El ente asesor de Ribera quiere apostar todo a lo eléctrico pese a que la UE exige gases verdes
La ministra consulta y atienda al IDAE, un organismo reacio a todo aquello que no siga la estrategia de electrificación
La batalla entre apostar por electrificar toda la economía o invertir en gases renovables para descarbonizarla es lo que divide hoy al sector energético y crea debates interminables dentro del sector. En medio de esa batalla se encuentra la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, junto con su número dos, Sara Aagesen. En cada bando se posicionan organismos y empresas que tiran de un lado o de otro dependiendo de sus intereses económicos o sus ideales.
Fuentes del sector subrayan el papel del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) para lograr la electrificar todo el sistema en España. Las mismas fuentes sostienen que la ministra los atiende y escucha siempre con interés. Sin embargo, las intenciones de este organismo son claras: primar la electrificación sobre los gases renovables, como son el biometano, el biogas y el hidrógeno.
No obstante, el objetivo del IDAE choca con los planes de la Unión Europea (UE). Así, Ribera cada vez que viaja a Bruselas observa y conoce de primera mano cómo en Europa está imponiéndose la idea de que los gases renovables son hoy mucho más efectivos que la electrificación para llevar a cabo una transición energética. Además, fuera de nuestras fronteras miran con incredulidad a España cuando algunas voces aseveran con rotundidad que es necesario electrificar toda la economía.
Esta batalla tiene sus zonas de combate en los hogares y la industria. Sobre lo primero, fuentes del sector remarcan que la burbuja de la aerotermia (que permite a través de placas solares electrificar un hogar de forma íntegra) se está pinchando. «Es muy caro y, pese a las campañas publicitarias que hacen algunas empresas, las familias no están dispuestas a hacer esa inversión porque no le sale rentable. Se ha quedado ese producto para gente que, por así decirlo, es más elitista», señalan fuentes del sector.
Por otro lado, desde el sector apuntan a que se están publicando informaciones «engañosas» que dicen que la Unión Europea prohibirá el uso de calderas en los próximos años. Los defensores de los gases renovables apuestan por ir introduciendo el biometano en la red, como una primera alternativa a descarbonizar el gas natural. Ellos defienden que estos gases son perfectamente compatibles y no suponen grandes inversiones, como la electrificación. Por otro lado, remarcan que los industriales prefieren gases renovables antes que grandes baterías de almacenamiento para sustituir el gas natural.
Los recelos de organismos como el IDAE hacia algunos gases -como el biometano- se basa en una concepción predefinida que apunta a que estos son solo un escollo para evitar la verdadera transición y que lo único para lo que sirven es para dilatar el objetivo de conseguir las cero emisiones. Una situación parecida que ocurre en el sector del petróleo con los biocombustibles. Esta realidad les empuja a defender sin paliativos el coche eléctrico como la vía más verde.
No obstante, fuentes del sector creen que la ministra está cambiando de postura con el paso del tiempo, y se muestra cada vez más abierta hacia una combinación de ambas tecnologías. Desde el sector de los gases renovables recuerdan la complejidad de instalar puntos de recarga de vehículo eléctrico en todas las viviendas del país, y apuntan a cómo estos gases verdes están, cada vez más, irrumpiendo en la movilidad, tanto en los autobuses como en los coches particulares.
La patronal de gas, mientras tanto, presiona con los gases renovables para que no pierdan la batalla contra lo eléctrico. El pasado año, el Ministerio de Transición Ecológica, a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), fracasó en la adjudicación de su primer gran contrato de biometano en España. El valor estimado del contrato era de 716.382 euros pero quedo desierta. Fuentes del sector subrayan la «falta de incentivos» del contrato.
El pasado viernes, la ministra Ribera se desplazó hasta Palos de la Frontera (Huelva) para presenciar el inicio de la construcción de una planta de biocombustible considerada de las más grandes de Europa. Allí, la ministra hizo una defensa de los gases renovables. «Consideramos que no solamente basta con cambiar el color de las moléculas o los electrones, las industrias que hay detrás, los servicios que hay detrás, son, precisamente, la gran oportunidad para reindustrializar y modernizar nuestro tejido productivo«.