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Economía

Malestar empresarial por las nuevas «cesiones» de Garamendi con el salario mínimo

En el sector se teme que la CEOE también haya abierto la puerta a aceptar una jornada laboral de 37,5 horas semanales

Malestar empresarial por las nuevas «cesiones» de Garamendi con el salario mínimo

Antonio Garamendi, presidente de la CEOE. | Agencias

El pasado miércoles 22 de noviembre, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) envió su propuesta para subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) con una media del 2,9% para el año 2024. Un anuncio que generó gran malestar entre un buen puñado de empresarios españoles que creen que su principal patronal ha vuelto a normalizar el aumento de costes laborales que lleva toda la legislatura afectando a las pequeñas y medianas compañías del país.

Diferentes empresarios de grandes y medianas compañías en sectores que generan gran cantidad de empleo hablan a THE OBJECTIVE de nuevas «cesiones» de la patronal y de su líder, Antonio Garamendi, y critican que sus representantes no hagan frente a la una nueva oleada de reivindicaciones laborales del Ministerio de Trabajo dirigido por Yolanda Díaz. Por contra, creen que se ha abierto la puerta a nuevas concesiones durante toda la legislatura sin realizar la mínima oposición a estas medidas.

De hecho, algunos hablan de una actitud «cómplice» de Garamendi, que se suma a la respuesta tibia que ha tenido desde que hace se firmara el pacto de investidura y de coalición entre el PSOE y Sumar. En este documento se consignaron nuevas subidas del salario mínimo, se pactó poner en marcha una nueva jornada laboral de 37,5 horas y se acordó institucionalizar los impuestos extraordinarios a la banca, las energéticas y las grandes fortunas, además de elevar los impuestos de sociedades.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, promete su cargo. Minutos después anunciaría que su prioridad será subir el salario mínimo.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, promete su cargo. Minutos después anunciaría que su prioridad será subir el salario mínimo. | EFE/ Chema Moya

Propuesta de la CEOE

Los empresarios consultados también hablan de un tema de tiempos, un timing que nuevamente ha vuelto a marcar el Gobierno y dejando fuera de juego a la patronal. La estrategia de la CEOE consistió en adelantarse a la propuesta del Gobierno asumiendo la política de «hechos consumados» de Yolanda Díaz, un error -según los consultados- ya que se valida el discurso del Ministerio de Trabajo y de los sindicatos incluso antes de dar la batalla.

Yolanda Díaz asumió la cartera del Ministerio de Trabajo este martes 21 donde anunció que en esta legislatura irá «más lejos» en contra de la desigualdad y que implementará «una nueva ola de derechos laborales que se consagrarán en el nuevo Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI«. La líder de Sumar estableció además que su prioridad inmediata era subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). «No vamos a conformarnos, porque un trabajador que cobra 1.300 euros al mes no puede conformarse», dijo y mantuvo su firme intención de recortar la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales.

Menos de 24 horas después, la CEOE envió su propuesta de subida del 3% para 2024 y 2025 «que está en línea con lo acordado en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC)». «Las organizaciones empresariales consideran adecuada esta propuesta para tratar de mantener una correlación entre la evolución del SMI y la del resto de salarios que se pactan en el marco de la negociación colectiva», dijo la CEOE aunque desde el sector se cree que la mejor correlación es no seguir subiendo el SMI en estas proporciones.

Contestación de UGT y CCOO

El jueves UGT y CCOO exigieron subir el SMI en un porcentaje equivalente a lo que marque la inflación de 2023, es decir un 3,7% como mínimo y siete décimas por encima del máximo ofrecido por la patronal. Los sindicatos entienden que el SMI debe de proporcionar el mínimo de suficiencia y dignidad que señala la Carta Social Europea (60% del salario medio) por lo que «no es adecuado ligar los incrementos del SMI a lo acordado en el VAENC». Es decir, rechazan el principal argumento de la patronal.

Entre los empresarios consultados se echó en falta una declaración contundente de Garamendi defendiendo que no se pueden seguir subiendo los costes laborales y por contra han recibido una propuesta para subirlos que los sindicatos no han tardado ni 24 horas en deslegitimar.

En este sentido, las fuentes consultadas indican que Garamendi ha perdido ya la guerra del relato, al asumir las subidas del SMI sin siquiera hacer una declaración en favor de las miles de pequeñas y medianas empresas que han visto incrementar de forma brutal sus costes laborales en la última legislatura.

Subida del salario mínimo

Las fuentes consultadas recuerdan que el aumento del SMI ha sido del 35% desde el inicio de la legislatura y que en 2023 ya se subió un 8%, algo que afecta a muchas empresas que han debido soportar en los dos últimos años subidas importantes de sus costes energéticos, de suministros o de funcionamiento. Desde alquileres hasta la factura de la luz, pasando por las materias primas y terminando en unos costes laborales que no paran de crecer y que limitan la contratación.

Estos empresarios consultados recuerdan además que el año pasado el pacto del SMI se firmó sin esperar un acuerdo con la CEOE, una circunstancia que no olvidan, pero que -indican- la patronal ha pasado por alto. El propio Garamendi recordó hace unas semanas que el principal fallo de los acuerdos de Sumar y el PSOE era que dejaba fuera de toda negociación a la empresa y desde muchos sectores se sugirió abandonar la Mesa del Diálogo Social en protesta con estas decisiones. Algo que a la luz de las últimas declaraciones de la patronal, no ocurrirá.

No obstante, el verdadero problema, indican estas fuentes, es que se abre un peligroso precedente en el que la CEOE asuma todas reivindicaciones de Yolanda Díaz y de los sindicatos y que simplemente se convierta en un complemento de la firma de estos acuerdos, en vez de defender de verdad los intereses de la empresa. Ya dan por perdida la batalla del SMI y con unas subidas por muy encima de lo que ha sugerido la CEOE, pero temen que la jornada laboral de 37,5 horas que «destrozaría la competitividad de nuestras empresas», según dicen, termine imponiéndose mucho antes de que termine la legislatura.

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