¿Por qué es el aceite de oliva más barato en algunos países del extranjero que en España?
La razón no se debe a que lo compren a un precio menor, sino al momento en el que se exportó
Los precios del aceite de oliva llevan meses disparados y sin dejar de subir, con etiquetas en los lineales de los supermercados que ya marcan más de 10 euros por litro en muchas de las opciones. En concreto, en un año el precio de este producto ha crecido casi un 40%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que lo ha convertido en un alimento inaccesible para muchos consumidores españoles.
Sin embargo, las redes sociales se han llenado en los últimos días de comentarios sobre imágenes y vídeos en los que españoles residentes en otros países, como Irlanda, muestran cómo este preciado alimento está más barato en los supermercados locales que en España, uno de los principales productores. Las críticas no han tardado en llegar y son muchos los que se preguntan por qué ocurre esto.
La explicación es bastante sencilla y no tiene nada que ver con lo que sugieren algunos usuarios de las redes sociales, que afirman sentirse engañados y consideran que se está priorizando el mercado extranjero.
Principalmente, la diferencia de precios se debe a tres motivos, según explica a THE OBJECTIVE el director general de la Asociación España de la Industria y Comercio Exportador de Aceites de Oliva y de Aceites de Orujo (Asoliva), Rafael Pico: la menor rotación en los puntos de venta, la larga duración de los contratos y la previsión de los exportadores.
La pregunta ha surgido ahora de nuevo por los precios en países como Irlanda, pero es algo que ya se ha planteado en meses anteriores en comparación con los que se podían ver en Australia o más tarde en Estados Unidos. La respuesta, explica Pico, se centra en las mismas razones para todos.
Menor consumo y, por tanto, menor rotación
Uno de los motivos por los que podemos ver aceite de oliva a un precio menor en los estantes de supermercados irlandeses es que probablemente esa botella no fuera adquirida por el establecimiento hace uno o dos meses, como ocurre aquí en España, sino que puede haberse comprado hace más de un año y, por tanto, a un precio inferior al actual.
Esto ocurre porque la rotación del producto en los comercios es mucho mayor en España, donde el consumo de aceite de oliva es de unos 11 litros al año per cápita, según los datos de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español. Una cifra muy superior a la de Irlanda, país en el que se ha centrado la polémica, donde no llegan al litro por persona en el consumo anual.
«En España hay puntos de venta donde el aceite de oliva no está más de 15 días, a lo mejor un mes en algunos, hay mucha rotación de producto. En los mercados exteriores la rotación es mayor, puede estar un año en los lineales», señala el director general de Asoliva.
Por eso, los irlandeses pueden estar comprando ahora una botella de aceite de oliva que se importó al país hace más de un año, incluso dos, cuando el precio era bastante inferior al actual y por tanto, los supermercados siguen obteniendo un margen de beneficio.
Contratos a largo plazo y previsión de los exportadores
Otro de los motivos, explica Pico, es que los contratos con los principales importadores de aceite se suelen firmar a largo plazo, por lo que las condiciones se establecen según la situación que haya en el momento.
«En el mercado internacional, los grandes operadores suscriben los contratos a lo mejor para un año», dice Pico, que añade que «es muy difícil que un exportador pierda un contrato de suministro con las grandes cadenas», es decir, que aunque deje de ser favorable en términos económicos, difícilmente van a romper el acuerdo, tanto por las penalizaciones que esto puede suponer como por la pérdida de cuota de mercado que podría acarrear.
Por otro lado, el director general de Asoliva explica que, teniendo en cuenta que las previsiones ya auguraban una mala campaña, las empresas anticiparon exportaciones durante los últimos meses de 2022 para que se pudiera ir vendiendo durante el año 2023. Por tanto, ese aceite se vendió a precios de hace más de medio año. «Se vendió anticipadamente sobre todo también para cubrirse las operaciones y contratos de largo recorrido», dice Pico, que señala que es una manera de evitar que aceites de oliva de otros países y otros aceites vegetales acaben por quitar cuota de mercado al aceite de oliva español si este reduce su presencia en los lineales de los supermercados durante un tiempo.
Queda por ver lo que ocurrirá cuando se venda el aceite que se compre ahora para su exportación a otros países, en un momento en el que los precios se han elevado notablemente y la exportación se ha desplomado un 40% por este motivo, según los últimos datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, correspondientes a la primera mitad del año.
¿Por qué no deja de exportar España?
A pesar de la fuerte reducción del aceite de oliva disponible en España debido a la sequía, que afectó a la campaña anterior y lo hará todavía en la próxima, las botellas de este producto español siguen muy presentes en el mercado internacional. Y es que, según explican los expertos, dejar de exportar aceite para suplir la falta de disponibilidad en España tendría serias consecuencias para las empresas españolas.
Como ya señaló Pico en agosto ante la noticia de que Turquía prohibía temporalmente la exportación de este producto para poder abastecer al mercado local, una decisión así provocaría la falta de presencia de las marcas españolas en mercados internacionales, una reducción de la cuota de mercado y la posible derivación del consumo de aceite de oliva a otros aceites vegetales en estos países, lo que complicaría la recuperación de ese espacio si mejorara la situación.