Ribera aprieta para cerrar la reforma eléctrica de la UE y allanar el camino de Calviño al BEI
Hay dos fechas clave para lograr el acuerdo político en Europa: el 13 y el 20 de diciembre
La reforma eléctrica encarrila su fase final, o eso parece. Era uno de los grandes objetivos de España durante la presidencia del Consejo de la UE, que finaliza en enero de 2024. Una fecha, esta última, que coincide con el inicio de mandato del futuro presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Fuentes cercanas a la negociación sostienen que hasta que no se cierre el pacto por la reforma del mercado energético, la actual vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, no tendrá el sí definitivo para aterrizar en la entidad europea.
Calviño todavía necesita la aquiescencia de Francia, tras recibir el apoyo de Alemania. Los próximos trílogos (que es como se llama a la negociación en Europa entre el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, bajo la supervisión de la Comisión) serán clave. La incertidumbre es máxima, el escenario puede ir rápido o encallarse. Los puntos de fricción entre el Consejo y el Parlamento giran en torno a los contratos por diferencia (CfD), que permitirán a las nucleares francesas conseguir ayudas públicas del gobierno, pero supeditado bajo al control de Bruselas.
La negociación de la reforma está ahora mismo embarrada por continuas reuniones por parte de los equipos técnicos. En el primer trílogo se analizaron principalmente cuestiones sobre la flexibilidad del mercado. La reforma tiene dos fechas subrayadas en rojo tanto por los negociadores de la Eurocámara como por los del Consejo de la UE, que curiosamente están capitaneados por dos españoles, un europarlamentario socialista y la propia ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Las dos cumbres para cerrar la reforma son el próximo 13 de diciembre o si no el 20 de diciembre. No obstante, fuentes europeas no descartan que pueda incluso retrasarse a 2024. Un escenario arriesgado que esperan que no ocurra.
Calviño todavía sigue en el Gobierno a la espera de conseguir su puesto en el brazo inversor de la UE. La ministra, durante su desempeño, ha estado siempre relacionada con otras instituciones internacionales. En 2019 ya sonó su nombre en la carrera por ser la nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Así lo reconoció el Gobierno aquel verano asegurando que la titular de Economía se encontraba en una lista reducida para ocupar la dirección de la institución. Pero fracasó en su intento. Dos años después fue nombrada presidenta del Comité Monetario y Financiero Internacional, un órgano que asesora al Fondo Monetario Internacional (FMI). Cargo que compatibilizó con su presencia en el Gobierno.
El BEI guarda una especial relación con España porque es el país que más financiación ha recibido en este siglo por parte de la institución, alcanzando los 196.000 millones de euros en 23 años. A nuestro país le siguen Italia (con 188.000 millones de euros), Alemania (145.000 millones) y Francia (136.000 millones de euros). Fuera de Europa destacan otros países como Egipto (con 13.000 millones) y Marruecos (con 8.000 millones de euros). Si tenemos en cuenta los préstamos desde su creación (en 1959), España ha sido el segundo territorio más financiado, después de Italia.
Algunas fuentes también apuntan a la decisión de la ministra Ribera de proponer la energía nuclear como una tecnología estratégica en la UE como un nuevo pago a Francia para conseguir el BEI para su compañera Calviño. Sin embargo, fuentes financieras apuntan a la complejidad de la ministra de desligar la energía nuclear del alcance de la ley Net Zero Industry después de que esta fuese considerada verde hace un año por el Parlamento Europeo.
Prórroga de medidas de emergencia
Por otro lado, la Comisión Europea hizo pública su intención de prorrogar las medidas energéticas de emergencia aprobadas el año pasado para hacer frente a la crisis del gas en Europa, con el fin de protegerse de futuras crisis de precios y desarrollar de forma rápida las energías renovables. Rusia sigue siendo el principal proveedor de gas de Europa pese a que se redujeron de forma drástica los suministros el año pasado.
Entre estas medidas se encuentran el tope al gas, que está en Europa en 180 euros el megavatio (Mwh). Una cifra que en España (y Portugal) es distinto con respecto al resto de países de la Unión Europea. Un tope que comenzó en los 55 euros/Mwh en marzo y llegará este diciembre hasta los 65 euros/Mwh. Una extensión que el Gobierno deberá negociar aparte.