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Las farmacéuticas abandonan el desarrollo de nuevos antiobióticos por falta de rentabilidad

Más del 82% de todas las aprobaciones de estos medicamentos se produjeron antes del año 2000

Las farmacéuticas abandonan el desarrollo de nuevos antiobióticos por falta de rentabilidad

Allergan.

La resistencia a los antibióticos causará 10 millones de muertes para el 2050, señala la OMS; y en España, según datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, mueren al año más personas por resistencia a los antimicrobianos (en torno a 4.000) que por accidentes de tráfico (1.042 en 2022). Los expertos ya califican el problema de las superbacterias y la creciente resistencia de algunas enfermedades a los fármacos que empleamos para combatirlas como la mayor amenaza para la salud humana de los próximos años.

A pesar de la disponibilidad de 134 fármacos antibacterianos en todo el mundo, la necesidad de desarrollar nuevos medicamentos que eviten la resistencia bacteriana es imperante ante esta situación. Sin embargo, los grandes laboratorios farmacéuticos han abandonado el desarrollo de nuevos antibióticos por falta de rentabilidad. Más del 82% de todas las aprobaciones de antibióticos se produjeron antes del año 2000, según un informe realizado por la Organización de Innovación en Biotecnología (BIO), que examina la cartera actual de nuevos medicamentos antibacterianos.

Actualmente sólo hay 44 programas de medicamentos antibacterianos en desarrollo. Solo uno se encuentra en fase III. Esta cifra podría parecer un número importante de fármacos, sin embargo, si hacemos una comparación con los antivirales covid o los medicamentos oncológicos, podemos observar un claro ejemplo de cuán delgada es la línea clínica de nuevos antibióticos. En 2020-21, había 260 antivirales covid en desarrollo clínico y 1.030 medicamentos; y en indicaciones oncológicas, solo en el caso del cáncer de mama, la cifra fue de 158, según el informe de BIO.

Baja rentabilidad

Al contrario de lo que podría esperarse, la tasa de éxito de los nuevos antibacterianos está por encima del promedio de la industria: un 16,3% desde la Fase I hasta la aprobación de la FDA versus un 7,9% para 2011-2020. Curiosamente, recoge el estudio realizado por los investigadores David Thomas y Chad Wessel, la oncología tiene una tasa de éxito extremadamente baja, cercana al 5%; sin embargo, sigue recibiendo cantidades récord de inversión. Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Por qué las farmacéuticas no invierten en antibacterianos?

En primer lugar, según recogen los expertos, los nuevos antibióticos se utilizan principalmente como terapias de ‘última línea’ para su uso en hospitales cuando otras opciones son ineficaces; y, en segundo lugar, estos productos son terapias de corta duración –entre siete y diez días–, por lo que a las farmacéuticas les resulta mucho más rentable invertir en enfermedades crónicas. Thomas y sus colegas descubrieron que las empresas de oncología recaudaron en la última década 38.000 millones de dólares, más de 16 veces la cantidad invertida en antibacterianos: 2.300 dólares.

Quiebra de empresas

Un efecto colateral es la quiebra económica de varias empresas que apostaron por la investigación antibiótica. Achaogen y Aradigm quebraron durante 2019 y Novartis y Allergan abandonaron las líneas de investigación sobre nuevos antibióticos. Otras empresas en las que se pusieron grandes esperanzas, como la norteamericana Melinta Therapeutics, han informado a sus accionistas de una preocupante falta de liquidez.  

Otra tendencia alarmante es la disminución de empresas de antibacterianos que salieron a bolsa en los últimos cinco años (sólo tres). Por el contrario, durante este mismo período, la mayoría de otras enfermedades, como la oncología, han mostrado un gran aumento en el número de empresas que cotizan en bolsa (71 empresas) en comparación con los cinco años anteriores (38 empresas). De las 12 empresas de antibióticos que han salido a bolsa en los últimos 10 años, sólo cinco siguen activas en la actualidad.

Esto ha provocado una espantada de la mayoría de las grandes empresas en investigación y desarrollo (I+D) de antibióticos en favor de fármacos más lucrativos, dejando el espacio a las ‘farmas’ más pequeñas. El informe estima que las pequeñas empresas descubrieron el 81% de los antibióticos actualmente en proceso clínico.

Por último, el extenso estudio de BIO establece cuatro soluciones políticas para acabar con el mercado roto de antibacterianos: inversión inicial para el descubrimiento de nuevos antibióticos, incentivos regulatorios para el desarrollo de antibióticos, inversión en la última etapa para ayudar a las empresas a pasar a las pruebas de fase 2 y 3 y más mecanismos para arreglar el quebrantado mercado de antibióticos. En este sentido, los investigadores señalan que se necesitan incentivos de 1.000 a 4.000 millones de dólares por cada lanzamiento exitoso de un antibiótico nuevo e innovador a nivel mundial.

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