El Gobierno entrará en solitario en Telefónica tras su fallido intento de atraer socios españoles
Falta definir la forma en la que la SEPI financiará los más de 1.000 millones de euros necesarios para cerrar la operación
Moncloa ha fracasado en su intento de atraer socios españoles que le acompañen en su entrada en el capital de Telefónica. Fuentes cercanas a estos movimientos consultadas por THE OBJECTIVE indican que los contactos con grandes empresarios locales han concluido sin éxito, por lo que la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) y el Ministerio de Hacienda están cerrando flecos para realizar su desembarco en solitario, tanto desde el punto de vista de la financiación como de los plazos.
Una situación que demuestra la falta de confianza de las grandes empresas en el Gobierno y sus dudas ante una operación que les habría obligado a significarse políticamente en un momento de gran descontento del sector con el Ejecutivo. Del mismo modo, el hecho de que la SEPI entre el solitario en Telefónica obliga a Moncloa a buscar complejos pactos de no agresión, tanto con los accionistas españoles: BBVA y Caixa; como con los saudíes de STC. Oficialmente el objetivo es defender «los intereses de España», pero no está claro que el resto del capital se pliegue a sus intenciones.
En relación a la financiación, el objetivo es conseguir entre 1.000 y 1.200 millones -al cierre de este artículo Telefónica tenía un valor en bolsa de 22.140 millones- para adquirir un 5% que les permita tener un sillón en el consejo y así defender sus intereses. En este sentido, lo más probable es que Hacienda tenga que aprobar esta partida en forma de transferencia e incluirla en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2024.
Entrada de STC
Otra de las opciones de la SEPI es endeudarse, pero esta fórmula está prácticamente descartada ya que depende de los requisitos de la banca para aprobar una operación con grandes interrogantes. Los recursos propios de la SEPI son escasos y tiene una caja de apenas 450 millones de euros, a los que habría que sumar otros 300 millones que Hacienda establece como tope para endeudarse, aunque este montante podría ser ampliado.
Respecto de los plazos, las fuentes consultadas indican que todo se debería acelerar a finales de este año y comienzos del próximo, coincidiendo con la entrada de la solicitud de Saudi Telecom para subir hasta el 9,9% de Telefónica y convertirse en su primer accionista. Después de constituirse el Gobierno la pasada semana, la petición debería entrar en los despachos oficiales próximamente a partir de lo cual tiene tres meses como máximo para dar una respuesta.
La idea es hacer coincidir la entrada de la SEPI con los socios saudíes para establecer un contrapeso accionarial. El Confidencial informó este lunes de que el Ejecutivo sigue negociando con STC fórmulas para que no tengan injerencia ni control en Telefónica, lo que pasaría por renunciar a sus derechos políticos y a un asiento en el Consejo de Administración. THE OBJECTIVE informó hace un mes de que los saudíes no moverían ficha hasta tener la certeza de que el expediente será aprobado por el Gobierno.
Consejo de Telefónica
Sin embargo, fuentes oficiales de la compañía asiática han recordado a este diario que el plan sigue inalterable y que no se plantean variar una hoja de ruta, que sólo pasa por tener el 9,9% de Telefónica. Por tanto, no parece que estén abiertos a buscar fórmulas intermedias como las que plantea el Ejecutivo.
Respecto del Consejo de Administración de Telefónica, STC siempre ha dicho que es pronto para abordar el tema y que solo se pronunciarán cuando tengan la autorización. No obstante, todos los pasos que han seguido desde el comienzo de la operación pasan por tener uno o dos sillones, algo lógico si quiere supervisar su inversión aunque no tenga interés -como ha dicho públicamente- por incidir en la gobernanza.
Pero independientemente de lo que se acuerde con STC -si es que finalmente se logra un pacto de no agresión- la SEPI no lo tendrá fácil. El Gobierno quería conseguir el apoyo de otras empresas españolas para formar un núcleo fuerte que le permitiese defender su propia hoja de ruta en la operadora y, ahora que no lo ha conseguido, ha deslizado la idea de que protegerá estos intereses junto con BBVA y la Caixa, cada uno con un 5% del capital y con un vicepresidente en el Consejo de Administración.
La SEPI en Indra
Este diario ya ha advertido de las reticencias de los dos accionistas históricos de Telefónica con la entrada del Gobierno, en especial por su encaje en el consejo. Fuentes del sector creen que es un error que el Ejecutivo dé por supuesto que contará con el respaldo de Caixa y BBVA, enarbolando solamente la bandera de los intereses de España y creen que si es que quiere tejer alianzas con estos bancos deberá centrarse más en el Plan Estratégico que ya planteó la compañía en su Investor Day de hace unas semanas.
Creer que el único punto en común de los accionistas españoles debe ser la protección ante Saudi Telecom es una hipótesis que no considera las alianzas y las sinergias que pueden generarse con la operadora asiática. De hecho, la traumática gestión del Gobierno y la SEPI en Indra –donde forzaron la salida de todos los consejeros contrarios a sus planes– no es el mejor antecedente para su entrada en Telefónica.
Es así como otras fuentes consultadas en el mundo de la empresa están convencidas de que la entrada de STC en Telefónica y los riesgos que ésta representa en los contratos que pueda tener la española con el Ministerio de Defensa -que lógicamente son reales- se utilizan en Moncloa como la excusa perfecta para entrar en la compañía considerada estratégica por el propio Gobierno. Un movimiento que además está en la línea de los objetivos de la SEPI de tener una participación relevante en buena parte de las compañías del Ibex, como ya reveló este periódico.
Telefónica y Defensa
En cualquier caso, lo más probable es que la SEPI tenga que sentarse en el Consejo de Administración con Saudi Telecom, si es que no activa alguna cláusula en la tramitación de su solicitud o no llega a un acuerdo previo. Precisamente, este lunes La Información publicó que el Gobierno busca fórmulas para blindar los contratos con Defensa estableciendo cláusulas específicas cuando apruebe el expediente de los asiáticos.
Lo que parece claro es que será imposible vetar la entrada de la operadora saudí en Telefónica, algo que ya advirtió este diario hace dos meses. La actual situación política -y más después de la investidura- puede tener un efecto negativo ya que bloquear la inversión de una empresa industrial, aunque sea propiedad de un Estado, no hará más que aumentar la incertidumbre de fondos y empresas que se plantean desembarcar en España.
Es por ello por lo que la tramitación del expediente de STC será la clave para definir el mapa de Telefónica en los próximos meses. Allí el Gobierno deberá establecer los límites que considere pertinentes y será en ese momento que STC decida seguir adelante si es que la rentabilidad de la operación no se ve comprometida por estos eventuales vetos. Los inversores también estarán analizando con lupa la resolución final de esta operación.
PRIMER ERE desde 2013.- Telefónica comunicó este lunes a los representantes de os trabajadores que pondrá en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), el primero en una década. De esta manera, la operadora opta por una fórmula para recortar plantilla radicalmente distinta a la realizada en los últimos tres procesos cuando se aprobó un Plan de Suspensión de Empleo (PSI). No han trascendido más datos, ni en número ni en condiciones, aunque la idea de la compañía es reducir la plantilla en unas 2.000 a 3.000 personas.
La empresa ha comunicado que el nuevo ERE deberá abordarse de manera individual en cada una de las empresas afectadas: Telefónica España, Telefónica Móviles y Telefónica Soluciones, las que en conjunto emplean a unas 16.000 personas. En ellas se deberán constituir tres mesas independientes para negociar los recortes. También se desliga de este proceso la negociación el nuevo Convenio Colectivo de Empresas Vinculadas (CEV).