Última llamada para que las Koplowitz dejen FCC
La familia fundadora puede liquidar su deuda con Slim si acude a la OPA en fase de autorización por la CNMV
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) admitió hace un mes la auto-OPA lanzada por el magnate Carlos Slim sobre el 7% de FCC, una operación que medios financieros consideran el último aviso de llamada para que Esther Koplowitz y sus hijas salgan definitivamente del capital de la constructora que dio nombre al imperio empresarial fundado por Ernesto Koplowitz en los años 50 del pasado siglo. La oferta pública permitirá a la heredera de FCC liquidar el resto de la deuda que todavía mantiene con el empresario mexicano a través de la empresa de cartera Nueva Samede 2016, una sociedad limitada unipersonal a la que está asignado un 4,6% de las acciones de FCC.
Esther Koplowitz ha ido perdiendo poco a poco su antigua participación de control en la empresa a favor de Carlos Slim que posee de largo, tanto directa como indirectamente, la mayoría del capital de FCC. Slim ha financiado además a Koplowitz para que la empresaria pudiera seguir en el accionariado de la que fuera su compañía familiar a través de varias operaciones. En principio, adquirió la posición acreedora de la deuda de casi 850 millones contraída con los bancos y que sirvió para que Esther adquiriese la participación de su hermana Alicia después de que ambas hicieran valer la propiedad de todo el grupo constructor tras la separación matrimonial y patrimonial con sus exmaridos, los célebres Albertos, Cortina y Alcocer.
En 2014 la empresaria se vio obligada a buscar un nuevo «príncipe azul» que saliera al rescate de la empresa. Los primeros intentos se llevaron a cabo con el también tycoon estadounidense de origen húngaro, George Soros, pero las negociaciones no terminaron de llegar a buen puerto. Fue finalmente Slim quien aprovechó la oportunidad para tomar el control a precios de derribo demostrando en todo caso una especial generosidad con la familia Koplowitz a la que ha mantenido en puestos de alta representación institucional y ha prestado su ayuda financiera durante todos estos años.
No en vano, Esther Alcocer Koplowitz, primogénita de Aberto Alcocer y Esther Koplowitz, es la presidenta no ejecutiva de FCC y parece que lo seguirá siendo pase lo que pase tras la OPA que ahora está a punto de autorizar definitivamente la CNMV. Además, la propia Esther Koplowitz y sus otras dos hijas, Alicia y Carmen, forman parte del consejo de administración, con la particularidad de que la primera lo hace como vocal dominical designada por su madre pero la segunda lo es en representación también dominical de Control Empresarial de Capitales, sociedad anónima de capital variable con la que Slim maneja más del 71% de FCC y que podría ser la destinataria final de las acciones que todavía están a nombre de Esther Koplowitz a través de la citada Nueva Samede.
Oferta a medida para hacer borrón y cuenta nueva
La oferta pública en ciernes supone un desembolso de 400 millones a un precio por acción de 12,5 euros. Los representantes de Slim anunciaron en su momento que no acudirían a la propuesta, pero la familia Koplowitz no ha definido todavía su postura y si lo ha hecho se trata de un secreto celosamente guardado. En realidad, dentro de la propia compañía existe la convicción de que la antigua propietaria aprovechará la ocasión para poner en valor su participación de Nueva Samede, donde están depositados un total de dos millones de títulos de FCC. En definitiva Esther Koplowitz podría ingresar alrededor de 260 millones de euros por su participación indirecta en la constructora.
Fuentes conocedoras de la operación aseguran que las acciones que posee Nueva Samede en FCC están en realidad pignoradas como prenda de los préstamos que en su día concedió Slim para facilitar la permanencia de Koplowitz en el capital del grupo fundado por su padre. De eso hace ya cerca de siete años por lo que se entiende que el plazo de maduración de la inversión crediticia está totalmente superado y lo lógico sería que la empresaria tomase el dinero y liquidase definitivamente los empréstitos con su acreedor. Si así fuera, la familia Koplowitz se quedaría en el capital de FCC con un simbólico 0,03% de las acciones que Esther madre posee a título personal, de acuerdo con la información actual que consta en los registros de la CNMV.
En definitiva, la OPA de Slim parece hecha a medida para facilitar la salida de las Koplowitz poniendo fin a una de las más ‘románticas’ aventuras, todo hay que decirlo, que ha protagonizado el mundo empresarial en España en las últimas décadas. El sino de FCC estaba escrito desde que Slim entró en la empresa hace casi diez años. Lo que ahora falta por conocer es el detalle del epílogo que será rubricado en cuanto se conozcan los detalles de la oferta de compra contenidos en el preceptivo folleto informativo que en unas semanas será verificado por la CNMV.