¿En qué momento se jodió la agricultura europea?
A raíz de las protestas que se multiplican por toda Europa, analizamos el estado del sector primario en ‘El gris importa’
Desde los Países Bajos hasta Rumanía, pasando por Bélgica, Alemania, Polonia y naturalmente España, los agricultores se han puesto en pie de guerra.
Las razones de su movilización son varias. Denuncian que los mismos eurócratas de Bruselas que les imponen todo tipo de restricciones firman luego acuerdos comerciales que permiten importar de lugares remotos alimentos producidos sin ninguna de esas restricciones.
También se quejan los agricultores de que sus costes se han disparado y no pueden trasladarlos al cliente final, porque los intermediarios se quedan con todo el margen. ¿Cómo es posible, preguntan, que un kilo de limones cueste 20 céntimos a pie de huerta y en la frutería se venda por casi dos euros, o sea, 10 veces más caro?
Su movilización ha encontrado rápido eco en los políticos del continente, que no quieren ver tractores en vísperas de unas inminentes elecciones europeas. Francia y Alemania ya han aplazado la subida de impuestos que iban a aplicar al combustible agrícola. La Unión Europea ha aparcado el tratado comercial con Mercosur, que llevaba negociándose dos décadas. Y en España, Pedro Sánchez ha prometido fortalecer la ley de la cadena alimentaria.
¿Es esa la respuesta adecuada o nos encontramos, por el contrario, ante un sector que se ha sobreprotegido y necesita una reforma en profundidad?
El profesor del IESE Javier Díaz-Giménez y el corresponsal económico de EL LIBERAL / THE OBJECTIVE, Miguel Ors Villarejo, debaten sobre todo ello en esta nueva entrega de El gris importa.
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