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Economía

Decenas de empresas frenan proyectos por falta de inversión pública en redes eléctricas

Se espera una tensa reunión entre el Ministerio y los consejeros energéticos por los proyectos en juego

Decenas de empresas frenan proyectos por falta de inversión pública en redes eléctricas

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. | Europa Press

Hidrógeno verde, los puertos, el almacenamiento, los data center… centenares de proyectos industriales siguen en stand by por la falta de planificación de las redes eléctricas del Gobierno. Los tiempos para llevar a cabo las inversiones no dan y decenas de empresas, según fuentes financieras, frenan sus proyectos. Este viernes tendrá lugar una conferencia sectorial donde se espera tensión entre los consejeros implicados de cada comunidad autónoma con el Ministerio de Transición Ecológica.

El gran rompecabezas del sector energético son las redes. Por un lado, los generadores necesitan demanda porque si no habrá señales bajas de precio y se reducirá la inversión. Por el otro, centenares de proyectos están llamando a la puerta con el objetivo de conectarse. Pero el aumento de capacidad de las redes es un procedimiento lento, burocrático y con límites a la inversión, que está estimada en 53.000 millones de euros en esta década según los últimos datos del Ejecutivo. Se ampliarán las subestaciones en las que se conectan los nuevos generadores y los demandantes, además de refuerzos internos.

La ministra Teresa Ribera ha preferido ‘salvar’ los grandes proyectos, como la fábrica de baterías de Sagunto (Comunidad Valenciana) o el superproyecto de hidrógeno verde de Huelva (Andalucía). Pero hay centenares que siguen a la espera de las inversiones en las redes.

Este jueves tuvo lugar en Zaragoza el evento Rendmad H2, un encuentro que organiza el sector del hidrógeno verde para intercambiar ideas e impulsar sus negocios. La planificación actual de la red está fijada para el gas verde en 4GW, según la hoja de ruta marcada. Sin embargo, el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) lo amplió a 11GW de electrolizadores (lo que produce el hidrógeno), que se deben conectar a la red.

Esa diferencia, estiman desde el Ministerio, se logrará con una actualización de la planificación de la red de transporte de electricidad, que han creado para los años comprendidos entre 2025 y 2030. Sin embargo, las dudas en el sector crecen: la última planificación llegó un año tarde. «La planificación de 2021 se aprobó en 2022. Y los trabajos no comenzaron hasta 2023. Hay empresarios que pidieron una instalación en el año 2020 y que no la verán hecha hasta 2024 o 2025. Esa situación la puede aguantar una empresa de renovables, pero la industria no, y menos a los inversores recién llegados, que además han pedido ayudas con plazo de ejecución».

La señal que lanza el Gobierno es que todos aquellos proyectos que no hayan podido conectarse a la red se incluyan en la modificación 2025-2030. Pero la aprobación de la planificación de la red no es un trámite fácil: incumbe a todas las comunidades autónomas, a la CNMC, son estudios previos de viabilidad, tanto medioambiental como económica, además de recibir luz por el Consejo de Ministros. Desde el sector apuntan a que esta no se resolverá hasta finales de 2025.

Las soluciones del sector

Un escenario pesimista sobrevuela entre el empresariado. Fuentes del sector apuntan a los plazos: «El proceso de tramitación debe ser mucho más ágil, sumando más fondos y quitando el límite de inversión que tienen hoy tanto el transporte como la distribución». Pero este asunto -que es en el que puso el foco la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) a través de la circular que presentó a consulta pública- no es el único reto del ministerio. De hecho, hay otro también muy importante para el sector como es el proceso de planificación de Red Eléctrica, que para desarrollarlo debe contar antes con la autorización del Gobierno.

La otra manera con la que el Ministerio podría afrontar este problema es actuando de forma anticipada. Es decir, adelantando la inversión para crear puntos de conexión en zonas donde habrá una futura demanda. Una solución que es la que pide Europa y que ha trasladado en varias ocasiones la comisaria de Energía, Kadri Simson. «En España hoy todo el proceso no es proactivo, sino reactivo, y todo se desencadena cuando alguien pide el acceso a la conexión. Por ejemplo, si una industria lo pide para transporte, la empresa transportista debe incluirlo en la planificación. Aunque tengas la subestación delante y uno vea que se puede conectar tiene aún así que meterse en una rueda de una planificación, que la última tardó dos años en aprobarse».

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