en el primer accionista de la operadora, por encima de BlackRock, Caixabank y BBVA, todos con cerca de un 5%. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE confirman que hasta el momento la operación es amistosa y que los saudíes no tienen ningún interés de influir en la gestión ni de seguir subiendo en el capital, por lo que estamos hablando de un movimiento «positivo» para la teleco española.
Este miércoles el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, y su CEO, Ángel Vilá, volaron a Riad para reunirse con la cúpula de Saudi Telecom y conocer de primera mano sus intereses. El objetivo es confirmar personalmente el carácter amistoso de la operación y transmitirle los principales detalles del plan estratégico que prepara la compañía para presentarlo en noviembre, en su primer Investor Day en más de una década.
Pallete no quiere que nada cambie con la entrada de su socio saudí, lo que significa que se mantiene la hoja de ruta, la composición accionarial y el equipo directivo, pero sí aspira a que se pueda aprovechar la entrada del nuevo inversor para dinamizar el mercado y potenciar el valor de sus acciones. En la apertura de la bolsa, el miércoles, la acción se disparó hasta el 3% aunque al cerrar la sesión solo subió un 0,27%.
Liquidez de Saudi Telecom
Pese a ello, en la operadora se cree que si la entrada de Saudi Telecom sale adelante sin trabas regulatorias, podría subir su cotización y comenzar reflejar el verdadero potencial de Telefónica en bolsa. La compañía cotiza por debajo de los cuatro euros desde mayo, y desde que Pallete asumió la dirección ha perdido más de un 50% de su valor bursátil, convirtiéndose en el gran problema sin solución para su equipo gestor.
Se considera que, si se mantiene la voluntad de no injerencia de Saudi Telecom, se puede aprovechar este movimiento para demostrar ante el mercado el valor de los principales parámetros económicos que la operadora ha construido desde la pandemia y que prevé mantener este año y el próximo: menos deuda, ebitda y beneficios crecientes, aumento de la caja y desapalancamiento financiero.
Si se hace un análisis estrictamente económico, la operación es positiva para Telefónica. Saudi Telecom es un socio con liquidez y dinero fresco que pone a la española en el foco internacional y con posibilidad potencial de expansión en Oriente Medio. En un mercado cada vez más competitivo, con pocas posibilidades de crecimiento orgánico y con necesidades de inversión gigantescas, la entrada de un partner fuerte solo puede garantizar la tranquilidad, la operatividad y el futuro de la compañía.
Intereses similares
Saudi Telecom es además un inversor industrial con intereses similares a los de Telefónica y no un fondo oportunista que pudiese desmantelar al equipo gestor y trocear la compañía para obtener una rápida rentabilidad, como sí ha pasado con otras operadoras en el continente. Del mismo modo, las sinergias pueden ser relevantes, dado que las dos telecos ya colaboran desde hace más de dos años en temas como la inteligencia artificial o el cloud.
Telefónica también llevaba más de un lustro buscando un socio industrial de referencia que apuntalase su fragmentado capital y que consolidase financieramente a la compañía. De hecho, en muchas oportunidades se viajó a Oriente Medio para intentar cerrar apoyos de países de esta zona geográfica, pero nunca se logró consolidar ninguna operación.
Es verdad que se hubiese preferido que el desembarco de un partner de estas características llegase tras un acuerdo con el resto de accionistas y el equipo directivo, pero se valora la intención de Saudi Telecom de no influir y su confianza mostrada en el equipo directivo desde el primer momento.
‘Investor Day’ de Telefónica
Pallete anunció en julio que presentará su nuevo plan estratégico para los años 2023-2026 el próximo 8 de noviembre en el primer Investor Day de la compañía en doce años. El plan sigue en marcha y se espera que la llegada de los inversores saudíes no signifique ningún freno y que, por el contrario, sirva como un catalizador del interés inversor en la compañía.
En el caso del plan, en el mercado se coincide en que debería abordar retos endémicos como su inestabilidad en los mercados y la incapacidad de la compañía de reflejar sus resultados económicos en su capitalización bursátil, junto con otros más operativos, como el posicionamiento de su negocio en España, el destino de su filial audiovisual, el futuro de su joint venture en Reino Unido o su relación con los grandes gigantes tecnológicos como Google o Facebook.