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Economía

El BCE desmiente al Gobierno: los beneficios empresariales no se recuperarán hasta 2024

Un informe del Banco de España mantiene que las empresas ya han recuperado los márgenes

El BCE desmiente al Gobierno: los beneficios empresariales no se recuperarán hasta 2024

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo. | Europa Press

Este miércoles, el Banco de España publicaba el II Informe de Márgenes Empresariales donde afirma que la reducción del precio de las materias primas ya ha hecho compatible la recuperación completa de los márgenes de las empresas con las ganancias de poder adquisitivo de los salarios y la bajada de la inflación. Una sentencia valiosa y al gusto del relato del Gobierno de Pedro Sánchez -eso sí, no de manera homogénea entre los sectores-, reforzada con los datos de la central trimestral de balances del Banco de España y con datos también del Ministerio de Economía y de la Agencia Tributaria.

Pero esa recuperación no es la que aprecian ni los expertos consultados por THE OBJECTIVE ni sectores de nuestra economía como el mundo de los autónomos y las pymes, que representan en conjunto más del 99% de nuestro tejido económico. Tampoco recoge esa recuperación las últimas previsiones macroeconómicas del Banco Central Europeo, del mes de septiembre, el cual señala que los beneficios unitarios de las empresas seguirán disminuyendo «hasta mediados de 2024» y, más allá de efectos escalones que se puedan apreciar en el primer semestre de 2023, «la desaparición gradual de los cuellos de botella en la oferta, la debilidad de la demanda agregada y el fuerte crecimiento de los salarios durante la mayor parte del período abarcado por las proyecciones son coherentes con la caída de los indicadores de beneficios durante el horizonte temporal considerado».

El Banco Central Europeo añade al respecto que será «a partir del segundo semestre de 2024, (cuando) los beneficios unitarios aumentarán, ya que se considera que la desaceleración del crecimiento de los costes laborales favorece el proceso de fijación de precios de las empresas».

Fue en abril de este año cuando Nadia Calviño anunció la creación en España del Observatorio de los Márgenes Empresariales, una actuación criticada por los expertos consultados, al entender que es una manera de perseguir a los empresarios, teniendo en cuenta, además, que esos márgenes de los que habla el Gobierno de Pedro Sánchez no son ganancia final, porque no incluyen ni impuestos ni gastos financieros ni amortizaciones. No en vano, en el primer informe presentado este verano, el Observatorio concluía que las empresas españolas estaban recogiendo ya los primeros beneficios tras la etapa covid, siendo las eléctricas y energéticas las que más han aumentado sus márgenes de beneficio. Empresas, las dos, que se han visto afectadas por una nueva imposición fiscal como consecuencias de esos márgenes.

Lo que anticipa Díaz de los márgenes

Hace apenas unos días, era la vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz, quien mantenía que el alto nivel de los márgenes empresariales es lo que está provocando la inflación, motivo por el que pretende actuar con la reducción de la jornada laboral y en el despido, porque, «salvando al tejido productivo y a los trabajadores -sentenció-, somos más eficaces económicamente».

El segundo informe trimestral del Observatorio de Márgenes Empresariales -hecho sobre la muestra de grandes empresas, aproximadamente 1.000-, señala que, de acuerdo con los datos procedentes de los modelos de IVA y retenciones de los rendimientos del trabajo de la Agencia Tributaria, el margen sobre ventas del conjunto de la economía y, excluyendo los sectores energéticos, ya habría recuperado en el segundo trimestre de 2023 el nivel previo a la pandemia; es decir, un año después de que nuestro PIB también recuperara ese nivel, según las últimas estimaciones del INE.

Para el presidente de ATA, Lorenzo Amor, esa recuperación de beneficios será limitada, porque en el caso de los autónomos -como recoge el último Barómetro-, hasta el 84% de ellos tienen problemas porque sus gastos han subido, y un 40% de éstos tienen problemas con la morosidad. Por tanto, los beneficios no se ven por ninguna parte, y es que «el comercio -aclara Amor a THE OBJECTIVE- está fuera de este informe».

Otros expertos razonan que, en un momento como el actual, el informe de márgenes empresariales publicados por el BdE se queda cojo, y supone en cualquier caso una muestra muy reducida, porque se sustenta exclusivamente sobre el Resultado Económico Bruto de Explotación y esto -matizan diversas fuentes- implica dejar fuera la perspectiva financiera de las cuentas de las empresas. Es decir, el impacto de las alzas de tipos. Una cuestión que fue abordada esta semana por el Círculo de Empresarios, al advertir que el impacto de los costes no es inmediato y, por tanto, hay que esperar un año y ocho meses como mínimo para apreciar esos efectos.

Impacto sobre el capital productivo

Además, la nueva regulación, y en especial, ASG está teniendo un importante impacto en el capital productivo de la empresa y esto tiene un gran peso en forma de depreciación de activos que no se tiene en cuenta. Por tanto, la supuesta normalización de la que habla el Observatorio, es muy posible que sea puntual, porque el efecto del alza de ciertos costes va con retraso y los márgenes van a volver a sufrir, tal y como reconoce el Banco Central Europeo en sus previsiones macroeconómicas del mes de septiembre.

Precisamente, sobre estos costes se detenía el Círculo de Empresarios al abordar esta semana, desde su encuesta anual, cómo a lo largo de 2023 se han seguido aumentando los costes de las nuevas operaciones de financiación a hogares y también a empresas. De hecho, sólo un 8,2% de las empresas valora de forma positiva el acceso al crédito en España (36,6% en la anterior edición de 2022), frente al 71,6% que lo considera malo o regular.

Con este marco, fuentes de Cepyme comentan a THE OBJECTIVE que las pymes, por su parte, «siguen sufriendo la inflación en sus márgenes. Y, aunque el efecto parezca que se ha diluido algo por el efecto escalón de la propia estadística, las pymes han sufrido un encarecimiento de costes del 19%. A esto -apuntan- se suma unas ventas bastante planas». Y es que, para analizar las ventas -coligen- «hay que tener en cuenta que la inflación puede engrosar la facturación, que no los beneficios, porque si quitamos el efecto de la inflación, las ventas en unidades de bienes vendidos solo suben un 0,9%. Una cifra que no es elevada teniendo en cuenta la reactivación de la economía después de estos trimestres de atrás».

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