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Economía

España producirá menos carne de cerdo por las leyes de bienestar animal y los altos costes

Un informe de la USDA afirma que la tendencia seguirá a la baja también por los costes de producción

España producirá menos carne de cerdo por las leyes de bienestar animal y los altos costes

Los ganaderos afirman que las leyes de bienestar animal obligan a reducir la producción. | A. Pérez Meca (Europa Press)

El sector porcino español experimenta una tendencia a la baja en la producción que se espera que sea aún mayor en 2023 y 2024, según las previsiones del último informe del Servicio Agrícola Exterior del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (FAS-USDA).  

En concreto, se esperan algo menos de cinco toneladas de cerdo y menos de 55 millones de sacrificios, según los datos de este informe que señala a la bajada de la exportación a países terceros, las regulaciones sobre bienestar animal y los altos costes de producción como principales motivos de esta situación. 

Aunque España seguía siendo en 2022 el principal productor y exportador de cerdo en la Unión Europea, las previsiones marcan una caída de la población de cerdos, aunque el número de cerdas se verá parcialmente compensado por la importación de lechones, especialmente de Portugal y Países Bajos, «que podría continuar en 2024», según señala el informe. 

Una previsión que es acorde a la situación del consumo de este alimento en España. Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la inflación provocó una caída del 11% del consumo de cerdo fresco, mientras que el consumo de cerdo en general cayó un 9%. 

«Si continuamos así terminaremos teniendo menos producción, con lo cual, si estamos en un mercado de oferta y demanda, el precio subirá, a no ser que el consumidor deje de consumir, que es lo que está pasando», dice en una conversación con THE OBJECTIVE Rosend Saltiveri, el responsable estatal del sector porcino de Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos. 

Menos exportaciones por la demanda de China

La caída de las exportaciones a países terceros es una de las principales razones que señala el informe de la USDA para la tendencia a la baja de la producción del sector porcino español. En concreto, apunta a la reducción en la demanda por parte de China como motivo de esta situación, que ya se notó en 2022. 

«La exportación de carne de cerdo se contrajo un 4,4% en comparación con 2021 debido a la reducción de la demanda de China. Sin embargo, el crecimiento en mercados asiáticos como Japón, Corea del Sur, Filipinas y Taiwán, entre otros, compensó parcialmente el 50% de la reducción de ventas a China», dice el texto. Otros mercados importantes fuera de la Unión Europea, añade, son Malasia, Nueva Zelanda, Chile, México, Cuba, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. 

Las normas de bienestar animal, otro freno a la producción 

Otro de los obstáculos que los ganaderos del sector porcino llevan tiempo denunciando son las regulaciones sobre bienestar animal que se han aprobado en España y que se preparan para ser aprobadas próximamente en la Unión Europea. 

«Según el sector, el mayor impulso de esta caída, más allá de la prevista bajada de exportaciones a China y otros mercados no europeos, es el decreto sobre bienestar animal» aprobado en España, explica el informe. «El decreto incluye nuevos valores de densidad de animales en las granjas y nuevas condiciones respecto a la alimentación, los bebederos, las condiciones ambientales y la disponibilidad de material para los animales», lo que supone una reestructuración del sector en los próximos años que provocará una caída de la producción, apunta. 

También temen los efectos de la normativa sobre bienestar animal que prepara la Unión Europea, que podría prohibir la cría en jaulas de animales como los cerdos si tiene en cuenta las recomendaciones de la EFSA. Una medida que, según un informe publicado por Copa-Cogeca, supondría una pérdida de la producción del sector porcino en Europa de hasta el 23% en el peor de los escenarios. 

«Cuando la normativa de la Unión Europea tiene en cuenta el bienestar animal sin valorar el tema económico, se hace muy difícil producir«, denuncia Saltiveri, que lamenta que los políticos «no han legislado con coherencia al ver lo que está pasando, no hacen las modificaciones pertinentes para realmente solucionar esta situación, lo que crea muchas dificultades». 

Las explotaciones pequeñas salen perdiendo 

Estas nuevas normas, señala Saltiveri, perjudican más a las explotaciones ganaderas pequeñas que a las grandes empresas, dado que estas tienen habitualmente más capacidad de reacción y de inversión para llevar a cabo las modificaciones necesarias en sus instalaciones. 

«Socialmente criticamos a las macrogranjas, pero el sistema legislativo lo que hace es perjudicar a las medianas y a las pequeñas. A las grandes también, pero tienen más capacidad económica para resistir, están vinculadas a empresas más diversificadas», afirma Saltiveri. 

«Cuando una granja cierra, se reducen los que se quedan con la  producción, que se va concentrando en menos manos», añade el ganadero, que puntualiza que suelen ser precisamente las empresas más grandes. 

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