La mitad de empresas familiares da por hecho que en 2024 no se creará empleo privado
El Instituto de la Empresa Familiar da un aprobado raspado a la actual situación económica
Miembros del Instituto de la Empresa Familiar, este lunes con Su Majestad el Rey, en el Palacio Euskalduna. Entre ellos, el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y el ministro en funciones de Seguridad Social e Inclusión, José Luis Escrivá. | THE OBJECTIVE
El 55% de las empresas familiares de España ya dan por hecho que el próximo no será un buen año para el empleo, y de hecho, estiman que habrá un crecimiento frágil de la actividad, sin creación neta de empleo.
Así lo recoge la Encuesta Activa del Instituto de la Empresa Familiar, que se ha dado a conocer en la celebración del XXVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, cubierto por THE OBJECTIVE, desde Bilbao.
Además, el sondeo recoge que solo un 43% espera un moderado aumento de la actividad, con una limitada creación neta de empleo, de modo que apenas un 2% valora que habrá un aumento rápido de la actividad económica, con una intensa creación neta de empleo.
En una escala del 0 al 9, la empresa familiar analiza la actual situación económica, que sale mejor parada que en el anterior congreso, celebrado en 2022 en Cáceres, y donde la puntuación alcanzó un 4,49. En esta ocasión, los empresarios otorgan un raspado 5,03.
Las ventas de la empresa familiar
En el apartado de previsión de ventas, la encuesta determina que el 50% de los consultados contempla un aumento de la cifra de ventas, mientras que un 14% cree que sus ventas se verán reducidas, y un 36% anticipa unas ventas similares a las del año anterior.
De acuerdo con las previsiones de empleo para 2024 -y formulada la pregunta sin conocer en esos momentos la intención del pacto de Gobierno de PSOE-Sumar de reducir la jornada laboral y de aumentar el SMI, así como de convertir los impuestos temporales en permanentes-, el 53% cree que mantendrá los mismos niveles del actual empleo; y el 37% augura un incremento de plantilla. Sin embargo, un 10% de ellos anticipa que acabará reduciendo sus plantillas.
El sondeo también aborda las prioridades que ha de tener el Gobierno para el próximo año. En ese sentido, los encuestados responden de la siguiente manera: el 51% sostiene que debería ser la estabilidad institucional la principal prioridad de un Ejecutivo, lo que a la postre proporcione seguridad jurídica, elemento fundamental para las relaciones comerciales y la estabilidad de un país.
Asimismo, el 32% valora la adecuación de la educación y formación a las necesidades actuales, mientras que el 31% subraya la importancia de las finanzas públicas, es decir, del control de la deuda pública y del déficit público. En particular, ahora que se esperan nuevas reglas fiscales de la Comisión Europea, sobre unas cifras donde España se encuentra en el vagón de cola, pese a las últimas revisiones estadísticas.
Conciliación y flexibilidad
El 27% de los empresarios apuesta por la mejora del funcionamiento de la Administración pública -asignatura pendiente y comprometida con la Comisión Europea, a través del cumplimiento de determinado número de hitos y de objetivos- y solo un 11% entiende la prioridad estriba en reducir la carga y complejidad regulatoria.
En el epígrafe de las personas, y en concreto, sobre la dificultad que éstas tienen para encontrar profesionales con los perfiles que se requieren para sus negocios, hasta un 43% opina que tiene muchas dificultades; un 46% que tiene bastantes, un 9% pocas y solo un 2% no tiene ninguna dificultad.
En cuanto a los factores más relevantes para las organizaciones empresariales, el 60% de ellos pondera la conciliación y, por tanto, la flexibilidad en el trabajo. Además, el 57% opina que las condiciones económicas son una de sus principales preocupaciones. El 23% valora el tamaño de la empresa, mientras que el 29% se inclina por los valores y los propósitos empresariales y el 12% por la localización de las empresas.
Las amenazas en la continuidad de la empresa familiar
El 54% valora la actitud de sus trabajadores como gran activo del proyecto empresarial, el 37% tiene en cuenta las habilidades personales y apenas un 9% la cualificación técnica.
Ante el desarrollo tecnológico, el 30% se preocupa por los procesos productivos, el 31% por la formación de las plantillas, el 23% por el liderazgo con visión digital y el 16% por la captación del talento con perfil digital.
Otra de las cuestiones formuladas en la encuesta se refiere a las amenazas internas en la continuidad de la empresa familiar. A este respecto, el 62% pone el acento en las deficiencias en la gobernanza y en el proceso sucesorio sin definir. El 46% se detiene en los conflictos entre las distintas ramas e intereses familiares; el 33% en la falta de adaptación a los cambios y, finalmente, el 17% en los problemas que acarrea que la siguiente generación no quiera continuar.
El sondeo concluye que el 69% de los encuestados prioriza el crecimiento y la expansión; el 19% la liquidez y el 12% el mantenimiento del control de la empresa.
