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Economía

El Ibex teme una oleada de nuevos impuestos a las empresas si Sánchez sigue gobernando

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, no descarta una prórroga del impuesto extraordinario a las entidades bancarias

El Ibex teme una oleada de nuevos impuestos a las empresas si Sánchez sigue gobernando

Pedro Sánchez y su actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en un acto del Partido Socialista (PSOE). | Agencias.

Los jefes del Ibex 35 llevan un par de semanas preparando el curso tras intensos meses marcados por las elecciones municipales y generales. Sin embargo, lejos de estar aliviados por el fin de este periodo anticipan una legislatura abonada otra vez a la inestabilidad política y temen que en los próximos meses se multipliquen los ataques al mundo empresarial del probable nuevo Gobierno de Pedro Sánchez junto con Sumar y sus socios independentistas.

Directivos de estas compañías consultados por THE OBJECTIVE prevén incluso otra oleada de impuestos a las grandes empresas si es que Sánchez sigue gobernando, un viejo anhelo de Unidas Podemos, hoy integrado en la coalición liderada por Yolanda Díaz. Se teme incluso que estas tasas se incluyan en el pacto de un eventual nuevo Ejecutivo lo que daría carácter institucional y prolongaría la «guerra» que -según consideran- Sánchez emprendió contra las empresas desde el comienzo de la guerra de Ucrania en febrero de 2022.

Esta misma semana la ministra de Asuntos Económicos y vicepresidenta en funciones, Nadia Calviño, dio las primeras pistas confirmando los temores de las grandes empresas consultadas por este diario. En declaraciones a la prensa indicó que no descarta una prórroga del impuesto extraordinario a la banca, pero que estaría condicionada por la evolución de la situación económica y presupuestaría y por los beneficios del sector. 

Nadia Calviño no descarta que se pueda prorrogar el impuesto temporal a las entidades financieras (Agencias).

Prórroga de los impuesto temporales

«No es ni un sí ni un no, tomaremos la decisión sobre la base de la situación cuando llegue el momento de evaluarlo», dijo en los micrófonos de la Cadena Ser. Unas palabras que provocaron un terremoto bursátil en unas entidades bancarias locales ya muy castigadas por los vaivenes económicos internacionales. Caixabank y Bankinter se dejaron más de un 3% en una sola jornada y Sabadell se hundió un 5%.

Las fuentes consultadas advierten que estas palabras de Calviño no son casuales y forman parte de un aviso para navegantes respecto de la ruta que podría tomar la nueva legislatura en el caso de que Sánchez vuelva a formar Gobierno. Originalmente el impuesto temporal a la banca se aplica a los beneficios que se obtengan en 2022 y 2023, al igual que los de las eléctricas.  En el caso de las entidades bancarias grava al 4,8% los intereses y comisiones de quienes hayan facturado más de 800 millones en 2019 y en el de las eléctricas al 1,2% de su cifra de negocios para ingresos por encima de los 1.000 millones en el año prepandemia.

Se teme que estos dos impuestos se institucionalicen (dejando de ser temporales) mientras la izquierda siga en Moncloa lo que también incluiría el impuesto a las grandes fortunas del 1,7% para los patrimonios entre 3 y 5 millones de euros; del 2,1% para los patrimonios entre 5 millones y 10 millones; y del 3,5% para aquellos patrimonios superiores a 10 millones. En campaña Sánchez ya habló de que estos contribuyentes debían seguir «contribuyendo a la justicia fiscal.

Recortar deducciones

Una temporalidad convertida en permanente como ya pasó con el decreto antiopas. Como ya contó este diario, el escudo temporal del Gobierno sobre las inversiones extranjeras instaurado durante la pandemia se institucionalizó a primeros de julio haciéndolo aún más restrictivo para reforzar la supervisión de Moncloa en especial en las grandes empresas del Ibex 35. Una muestra clara del intervencionismo en el sector productivo instaurado por Sánchez desde su llegada a la Moncloa, según dicen las empresas consultadas.

No obstante, el verdadero problema es que podrían venir más impuestos en los próximos meses. Unidas Podemos y ahora Sumar nunca han ocultado su deseo de que sigan aumentando los tributos a las grandes empresas y todo parece indicar que terminarán imponiendo sus exigencias en un nuevo pacto de Gobierno y de investidura de Sánchez si es que ésta finalmente se produce.

Durante la pasada legislatura y ante el aumento de los precios de los alimentos estuvo sobre la mesa una posible tasa a las empresas de distribución (similar al impuesto extraordinario a la banca y a las energéticas), que se sumó a las históricas demandas de Podemos de aumentar el impuesto de sociedades con un tipo muy por encima del actual. El programa de Sumar también incluye un límite a la compensación de las bases negativas recortando las deducciones, exenciones y correcciones que utilizan muchas compañías. 

Acoso a las empresas

Si Sánchez quiere volver a ser investido necesitará no solo el apoyo de Sumar sino que además el de ERC, Bildu, PNV e incluso Junts. En el caso de los dos primeros, en sus programas electorales abogan por elevar los impuestos a las grandes empresas del Ibex 35 y a las fortunas. Incluso sus líderes políticos han deslizado que entre las demandas para dar su apoyo al PSOE en las Cortes pedirán que estos proyectos se hagan realidad.

El diagnóstico que se hace en los despachos de las grandes corporaciones del Ibex 35 es simple: atacar a las empresas le da rédito político al Gobierno, pero no solo a nivel de la ciudadanía y de los votantes, sino que especialmente entre sus socios de coalición y de pactos puntuales. Desde que comenzara la invasión de Ucrania se ha articulado una constante persecución contra las empresas al mismo tiempo que los anuncios de nuevos impuestos monopolizaban la agenda política utilizándolos como chivo expiatorio de los problemas macroeconómicos.

Una estrategia que -según creen- podría ir a más y que no solo sería utilizada para asegurar la investidura de Sánchez sino que también para marcar el resto de la legislatura. Esto supone que no solo se multiplicarán los impuestos a las grandes empresas y fortunas sino que además se mantendrían los ataques al sector y la confrontación al poder económico. Una situación que anticipa otro periodo político en el que los empresarios volverán a estar en el punto de mira de los posibles nuevos socios de la coalición y del propio PSOE.

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